Guillermo Rivera

El Sur / Ciudad de México

El Servicio Sismológico Nacional se encuentra en óptimas condiciones para registrar sismos y medir sus magnitudes, a nivel nacional y específicamente en Guerrero, sin que el paso del huracán Otis de categoría 5, hace casi un año, haya afectado las operaciones de las diversas estaciones instaladas en esa entidad, afirmó Arturo Iglesias Mendoza, jefe del SSN, en entrevista con El Sur.
Precisó que el fenómeno meteorológico –el más fuerte del que se tiene registro en Acapulco–cuyo primer aniversario será el 25 de octubre, sí afectó algunas estaciones en el estado por la falta de suministro eléctrico, pero no pasó a mayores.
El Servicio Sismológico Nacional, adscrito al Instituto de Geofísica de la UNAM, tiene 98 estaciones en el país, según la información que proporciona en su sitio web; en Guerrero existen nueve. Su propósito principal es consignar la magnitud de los sismos.
–Tras el paso de Otis, ¿en qué condiciones se encuentran las herramientas técnicas de medición, específicamente en Guerrero? –se le preguntó a Iglesias Mendoza, quien además es investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica.
–Tuvimos fallas en un par de estaciones que dejaron de transmitir, sobre todo por el suministro eléctrico. Cuando éste fue restablecido, las estaciones regresaron a la normalidad y, posteriormente, cuando ya había condiciones, fueron visitadas y fueron encontradas, para la magnitud del problema, en bastante buen estado.
El jefe del SSN detalló que se cuenta con una red nacional cuya distribución o densidad de estaciones no es muy alta, pero es suficiente para cumplir con su tarea: “nuestra misión es calcular la localización y dar la magnitud de todos los sismos que son reportados o registrados por los sensores”.

En Guerrero, “una red pequeña pero robusta”

En Guerrero, abundó Iglesias Mendoza, existen más estaciones del SSN que en otras partes del país por la ocurrencia continua de sismos, “pero aún así el número es realmente pequeño con respecto a otras redes”.
Una de ellas, por ejemplo, es la red del Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires), a la que pertenece el Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex), que opera alertas en todo el país, como la de Ciudad de México.
“Nosotros tenemos media docena de estaciones, más o menos, en el estado de Guerrero y, afortunadamente, con los efectos del huracán Otis no sufrimos grandes pérdidas, aparte del suministro eléctrico que comentaba.
“Es una red pequeña pero muy robusta, que tiene algún grado de redundancia de transmisión de datos y algún grado de respaldo de energía, por lo cual realmente no perdimos operatividad, para nada”, reiteró el investigador.
Las estaciones del SSN en Guerrero se ubican, tal y como informa en su sitio web, en Zihuatanejo, Arcelia, El Cayaco, Cruz Grande, Dos Arroyos, Mezcala, Malinaltepec, Platanillo y Tlapa. Son nueve en total.
Recientemente, dijo Iglesias Mendoza, ha sido instalada una estación en la Costa Grande, cerca de San Luis San Pedro, una localidad del municipio de Tecpan de Galeana. “Y esta estación también ayuda muchísimo. Esa es toda nuestra red de estaciones en el estado de Guerrero”. Si se cuenta ésta nueva estación, serían 10.
Aunado a ello, como parte de un proyecto académico del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica, con la cual comparte adscripción el Sismológico, uno de los investigadores encabezó “un proyecto muy interesante de instalación de estaciones sismológicas, de las las cuales también recibimos datos”, añadió el jefe del SSN.
Se trata de una red “más densa, de la que también recibimos datos. No la operamos directamente nosotros, pero tuvimos la sorpresa de que tampoco hubo afectaciones importantes con el paso de Otis. Esas estaciones, aún cerca de la parte más intensa del meteoro, seguían transmitiendo datos sismológicos”.
Para Iglesias es una sorpresa porque la red de Cires, “sí perdió operatividad por la afectación de unas antenas de repetición. Tengo ese dato, pero no sé los detalles. Afortunadamente, nosotros no. En esta ocasión no perdimos operatividad”.

“Tenemos estaciones muy bien equipadas”

Contando las del SSN, las de Cires, algunas del Instituto de Ingeniería y del Departamento de Sismología –estos últimos dos de la UNAM–, existen alrededor de 35 estaciones sismológicas y acelerográficas en Guerrero. Todas poseen instrumentos que registran el movimiento del suelo y la aceleración de la tierra.
En general, las estaciones sismológicas tienen capacidad de medición de movimientos telúricos desde muy pequeños hasta muy grandes, mientras que las estaciones acelerográficas solamente pueden hacer la medición y el registro de terremotos de más alta intensidad.
Respecto a la sismicidad pequeña, Iglesias Mendoza advierte: “Toda la gente en Guerrero sabe que ocurren frecuentemente pequeños sismos que son sentidos localmente, a veces de manera intensa. Esos sismos no son registrados por las estaciones acelerográficas, pero sí por las sismológicas.
“Nosotros tenemos estaciones sismológicas y tenemos el catálogo más completo de localizaciones de sismos”.
—¿En qué consisten estos instrumentos de medición?
—Nuestras estaciones son pocas y sin duda convendría tener más, pero son estaciones, lo digo sin falsa modestia, muy muy bien equipadas. Tienen tres equipos: un sensor de velocidad, un sensor de aceleración y un sensor de GPS de alta precisión. Eso permite hacer muchísimas investigaciones de todo tipo, el rango se amplía de manera notable.
Por otro lado, “las estaciones tienen un grado de redundancia, que estamos trabajando para que sea mayor, pero que permiten que operen con una buena disponibilidad de datos a lo largo de todo el año”.

Es posible registrar sismos muy cercanos y muy lejanos

Interrogado sobre el funcionamiento de los sismógrafos en cada estación del SSN, Iglesias Mendoza mencionó que “en el caso de estos observatorios, se trata de sismógrafos multiparamétricos, es decir que miden varios parámetros de manera simultánea”.
Lo más importante de entender, dijo, es que los sismógrafos tienen “la capacidad de registrar sismos muy pequeños, pero también sismos muy grandes, con muchísima precisión ambos, sismos muy cercanos y muy lejanos.
“Tienen una amplia gama de registro y eso es lo importante para varios propósitos. El nuestro, el primario, es la localización, el cálculo de magnitud, y los demás propósitos son de investigación científica.
“Las estaciones del Cires son mucho más sencillas. El número es mayor. Son estaciones que están diseñadas, pensadas sobre todo en esto del sistema de alerta temprana, que es un propósito particular.
“Las estaciones del proyecto que está en curso, del Departamento de Sismología, son muy interesantes, pues permiten hacer investigación científica y también nos ayudan muchísimo a localizar y calcular magnitud en el Sismológico”, concluyó.