Al menos 32 personas murieron y 70 resultaron heridas a consecuencia de un ataque suicida perpetrado ayer en la mezquita chií de Bibi Fatima o Imán Bargah, una de las más importantes de la ciudad afgana de Kandahar, capital de la provincia homónima, en el sur del país.
El portavoz de la oficina política de los talibán, Mohammad Naeem, difundió una declaración del jefe de la policía de Kandahar, en la que condena de manera “enérgica” los sucedido ayer en la ciudad, y mandó el pésame a las familias de las víctimas.
Naeem escribió en su cuenta de Twitter, que la gente de la zona pidió a los talibán armas “para que ellos mismos vigilaran su mezquita, y así lo hicimos”, cuenta. Sin embargo, “desafortunadamente no pudieron, así que en el futuro asignaremos grupos especiales para proteger lugares como este”.
“La ONU condena la última atrocidad dirigida contra una institución religiosa y sus fieles. Los responsables deben rendir cuentas”, lamentó la Misión de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) en su cuenta de Twitter.
Testigos del portal de noticias Jaama Press informaron de al menos dos explosiones en la mezquita, coincidiendo durante las oraciones de ayer, aunque otras fuentes de la cadena Tolo News elevan a tres el total de detonaciones, todas simultáneas, lo que implicaría la existencia de múltiples atacantes.
De momento, los talibán solo confirmaron una detonación, así como “varios compatriotas martirizados o heridos”, según el portavoz talib de Interior, Said Josti, en un comunicado recogido por el portal de noticias Aamaj News.
El portavoz ya trasladó en ese momento sus sospechas de que la detonación fue consecuencia de un atentado, aunque ningún grupo revindicó el incidente. “Fuerzas especiales del Emirato Islámico llegaron a la zona para determinar la naturaleza del incidente y llevar a los perpetradores ante la justicia”, añadió Josti.
Posteriormente, el portavoz talibán, Zabibulá Muyahid, condenó “el bárbaro ataque contra civiles en una mezquita en Kandahar”, y expresó su “más sentido pésame a las familias de las víctimas”.
Este atentado tiene lugar una semana después del atentado perpetrado por la filial afgana de Estado Islámico contra otra mezquita chií, esa vez en la localidad de Jan Abad, provincia de Kunduz, que dejó al menos 120 muertos y 150 heridos.
El grupo yihadista Estado Islámico reivindicó la autoría del atentado perpetrado ayer en una mezquita chií de Bibi Fatima o Imán Bargah, una de las más importantes de la ciudad afgana de Kandahar, capital de la provincia homónima ubicada al sur del país.
Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP), rama del grupo yihadista que opera en el país, indicó que se trató de un “doble atentado suicida”, según un comunicado recogido por SITE Intelligence Group, un organismo especializado en hacer seguimiento de los grupos terroristas.
La filial afgana del grupo terrorismo precisó que dos de sus combatientes “mataron a tiros” a los guardias de la mezquita y, después, se inmolaron en el interior de la misma. El suceso coincidió con las oraciones de ayer.
Los talibán confirmaron solo una detonación en la mezquita, pero testigos indicaron que se habían producido al menos dos, lo que ahora respaldaría la declaración de Estados Islámico, que asegura que se trató de un doble atentado