Abraham Chavelas *

Hace un par de años hablar de una cultura alternativa en Acapulco era hablar de algo inexistente; ahora, recién terminado el 2001, ha llegado para instalarse en forma definitiva.

En la gloriosa época del club Tiberio’s (luego convertido por la fiebre disco en la discoteca Plus 1) muchos fueron los rockeros que visitaron el puerto; desde el Three Souls in my Mind (quienes hicieron aquí su primera tocada fuera de la capirucha) hasta Javier Bátiz.

Más acá, por los años de 1992 y 1994, los jóvenes acapulqueños se dieron cita en las tocadas heavy metaleras que se organizaron en el gimnasio de la Unidad Deportiva o en los conciertos que se llevaron a cabo en la disco News, o en la Plaza de Toros Caletilla.

Por ese entonces las tocadas en La Terraza del Disco Beach molestaban a los vecinos de La Condesa y Televisa adopta al rock como parte importante del Festival Acapulco, abriendo un foro en el Teatro Netzahualcoyotl. También un grupo de jóvenes reparten fanzines de manufactura local y gritan que “¡Acá no estamos Muertos!”.

Las playas del puerto son escenario para el MTV Playa y las radiodifusoras hacen un leve intento por impulsar a las agrupaciones locales.

Pasaron los años y el llamado M.O.R.A. (Movimiento Rockero de Acapulco) realiza mini conciertos en diferentes espacios; los antros “rockers” toman fuerza y la pierden cual llamarada de petate, a pesar de sus albercadas o sesiones acústicas.

En el Hard Rock Café se presenta la Avanzada regia cuando aún eran unos perfectos desconocidos. La gente los ignora sin saber que un año después se convertirían en verdaderos rock stars; y como ya era costumbre también actúan por enésima –y última– vez los grupos de Aleks Syntek y la gente normal, Fobia y Azul Violeta.

El festival de Televisa lleva al rock a la caliente arena de la playa y años más tarde el mismísimo reverenciado-vilipendiado Tri, sorprende presentándose en el Festival de Televisa.

A fines de los noventas el rumor de un festival de música electrónica en Acapulco empieza a hacer ruido en diferentes partes del país; aunque descabellada, la idea se hace realidad en el 2000. El Aca World Sound Fest vuelve loco a todo México y logra que los acapulqueños que jamás en su vida presenciaron un evento de tal magnitud, tengan un verdadero orgasmo sónico. La adrenalina aun fluye en espera de la segunda edición.

Al fin escuchamos en la radio porteña las tendencias musicales del país y el mundo. Estamos a tono con el TOP Mundial y los conceptos de radio tipo Radioactivo y W Radical.

El rock sobrevive en las ondas hertzianas –después de aquellos legendarios inicios en la XECI y posteriormente en Cerebro FM– gracias a los pocos espacios que brindan estaciones como Súper 95 con 38 Grados, o Jaguar FM y su Interfase-Rock y demás Entes, enfocados al rock en español principalmente, género que ha tenido muy poca difusión en Acapulco y hoy en día no cuenta con un lugar dedicado y especializado en la barra programática.

La música electrónica toma fuerza, pero también tiene poca cabida en los medios porteños; a pesar de que el Aca World Sound Fest demostró su poder de convocatoria.

El puerto se abre a otro tipo de eventos relacionados con la contracultura como la Expo Tatuajes, o las Expos de DJ’s. Incluso, un poco tardíamente se apropian de las calles un grupo de émulos de los Hell Angels, los Aca Raiders (mucho más fresas y menos ruidosos que sus antecesores).

El Hard Rock Cafe celebra su 30 aniversario y el de Acapulco ni siquiera tiene fechas para grupos de rock como ocurre en Guadalajara, Tijuana o el mismo de Campos Elíseos en Ciudad de México. A fines del año pasado se inaugura El Bulbo, que supuestamente ofrecerá un espacio dedicado al rock, pero no sabemos si sobrevivirá a la maldición de ese lugar que albergaba al hoy añorado Atrium.

Debido a su deficiente organización, se cancela el Festival Sol Azteca Rock, anunciado con bombo y platillo.

Nace el Hydro-Cultura Alternativa y ofrece un espacio físico para todos aquellos grupos underground que se encontraban dispersos por la ciudad, reuniéndolos en el People Rock Studio Café, el nuevo foro para este tipo de propuestas.

El fin de año como siempre nos ofrece eventos de trascendencia, por un lado un grupo de burócratas oportunistas quieren llenarse los bolsillos de lana realizando un “toquin”, pero no poseen la esencia que caracteriza a los eventos de música electrónica; el mismo día el equipo del Aca World Sound Fest prende fuego, con la luna llena como testigo, en la playa condesa; paraíso donde las tornamesas acompañan a la brisa del mar hasta altas horas de la madrugada. Libertad total para el desfogue de sentidos y sensibilidades.

La Cultura Alternativa toma fuerza y esa energía contagia a propios y extraños. De un día para otro todo mundo quiere organizar eventos, hacer tocadas, contratar DJ’s, hacer raves, e integrarse al movimiento que está surgiendo en Acapulco. Eso nos da gusto y llena de satisfacción, saber que somos parte importante de algo que está emergiendo de las cloacas, en una ciudad que carecía de tal tipo de expresiones.

A partir de hoy El Sur ofrece a todos sus lectores estas líneas dedicadas a la critica, investigación, análisis y difusión de la cultura alternativa; aportando así un granito de arena más a la escena nacional y abriendo el telón para todos aquellos interesados en que su obra ruede a la par de todo lo que ya se está moviendo, lo que está provocando que el sur del país vaya subiendo, que los ojos de México volteen hacía acá.

Preparémonos pues para que nuestros sentidos sean invadidos por toda estas propuestas: los tatuajes, perforaciones, discos de vinyl, playeras multicolores, collares, graffiti, música electrónica, performances, rock y demás entes.

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* El autor es acapulqueño y especialista en cultura alternativa