Aurora Harrison

El sábado 16 restaurantes y ocho hoteles de Pie de la Cuesta que estaban cerrados por el Covid-19 reabrieron e instalaron filtros y medidas de higiene y ayer continuaron dando servicio. La presidenta de la Unión de Propietarios de Negocios de esa zona, María Nelly Mejía Cienfuegos, dijo que es un “ensayo” para cuando el gobierno ordene la apertura.
En un recorrido a las 12 del día del domingo en Pie de la Cuesta en el área de playa había unos pescadores tratando de atrapar algunos peces para comer o vender, mientras que una pareja de turistas estaba acostada en la arena tomando el sol, a pesar de que oficialmente se encuentran cerradas las playas para uso recreativo por la pandemia del coronavirus.
El sábado, restauranteros reabrieron sus negocios con instalación de filtros sanitarios para evitar contagios, el uso de cubrebocas obligatorio, gel antibacterial, la toma de temperatura a cada uno de los clientes, los tapetes con desinfectantes y la distancia entre las mesas.
Ayer en la conferencia del mediodía el secretario de Finanzas y Administración del gobierno del estado, Tulio Pérez Calvo, aclaró que no hay autorización para que restaurantes de Pie de la Cuesta inicien actividades.
Acapulco de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud del Estado es el municipio que tiene mayor número de contagios y el semáforo epidemiológico sigue en rojo.
“Es un ensayo previo a la apertura que será el 1 de julio, es un ensayo, porque si vez no hay tanta gente, pero sí es necesario que tanto los trabajadores como los propietarios llevemos a cabo los protocolos que nos marcan los lineamientos que nos dieron en la certificación de Covid-19 y para que poco a poco vaya la reapertura y la economía empiece a fluir de una manera segura y responsable”, argumentó la presidenta de la asociación.
Los restaurantes, dijo, están abiertos en un 30 por ciento, con las medidas sanitarias. Este domingo en un recorrido se observó que las mesas estaban separadas, y en los restaurantes que estaban abiertos nada más había una o dos mesas ocupadas, otros no tenían gente y las playas siguen cerradas, aunque había algunos que estaban en la arena tomando el sol.
Los propietarios de restaurantes que abrieron, dijeron que dos meses pueden estar cerrados, pero un tercer mes se dificulta porque tienen que pagar empleados, además de servicios públicos, como luz, agua, y no pueden darse el lujo de seguir cerrados.
Como se observó en los que tenían servicio, había lonas o cartulinas donde se leían que se acatarán las disposiciones de salud y que era obligatorio el cubrebocas y el gel. Los que cuentan con alberca nada más se permitirá que puedan entrar cinco personas.
“Al gobierno se le hace fácil decir quédate en casa, pero no da ninguna alternativa de solución, no estamos pidiendo la cosa regalada, sino que se organicen, por ejemplo, a los que generamos empleos para que no se pierdan y queden sin esa fuente. Todas las familias deben de organizar el préstamo de 25 mil pesos”, opinó Cienfuegos.
Consideró que las autoridades los dejaron a la deriva, y aunque el gobierno municipal instaló dos comedores comunitarios los que acuden son vendedores de playa y algunos de los trabajadores, “pero los propietarios cómo le vamos a hacer, como pagamos la nómina de los empleados”.
Respecto a si no tenían miedo que los clausuraran, respondió que el gobierno de forma constante los está supervisando que acaten la disposición de trabajar el 30 por ciento y las medidas sanitarias no tendrán problema, el sábado acudió Reglamentos y Espectáculos a revisar que se cumplan los protocolos.
“No hay para los insumos, tu sabes que todo esto implica gastos, muchos no lo lograron porque no había que empeñar o a quien pedirle y muchos siguen a la espera de haber si se les da los préstamos del gobierno federal para que puedan comprar”, dijo.
El sábado el restaurante Tío Markos puso un letrero que dice: “abierto con los protocolos de ley”, conforme entras al negocio, que está en operación al 30 por ciento, hay más anuncios donde se lee “guarde su sana distancia” y “usar el cubrebocas de manera obligatorio”.
También hay un filtro con gel antibacterial y un termómetro para medir la temperatura de los clientes, las mesas están a metro y medio de distancia. El sábado abrió a las 10 de la mañana con dos meseros, una cocinera y dos ayudantes, de un total de 13 empleados.
El patio cuenta con una alberca, las mesas estaban separados metro y medio, y a las 10 de la mañana no había clientes, el dueño estaba dando indicaciones al personal.
El propietario del restaurante, Marco Flores, dijo que reabrieron el negocio luego de que tomaron unos cursos de capacitación Punto Covid-19 y otro del gobierno del estado para adaptarse a la nueva normalidad por la emergencia sanitaria.
“Estamos autorizados a trabajar al 30 por ciento, en este caso mi restaurante que es como para 180 personas, consideró trabajar sólo con 40 personas, una vez que tenga esa cantidad mandaré a cerrar la puerta y no atiendo hasta que se vaya desocupando”, dijo.
Agregó que de manera constante estará limpiando y tomando todas las medidas sanitarias necesarias establecidas por el gobierno federal y estatal a través de las secretarías de Salud y sus trabajadores traerán cubrebocas, caretas y constantemente se lavarán las manos.
“Una vez que llegue el primer cliente todo mundo debe tener caretas, cubrebocas, guantes, el viernes todo el día nos llevamos para la limpieza de loza, cristalería, incluso las bebidas embotelladas”, dijo el propietario del restaurante que el sábado reabrió.
Respecto a que Acapulco sigue en semáforo rojo y por lo tanto se retrasa la apertura de los negocios, mencionó que hay algunos que durante estos meses estuvieron abiertos, que no acatan las medidas de higiene, y “nosotros estamos preparados para tal cosa”.
“Nosotros estamos listos con las medidas y desde luego que vamos a ir aumentándolas para la prevención de contagios de coronavirus”, puntualizó el propietario del restaurante.
En otros negocios había personas que estaban haciendo aseo, pintando, otros todavía tenían en sus entradas principales letreros que decían “cerrado temporalmente por pandemia” o se vende para llevar, como es el caso del restaurante Tres Marías.
En el área de playa, que sigue cerrada por disposición oficial, había algunas personas que se encontraban pescando, y a las 10 de la mañana del sábado no se observó a ningún bañista.