Óscar Ricardo Muñoz Cano

Diversos supermercados ubicados en la franja turística de Acapulco decidieron cumplir con el cierre temprano de sus actividades solicitado esta semana por el gobierno del estado, no obstante que sus problemas de saturación y del cumplimiento de las medidas sanitarias impuestas por la pandemia de Covid-19 continuaban.
Esto es, que había saturación de gente en las entradas y las cajas de cobro, gente exigiendo entrar sin cubrebocas o acompañada de menores o poca disciplina de los guardias de seguridad para imponer las reglas de sana distancia.
Ayer, durante un recorrido hecho por la tarde por diversos supermercados ubicados frente al Parque Papagayo y hasta Las Hamacas e independientemente de que ayer no fue día de pago de quincena u alguna otra prestación, mostraron una afluencia tal que incluso hubo gente haciendo fila para entrar.
Tal es el caso del nuevo Chedraui, ubicado precisamente frente a la playa Las Hamacas y que recién fue inaugurado el pasado miércoles en medio de multitudes deseosas de conocer dicho lugar.
Ahí, hubo un momento en que para entrar hubo que hacer fila pues el agente de seguridad privada no se daba abasto para tomar la temperatura, exigir el cubrebocas y aplicar gel antibacterial ante la impaciencia de la gente que de plano se brincó el filtro para tomar su carrito y empezar a hacer sus compras.
La misma situación se presentaba a la hora de pagar; a pesar de tener más de una docena de cajas, éstas ayer a las 6 de la tarde mostraban largas filas de gente que no respetaba la sana distancia ante la indiferencia de los empleados.
Si bien en todas las tiendas se anunciaba la negativa a dejar a entrar a niños o personas de la tercera edad, en ese mismo supermercado así como en el Hiper Soriana ubicado ya rumbo a la playa Papagayo sí se observó que varios adultos mayores hacían sus compras sin ningún problema.
De hecho, en este último lugar se observó que muchas personas, principalmente turistas, exigían a la entrada que los dejarán pasar con sus hijos bajo el pretexto de que no tenían con quien dejarlos encargados.
Mientras tanto, del otro lado de la calle, en Aurrerá, la afluencia de gente también fue elevada, más allá de que de por sí es una tienda chica y con facilidad se satura.
Es más, conocida por ofrecer servicio las 24 horas, actualmente y con las nuevas restricciones sólo tiene un horario diurno cerrando a las 8 de la noche.
Pozolerías, más allá del 40 por ciento permitido

Mientras tanto, durante el tradicional jueves pozolero se observó que en la misma zona –desde la Vía Rápida sobre la avenida Costera hasta la avenida Wilfrido Massieu– diversas pozolerías rebasaron el 40 por ciento de operatividad solicitada por el gobierno del estado desde el pasado lunes.
No obstante, sin llegar a la saturación pero sin respetar por ejemplo la separación entre personas y sí cumpliendo con el resto de las medidas sanitarias y de seguridad (toma de temperatura, gel antibacterial, el tapete para desinfectar los zapatos, cubrebocas obligatorio).
Comensales, tanto del puerto como turistas, llenaron mesas de lugares como Los Anafres, Carabalí, Casa Azul o el tradicional Copacabana, repitiendo la fiesta gastronómica y de espectáculo de la semana anterior cuando la restricciones eran otras y más holgadas.
Para las 6 de la tarde, en los diversos lugares ya se ofrecían espectáculos de música en vivo a decenas de bailarines al igual que los de los tradicionales imitadores y los siempre aclamados shows de travestis.