EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Economía  

Atentan en Guerrero contra la diversidad genética al sembrar agave mezcalero modificado, alertan

A raíz de la denominación de origen que obtuvo el estado en 1994, el afán de incentivar la industria ha ocasionado que productores y el gobierno busquen canales de comercialización y utilicen un clon que ha dotado el Centro de Investigación Científica Yucatán, señala el doctor en Sustentabilidad para el Desarrollo por la Universidad Autónoma del Estado de México, Eduardo Sánchez Jiménez

Enero 28, 2023

Aspecto de la fa?brica de mezcal Los Limones, ubicada en la cabecera de Leonardo Bravo Foto: Jessica Torres Barrera

Emiliano Tizapa Lucena

Chilpancingo

El promotor del mezcal artesanal en Guerrero y doctor en Sustentabilidad para el Desarrollo por la Universidad Autónoma del Estado de México, Eduardo Sánchez Jiménez, afirmó que en Guerrero se está “atentando contra la diversidad genética de los magueyes” al sembrar agave mezcalero modificado, además sostuvo que ante la alta demanda se descuida la calidad del producto, debido al corte temprano de la planta, que provoca malas prácticas como agregar azúcar refinada a la fermentación o adulterarlo con otros alcoholes como el de caña.
También sostuvo que el gobierno del estado debe censar a los productores de mezcal, y controlar el “daño impresionante” en los bosques de pinos y encinos en la región Centro que utilizan principalmente los magueyeros, y recomendó retomar la agroecología como alternativa de un plan de manejo estratégico del sector mezcalero.
Eduardo Sánchez Jiménez, quien también es integrante del Sistema Nacional de Investigadores en el Centro Universitario UAEM-Amecameca, expuso que Guerrero se ha distinguido por la producción del mezcal sobre todo por las prácticas tradicionales que tienen los productores, desde la selección de las plantas, el cuidado, la materia prima y el uso de maguey silvestre, en especial del agave cupreata o papalote.
Sin embargo, sostuvo que a raíz de la denominación de origen del mezcal que obtuvo Guerrero en 1994 a la fecha se ha incrementado la producción de mezcal, por ende la demanda de materia prima, que ha ocasionado que diferentes actores económicos, incluido el gobierno del estado, en ese afán de incentivar la industria busquen canales de comercialización y se esté sembrando una especie de clon de agave que ha dotado el Centro de Investigación Científica Yucatán (Cicy), quien hace unos días informó que han enviado cerca de 700 mil plantas entre Guerrero y Oaxaca.

Las plantas modificadas se repartieron a diferentes organizaciones de las zonas Centro, Norte y Tierra Caliente

Vía telefónica, manifestó que no se tiene información de a quienes se les ha entregado estas plantas, pero sí se sabe que es mediante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural de Guerrero (Sagadegro) que se repartió a diferentes organizaciones de las zonas Centro, Norte y Tierra Caliente, “de manera general de todo el agave que se ha repartido para plantación, estamos hablando de un 60 por ciento del agave que repartió el Cicy y de un 40 por ciento de agaves que se ha estado reproduciendo en la entidad”.
Sostuvo que esta plantación de agave modificado con biotecnología sería correcto sí ya no tuviéramos más plantas silvestres, “el problema es que son clones, que significa que estamos atentando contra la diversidad genética de los magueyes, la diversidad genética, es un repositorio milenario donde las plantas guardan información de sequías, temblores, cambios en la temperatura, pero también de plagas y enfermedades”.
Mencionó que si toda esta información se va perdiendo se producen individuos mucho más vulnerables a plagas y enfermedades, a sequías y cambios de temperatura, que además requieren más insumos externos como fertilizantes agroquímicos, es decir, que también significan “un gasto tanto para el productor y el gobierno, por los subsidios”.
Resaltó que además se tienen costos ambientales porque ante el alto uso de fertilizantes hay mayor concentración de nitrógeno y fósforo en la tierra, contaminando el suelo que se hace menos fértil, “entre otras consecuencias porque es un problema multidimensional”.
Aseguró que el municipio de Mártir de Cuilapan actualmente “es el centro de mayor distribución y población de maguey mezcalero cultivado”, en cuanto a la producción de mezcal sostuvo que es complejo saber porque no hay un padrón, que se puede basar en las cifras del Consejo Regulador del Mezcal, pero que de un 100 por ciento del universo de productores solo tiene certificado a un 20 por ciento.
No obstante, indicó que Eduardo Neri es el municipio de mayor producción de mezcal, en segundo lugar está Chilpancingo, en tercer lugar Tixtla y Chilapa, después Mochitlán e Iguala.

