La policía francesa detuvo a cuatro personas del entorno del presunto terrorista que mató a dos personas e hirió a otras 12 la noche del martes en un popular mercadillo de Navidad en el centro de Estrasburgo, informó ayer el fiscal antiterrorista Rémi Heitz.
Heitz explicó en Estrasburgo que el presunto autor, Chérif C., usó en el ataque tanto una pistola como un cuchillo. Agregó que dos de las víctimas murieron, mientras que una tercera se encuentra en estado de muerte cerebral. Seis de los heridos están muy graves, añadió.
Chérif C., de 29 años, originario del norte de África y residente en Estrasburgo, sigue profugo. Por lo que se sabe hasta ahora, se radicalizó estando en prisión. El hombre había sido condenado por múltiples robos en Francia. Suiza y Alemania.
El atacante “abrió el fuego repetidamente con su arma y usó un cuchillo con el que mató e hirió gravemente” a varias personas, indicó el fiscal.
Testigos de lo ocurrido señalaron que escucharon al atacante gritar “Allahu Akbar” (Alá es grande). A raíz del modus operandi y del lugar escogido para el ataque, fue la fiscalía antiterrorista la que se hizo cargo de las investigaciones, dijo Heitz.
“Dado el lugar seleccionado, la forma de operar del atacante, su perfil y los testimonios recabados entre quienes lo escucharon gritar ‘Allahu Akbar’ (dios es grande), la sección antiterrorista de la oficina del fiscal de París… abrió una investigación por intento de asesinato vinculado con una iniciativa terrorista”, dijo Heitz a los reporteros en una conferencia de prensa.
Francia elevó al máximo el nivel de amenaza a su seguridad, fortaleció sus controles fronterizos y pidió a la gente en torno a Estrasburgo que restrinja sus movimientos mientras la policía busca al sospechoso. La policía alemana también reforzó los controles fronterizos junto al Río Rin, dijeron funcionarios.
Por otro lado, la Justicia francesa detuvo a Patrice-Edouard Ngaïssona, líder de una milicia de la República Centroafricana acusado de crímenes contra la humanidad, informó ayer el Tribunal Penal Internacional (TPI) en La Haya.
El TPI había emitido una orden internacional de arresto contra Ngaïssona, “coordinador general nacional” de la Coalición Anti-Balaka, una milicia cristiana que lucha contra la Coalición Seleka, de mayoría musulmana. El tribunal también pidió la extradición del líder rebelde.