EL-SUR

Martes 22 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Mundo  

Cruzan Ucrania y Rusia acusaciones por la destrucción de una presa en la región de Jersón

Reportan siete desaparecidos tras el siniestro en la presa Kajovka ocurrido la madrugada de ayer a 60 kilómetros de la ciudad ucraniana. Unas 900 personas fueron evacuadas y 17 fueron rescatadas de tejados, pues el agua ha llegado a alcanzar 12 metros de altura. EU reconoce no estar en disposición de determinar quién está detrás de dicha destrucción

Junio 07, 2023

Agencia Reforma / Europa Press

Kiev / Madrid

El muro de una importante presa en una zona del sur de Ucrania controlada por Moscú se derrumbó ayer por la madrugada y provocó inundaciones, lo que puso en peligro a la mayor central nuclear de Europa y amenazó el suministro de agua potable. Rusia y Ucrania se culparon mutuamente, sin ofrecer pruebas.
Al menos siete personas han desaparecido tras las inundaciones causadas por la destrucción de la presa de Nueva Kajovka, en el río Dniéper y a 60 kilómetros de la ciudad ucraniana de Jersón.
Unas 900 personas han sido evacuadas de estos territorios y 17 han sido rescatadas de tejados, pues el agua ha llegado a alcanzar 12 metros de altura. Las autoridades han pronosticado que el nivel del agua comience a bajar dentro de tres días.
Según el alcalde prorruso de la localidad, Vladimir Leontiev, los equipos de rescate están “rondando” estos territorios y, aunque el nivel del agua sigue siendo “muy significativo”, el nivel del agua en la ciudad ha comenzado a descender.
Las autoridades prorrusas de Jersón, parcialmente ocupada por las tropas rusas, han anunciado este miércoles la extensión del estado de emergencia a toda la región por las inundaciones registradas a raíz del ataque a la presa de Kajovka.
El Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania ha informado de la destrucción de la infraestructura y ha indicado que está investigando la magnitud del daño, así como la velocidad y la cantidad de agua que afectarían a las zonas probables de inundación.
El presidente Volodimir Zelenski culpó a los “terroristas rusos. La destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka únicamente confirma a todo el mundo que deben ser expulsados de todas las esquinas del territorio ucraniano”, ha manifestado el mandatario ucraniano a través de su cuenta en la red social Twitter.
Mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló a las fuerzas ucranianas y calificó lo sucedido como un ataque de “sabotaje”.
“Podemos afirmar inequívocamente que estamos hablando de un sabotaje deliberado por parte de Ucrania, que fue planeado y llevado a cabo por órdenes del régimen de Kiev”, ha enfatizado ayer Peskov, según recoge la agencia Interfax.
El alcalde de Nueva Kajovka, Vladimir Leontiev, ha recalcado que “obviamente, es imposible” llevar a cabo reparaciones en la presa. “Creo que, igual que la central hidroeléctrica fue construida en los años cincuenta, tendrá que ser reconstruida tras nuestra victoria”, ha dicho en declaraciones a la cadena de televisión rusa Rossiya 24.
Las comunidades a lo largo de la vía fluvial corren el riesgo de ser inundadas y arrastradas. Unas 16 mil personas se encuentran en la “zona crítica” en la orilla occidental del río Dnipro controlada por Ucrania, dijo Oleksandr Prokudin, administrador militar regional.
Las posibles consecuencias medioambientales y sociales ocasionadas por el desastre quedaron claras pronto cuando las viviendas, las calles y los negocios empezaron a inundarse río abajo y los equipos de emergencias iniciaron los desalojos.
El responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, ha tildado ayer de “aterradoras” las imágenes de las inundaciones en Jersón tras el ataque a la presa de Nueva Kajovka y ha afirmado ante el Consejo de Seguridad de la ONU que es la destrucción de infraestructura civil “más significativa” desde el inicio de la invasión rusa.
Asimismo, ha alertado de que las necesidades humanitarias “aumentarán” a medida que avancen las inundaciones. Por el momento, hay al menos 40 asentamientos inundados o parcialmente inundados en Jersón y se espera que este número aumente en los próximos días.
El ataque contra la presa ha provocado por el momento la evacuación de los residentes de 300 viviendas a ambos lados del río Dniéper, donde la población civil trata de desplazarse para mantenerse a salvo ante el aumento del nivel del agua, que según las autoridades prorrusas se ha incrementado en unos diez metros de altura, según informaciones de la agencia de noticias TASS.
El Ministerio de Energía ha señalado que existe un alto riesgo para las instalaciones de la zona, especialmente para la central termoeléctrica de Jersón. En total, se estima que unas 12 mil personas se han quedado sin electricidad en el distrito de Ostriv, donde además existen problemas de suministro de agua.
El gobierno ha señalado que se han puesto en marcha una serie de medidas para hacer frente a la crisis y ha destacado que la central nuclear de Zaporiyia esté en peligro, una cuestión que está siendo supervisada.
Los funcionarios se apresuraron a revisar el sistema de refrigeración de la central nuclear de Zaporiyia y las autoridades se mostraron preocupadas por el suministro de agua potable en Crimea, la península anexionada ilegalmente por Rusia en 2014.
La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar, ha asegurado ayer que las inundaciones derivadas del ataque contra la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en la región de Jersón, han afectado a los campos de minas plantados por los rusos y con ello su “detonación caótica”.
El presidente de Ucrania, Volodir Zelenski, ha reunido este lunes de urgencia a su Consejo de Seguridad Nacional y Defensa para examinar las consecuencias de la destrucción de la infraestructura, situada en la región de Jersón.
Las ONG Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) han condenado ayer el desastre ambiental y humanitario que supone la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, que ha inundado las inmediaciones de la región entre acusaciones cruzadas de Rusia y Ucrania por la autoría del ataque.
En este sentido, ha recordado que la planta, ubicada en el río Dniéper, suministra agua no solo a la península de Crimea, sino también a la central nuclear de Zaporiyia, que utiliza el embalse para la refrigeración de sus instalaciones, las más grandes de Europa.
De hecho, el director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, ha alertado que los “graves daños” en la presa han provocado una “reducción significativa” del agua almacenada en el embalse.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha admitido que Estados Unidos no está en posición de poder determinar qué ha ocurrido en la presa de Nueva Kajovka, en la región ucraniana de Jersón, ni quién ha estado detrás del ataque.
“No podemos decir de manera concluyente en este momento qué ha sucedido”, ha manifestado Kirby en rueda de prensa, donde ha reconocido que Washington ha visto informes en los que se muestra que Rusia es responsable de la voladura de la presa.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha condenado ayer el ataque contra la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en Jersón, consecuencia directa, ha dicho, de la invasión rusa de Ucrania, si bien ha matizado que no disponen de “información independiente” sobre cómo se produjo.
La Unión Europea ha acusado ayer a Rusia de llevar la agresión contra Ucrania a “un nivel sin precedentes” y cometer un crimen de guerra con la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, que amenaza con inundar la región ucraniana de Jersón.
La OTAN ha denunciado ayer el ataque “atroz” de Rusia tras el ataque contra la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, que amenaza con inundar numerosas localidades en la región de Jersón.
El Comité de Investigación de Rusia (CIR) ha anunciado ayer la apertura de un caso sobre posible ataque terrorista en el marco de la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper.