EL-SUR

Lunes 15 de Abril de 2024

Guerrero, México

Acapulco  

Los panteones, una extensión del caos acapulqueño: daños por el sismo, altos precios y subempleo

Regular afluencia en el Día de Muertos en los camposantos de Las Cruces y Valle de la Luz

Daniel Velázquez

Noviembre 03, 2021

 

 

Arriba, decenas de personas en los pasillos del panteón de Las Cruces y abajo, familiares que visitaron las tumbas de sus fallecidos en el Valle de la Luz Fotos: Carlos Alberto Carbajal y El Sur

Decenas de decorados de tumbas en el panteón de Las Cruces fueron dañados por el sismo del pasado 7 de septiembre de 7.1 grados en la escala Richter y a casi dos meses de ocurrido el siniestro las afectaciones que dejó aún son evidentes.
Ayer se pudo ver las decoraciones destruidas, cruces en el suelo, querubines sin cabeza, lápidas en pedazos, tumbas abiertas, imágenes religiosas hechas añicos, escombros que aún no han retirado de las sepulturas los familiares de las personas que allí fueron inhumadas.
Los decorados edificados sobre las tumbas, consistían en pequeñas capillas con columnas que sostenían un techado sobre el cual había querubines o imágenes religiosas, algunas de estas construcciones están inclinadas y a punto de colapsar, otras ya cayeron completamente al suelo y en el derrumbe afectaron otras sepulturas que tienen al costado dañando cruces y lápidas dónde estaba escrito el nombre de la persona fallecida, su fecha de nacimiento, su fecha de fallecimiento y alguna oración o mensaje con el que los familiares habían decidido recordar al difunto.
Las tumbas afectadas por el sismo tienen la característica de estar abandonadas, los pedazos de escombro que cayeron al suelo se ven deteriorados y enmohecidos, no hay rastros de que recientemente las hayan visitado, tradicionalmente hay fechas significativas en que se visitan a los difuntos además de el 1 y 2 de noviembre, también pueden ser el día de la madre, el día del padre, el día del niño o la fecha de cumpleaños de la persona fallecida para dejar flores o alguna veladora, pero en estas tumbas afectadas por el sismo no hay evidencia de alguna visita reciente.
Algunos de los años de fallecimiento que se observaron en las tumbas dañadas por el sismo fueron 1968, 1970, 1978, 1989, 1994, 1997.
De acuerdo con los jóvenes que se alquilaban para realizar labores de limpieza en las tumbas algunas personas solicitaron su ayuda para reparar los floreros que se despegaron o algunas cruces que estaban sobrepuestas pero la mayoría de las decoraciones que derribó el sismo siguen sobre el suelo.

El sol

En el panteón Valle de la Luz lo que más añoran los vivos es la sombra, el sol hace que la visita a los difuntos sea breve otros recurren a toldos, sobrillas, gorras, sombreros y a los escasos árboles que hay en el Valle de la Luz.
A las 11 de la mañana de este 2 de noviembre los espacios para estacionarse sobre la carretera México-Acapulco son escasos, unos automovilistas hacen tiempo en lo que encuentran un lugar.
En la entrada el guardia de seguridad reparte gel antibacterial pero es opcional, algunos de los asistentes lo esquivan.
Los experimentados en la visita al panteón Valle de la Luz llevaron toldos o sombrillas de las que se usan en la playa, algunas las voló el viento, otros llevaron sombrillas personales, gorras o sombreros para mitigar el impacto del sol.
Durante la visita a este lugar se pudo constatar que el orden que impera en este espacio para ocupar todo el terreno para sepultar personas es solo agradable a la vista, pero no es cómodo para ir de visita porque los árboles son escasos y no hay sombra para permanecer mucho tiempo, los que deciden hacerlo llevaron toldos.
Fue común escuchar los comentarios “vámonos a la sombra”, “venimos rápido porque el sol no se aguanta”.
Pero también se vio a familias instalar sombrillas, toldos, llevar alimentos, refrescos para pasar la tarde. Una de las personas que iba con esa intención contó que iban a comer en el panteón, que esperarían hasta la tarde para ver si se hacía como en años anteriores que las personas llegan por la tarde a convivir.

La coca y la cerveza

En las ofrendas, que las familias que acudieron al panteón de Las Cruces y Valle de la Luz habían colocado en las tumbas de sus seres queridos ya fallecidos predominaron dos bebidas, la coca cola y la cerveza, algunas personas dejaron latas abiertas al pie de las tumbas junto con las flores de cempasúchil.
También como parte de la ofrenda se vio pan, dulces, jícamas, mandarinas, globos, juguetes, decoraciones con calabazas de plástico con caras demoniacas sonrientes.
Los estilos para decorar las sepulturas, tiene que ver con la paciencia y la capacidad económica; algunas tumbas estaban tapizadas de flores, tenían ramos en los costados y adornos adicionales como papel picado y cadenas de flores de papel crepé.

La economía de los panteones

Adolescentes, jóvenes y adultos, hombres y mujeres encuentran en los panteones una fuente de ingresos, algunos como comerciantes, otros ofertando sus habilidades en la música, en albañilería y en general su fuerza de trabajo, en un día “bueno” pueden ganar hasta 700 pesos pero si la gente no asiste a los panteones sus ingresos no son los esperados.
Este martes en los panteones había decenas de personas en busca de ganar dinero con sus destrezas.
En el Valle de la Luz, adolescentes y adultos buscaban ingresos acarreando agua, limpiando lápidas y floreros, pintando letras, tocando canciones, vendiendo dulces, botanas, chilate, tortas, tamales, refrescos, agua.
En el Valle de la Luz la limpieza de las lápidas y el acarreo de agua es un trabajo que se paga a voluntad del cliente, les pueden pagar 5, 10 o 20 pesos, pintar las letras si tiene una tarifa fija, el servicio cuesta cien pesos e incluye el nombre y las fechas.
Los músicos, con acordeón o guitarra, tienen diferentes tarifas, quien canta acompañado de la guitarra ofrece tres canciones por cien pesos, quien canta con el acordeón ofrece cinco canciones por 200 pesos y una de pilón.
Todos los productos que se venden en los panteones en general tienen el costo elevado en comparación con los precios habituales en los mercados o en las tiendas: las botellas de agua de medio litro se venden en diez pesos, en los semáforos se pueden comprar hasta en cinco pesos, los refrescos de 600 mililitros en 17 pesos, en las tiendas están en 12 pesos.
La veladoras en vaso de vidrio que tienen un costo de 15 a 18 pesos, se venden hasta en 30 pesos.
Un ramo de seis flores de cempasúchil se vende en 30 pesos, cuando un manojo con un centenar de estas flores en los mercados se pude conseguir hasta en 80 pesos; la bandeja de pétalos de esta misma flor la venden en 30 pesos, en el mercado se puede comprar en 15 pesos.
En el panteón también se ofrecen servicios funerarios, los costos van desde 16 mil pesos mensuales con la funeraria Gayosso hasta 300 pesos mensuales con el Programa de Apoyo de Beneficio Social.
La bolsa de botana como chicharrón, plátanos o palomitas, se vende en 15 pesos, mientras en calle el precio normal es de 10 pesos. El helado Bon Ice que tiene pintado en el plástico que su precio es de 5 pesos, dentro del panteón cuesta 15.
Aunque el acceso a los comerciantes es restringido en el Valle de la Luz, las personas que van a vender se las ingenian para poder ingresar, los refrescos van ocultos en botes que llevan flores o compran desde dentro a las tiendas vecinas de la colonia Paso Limonero.
En Las Cruces el panteón es un mercado, dentro y fuera, este cementerio tiene una tienda dentro donde se ofrecen alimentos y bebidas pero ayer proliferaron en los pasillos vendedores de refrescos, no clandestinos, sino con hieleras, vendedoras de chilate con mesas, vendedores de dulces, gelatinas, crepas, esquimos.
En el acceso principal se reunieron una veintena de comerciantes, en su mayoría vendían relleno, se pudieron contar hasta siete puestos dedicados a vender tortas de relleno, una señora que vendía cubrebocas, otra que vendía cadenas de flores hechas de papel, otra vendía, chicharrones preparados, ramos de gardenias, donas, tepache, pescadillas, sopes, y como es costumbre toda la acera llena de puestos de flores donde solo queda medio metro para que las personas puedan transitar por lo que ayer muchas personas caminaban sobre el bulevar Vicente Guerrero, entre los vehículos estacionados en doble fila.
Los adolescentes que se dedican a acarrear agua y ayudar en la limpieza de las tumbas contaron que ayer hubo mas visitantes que el lunes,
Una señora que se dedica a la limpieza de tumbas dijo que en general fue “un día flojo” porque en años pasados, durante todo el día el panteón estaba lleno, pero ayer podían estar sentados, solo hubo muchas personas en la mañana pero después de medio día empezó a disminuir la afluencia y confió en que por la tarde, al bajar el sol, llegarían mas personas.
Un músico contó que el día estaba flojo, a medio día no había logrado ningún cliente porque las personas a las que les había ofrecido sus servicios se negaron a pagar la cuota de 50 pesos por canción, consideró que es incongruente que si van al panteón a tomar cervezas o algunas botellas de alcohol pretendan pagar barato por la música.
Uno de los integrantes del trío Los Legendarios también narró que el día estaba flojo, pues apenas habían conseguido un cliente a medio día, en años anteriores dijo, desde la mañana empezaban a tocar e iban por diferentes tumbas, su cuota de 80 pesos por canción.
Los músicos se enfrentaron esta vez con la competencia de la popularidad de las bocinas portátiles, diferentes grupos de personas que iban a visitar las sepulturas de sus familiares llevaban bocinas donde ponían la música mientras hacían limpieza y después para pasar un rato sentados en las tumbas.
Se escucharon canciones de Vicente Fernández, José Alfredo Jiménez, Los Yonics y hasta reggaetón.