Urge censar a los productores y las transformaciones del mezcal

Argumentó que hace un par de años se creó el Registro Nacional del Maguey por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) que buscaba censar a los productores de maguey, y las transformaciones que se le hace al mezcal, pero no fue posible concluirlo, por la mala organización entre los poderes.
Eduardo Sánchez expuso que la producción a grandes volúmenes ha descuidado la calidad, porque tradicionalmente los mezcales de Guerrero venían de magueyes “capones”, es decir, maduros, para que tuvieran mayor concentración de azúcar, pero ahora con la demanda de mercado “ya no se deja madurar e incluso los cortan antes de su madurez fisiológica”.
Mencionó que anteriormente las cosechas de maguey se cortaban de entre ocho a 15 años de madurez, “y ahora he escuchado que a partir de los seis años ya los están aprovechando y hay un déficit muy importante de por lo menos la mitad de su tiempo de maduración, que repercute en los sabores y el rendimiento”.
Ejemplificó que los magueyes maduros daban una proporción de 10 kilos de maguey por un litro de mezcal, si tú lo cortas tierno se pierden azúcares y es cuando entran las malas prácticas como “agregar azúcar refinada a las tinas de fermentación o incluso se habla de adulterar el mezcal con otros alcoholes como el de caña, que es más económico y se hace el perjuicio a la calidad”.
Sostuvo que la certificación de algunos organismos no toman en cuenta esa parte, y afirma que “podemos tener muchos mezcales de Guerrero certificados, con membrete y hologramas en importantes cadenas de distribución, pero de muy mala calidad”.
Sánchez Jiménez expresó que los apoyos de los gobiernos para certificaciones “son apoyos mediáticos” porque benefician solo a actores de la cadena de valor, como los comercializadores, pues da la certeza de que es un mezcal, pero no da la certeza de que es un buen mezcal”.
Afirmó hace un poco más de un año, un grupo de productores con apoyo de diferentes académicos e investigadores propusieron la Ley Estatal del Mezcal Tradicional al Congreso del Estado que buscaba regular las malas prácticas y limitar que se trajera magueyes de otros lados, incluso que no se sembrara maguey de una región a otra en Guerrero, que se respetaran los aparatos de destilación que culturalmente son de ascendencia ancestral, y no se cambiaran por los alambiques de acero inoxidable y cobre, pero se quedó en comisiones y no se ha discutido en el pleno.

Llama a revalorar las prácticas agrícolas tradicionales

Mencionó que en Guerrero hay otras formas de organización y de producción, por lo que llamó al gobierno del estado a revalorar las prácticas agrícolas tradicionales, es decir, rescatar las bases históricas y culturales de los pueblos mezcaleros.
Añadió que otro problema poco visible, es que se está ocasionando un daño impresionante en los bosques de pinos y encinos sobre todo en la región Centro, “alrededor del 10 por ciento de hectárea de un bosque se aprovecha por mes, por una unidad productiva, entonces hay lugares donde tenemos 35 fábricas como en Axaxacualco, en Eduardo Neri, estamos hablando de hectáreas de bosque que se va de manera anual y que no están siendo reguladas ni por la Comisión Nacional Forestal (Canafor), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) o la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren)”.
Dijo que el gobierno del estado cuando anuncia el impulso a la industria del mezcal entrega alambiques, certificación y plantación de maguey, pero ninguna campaña de reforestación de bosques, “los magueyeros ocupan encinos, huamúchiles, árboles grandes que den brasa”.
Expuso que el llamado debe ser fuerte porque el mezcal no solamente se hace con maguey, se hace con leña, agua y palma, de esta última dijo, “se ocupa para tapar los hornos o las tinas, e incluso está vedada de acuerdo a la Norma 059, y tampoco hay control. El agua se ocupan alrededor de 15 litros para producir un litro de mezcal, entonces si hablamos de miles de litros que requiere la industrial y que sale de los bosques que están siendo exterminados”.
Eduardo Sánchez, es originario de Mochitlán, en 2016 promovió la fundación de la cooperativa Tepolzito en su municipio, la primera empresa social con un programa de manejo sustentable en Guerrero, e impulsó la primera escuela campesina en el país de formación de maestros mezcaleros en el ejido de Mochitlán; en 2017, promovió la certificación agroecológica participativa en los estados de Guerrero, Oaxaca y Estado de México en apoyo a pequeños productores.
En 2020, colaboró a la elaboración y presentación de la Ley Federal del Mezcal Tradicional, que actualmente se discute en el Senado de la República, y desde el 2020 hasta la fecha, dirige el proyecto nacional del Registro Nacional del Maguey impulsado por el Sistema Nacional de Certificación de Semillas (SNICS) de la Sader.
Agregó que “la agroecología que es un paradigma científico, retoma las bases culturales, históricas, la cosmovisión de los pueblos, y puede ser la alternativa que funcione como una estrategia gubernamental de la mano de los productores, la iniciativa privada y los investigadores para planear el manejo estratégico del sector mezcalero en Guerrero”.
Pidió al gobierno estatal “retomar la agroecología, porque estamos hablando de un sistema alimentario que es el agave”.