La presidenta del Frente de Rescate del Acapulco Tradicional (FRAT), Dulce María Gómez Velasco denunció que en la pavimentación de las calles aledañas al Zócalo que son parte del corredor turístico hay grietas, y pidió que intervenga el gobierno para que la constructora arregle esos desperfectos.
Asimismo, en declaraciones a reporteros en el Palacio municipal, criticó la escultura que puso el gobierno en la glorita del fraccionamiento Costa Azul, que no concuerda con la imagen de Acapulco, así como el reloj frente a las oficinas de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado del Municipio de Acapulco (CAPAMA) se ve “horroroso” y el municipio merece mejores proyectos, comentó.
“Hay cosas que se debieron haber evaluado, porque en las esquinas, cuando dan la vuelta los carros no caben, los bomberos no entran”, y eso es inseguro, cuestionó la dirigente.
Agregó que la empresa que hizo la obra, “debe tener cuidado con los detalles y acabados, porque hay mucho que desear, ya están estrelladas algunas partes del concreto, y eso no es culpa del presidente (municipal), pero debe pedir a la compañía la reparación”.
Del proyecto de playa pública en Dominguillo, dijo que se están perjudicando las palmas del área porque “están cortando todas las raíces, ellos dicen que no vamos a tirar ninguna palmera, pero le están cortando todas las raíces… El adefesio que pusieron en la glorieta de Costa Azul, parece que estás llegando a Ciudad Satélite, en México, creo que lo único que necesitaba en ese lugar, en vez de hacer tanto gasto, eran árboles que den sombra, y bancas”, agregó; y respecto al reloj señaló que “parece tubo viejo, es una obra corriente, y Acapulco merece mejores proyectos de imagen urbana”.
Del símbolo que pusieron en la colonia Garita, dijo que “los agujeros que recuerdan a situaciones que Acapulco no debe recordar, no debe haber nada, hacer alusión a la paz donde hubo una tragedia no es lo correcto, porque la gente constantemente lo recuerda”.
En referencia a la remodelación de la plazoleta Morelos dijo que el alcalde debió asesorarse con personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para que no hubiera ningún problema”.