Mariana Labastida / Aurora Harrison / Brenda Escobar

Acapulco / Zihuatanejo

Acapulco alcanzó una ocupación promedio del 17.9 por ciento, la mayor desde que se abrieron las playas el pasado 2 de julio, tres meses después del cierre por la emergencia sanitaria derivada del Covid-19. El sábado Acapulco amaneció con una ocupación hotelera de 16.3 por ciento, la zona con mayor cuartos ocupados fue la zona Dorada con 18 por ciento.
De acuerdo con el informe de la Secretaría de Turismo (Sectur) estatal en el estado la ocupación alcanzó los 18.4 puntos porcentuales en promedio, mientras en Taxco llegó a los 13.3 puntos porcentuales.
El aumento de visitantes no sólo se notó en las cifras oficiales de ocupación hotelera, sino también en los vestíbulos de los hoteles y en las calles, donde se vio un aumento de vehículos con placas de otros estados.
A 10 días de la apertura de las playas la ocupación en Acapulco alcanzó los 17.5 puntos porcentuales, la cifra más alta después del cambio del semáforo epidemiológico a naranja que permitió la reactivación del sector turístico.
La zona Diamante y Dorada tuvieron una ocupación similar al registrar un porcentaje del 19.7 y 19.5 por ciento respectivamente, la Tradicional fue la más baja con apenas el 2.4 por ciento de ocupación.
Las autoridades también informaron que la ocupación en condominios en la zona Diamante llegó al 32 por ciento y en la Dorada al 29, mientras que en los tiempos compartidos fue del 3.3 en Acapulco y del 10.6 en Ixtapa-Zihuatanejo.
Al mediodía del sábado en las playas Papagayo y Carabali se notó un aumento de bañistas, mientras que las autoridades mantienen los filtros sanitarios para indicarles las medidas preventivas por el coronavirus.
Se observó que entre grupos de turistas no usan el cubrebocas en su totalidad y los que sí lo portan se lo retiran cuando están en la playa.
También en estas playas se observaron muchos vendedores ambulantes, unos 30 vendedores de artesanías, ropa de playa, quesadillas y comida se encontraban en la playa Papagayo, algunos prestadores de servicios turísticos utilizan el cubrebocas, y se observó que no hay mobiliario, sólo los de los restaurantes
Lo anterior a pesar de que en el filtro las autoridades indican a los visitantes que deben usar el cubrebocas, que no pueden introducir alimentos y que las playas están abiertas hasta las 7 de la tarde.
La ocupación en la zona Diamante, que comprende hoteles que se encuentran de La Base Naval a Barra Vieja, la ocupación fue de 16.8 por ciento. La zona Tradicional, que comprende hoteles que se encuentran cercanos a las playas como Caleta y Caletilla, reporta un 3.7 por ciento.
Respecto a la ocupación en condominios en Acapulco las autoridades reportan que la zona Diamante tiene un 30 por ciento y la Dorada 28 por ciento.

Logra Ixtapa-Zihuatanejo un 20.3 por ciento de ocupación del 30% permitido

Este segundo domingo de reactivación económica en Guerrero, después de que el semáforo de la alerta sanitaria pasó a color naranja, la ocupación hotelera en Ixtapa-Zihuatanejo llegó a un 20.3 por ciento, del 30 por ciento que está autorizado por las autoridades. En la zona hotelera de Ixtapa, las hospederías reportaron 22.0 por ciento de ocupación, mientras que en el puerto de Zihuatanejo, los hoteles registraron 12.3 por ciento de cuartos ocupados.
Ayer domingo, durante un recorrido por las principales avenidas de este puerto y por la playa La Ropa, se observaron turistas caminando por el centro de la ciudad, mientras que otros disfrutaban del sol, el mar y la arena, aunque la mayoría de ellos no usaban cubrebocas ni en los restaurantes guardaban la sana distancia entre una y otra mesa.
En el filtro que el gobierno municipal colocó en la entrada a esta playa en el costado poniente del restaurante La Gaviota, los inspectores se afanaban por indicarles a los turistas que tenían que utilizar el cubrebocas como requisito indispensable para poder entrar al balneario.
Al igual que ocurrió el domingo pasado, pero en esta ocasión, con menos gente, muchos visitantes que decidieron no acatar las disposiciones de las autoridades locales, optaron por entrar a la playa por el lado oriente del mencionado restaurante y colocar sillas, mesas y hamacas debajo de los mangles, también sin utilizar cubrebocas, ni guardar la distancia; mientras que dos conocidos vendedores de mariscos en esa área ofrecían sus productos a los turistas y algunos de ellos los consumían en el mobiliario que dispusieron para dar servicio.