Europa Press

Madrid

El Ejército de Israel ha bombardeado ayer por la tarde en torno a un centenar posiciones pertenecientes al partido-milicia chií Hezbolá en el sur de Líbano en uno de los mayores ataques de las fuerzas israelíes desde que comenzaron los enfrentamientos hace casi un año a raíz de los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) del 7 de octubre.
“Aviones de combate de la Fuerza Aérea han atacado en las últimas dos horas, bajo la dirección de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Mando Norte, cientos de plataformas de lanzamiento que estaban listas para su lanzamiento inmediato en el territorio del Estado de Israel. A partir de la tarde, un total de alrededor de 100 lanzadores e infraestructura militar adicional han sido atacados, incluyendo alrededor de mil plataformas de lanzamiento que estaban listas para un lanzamiento inmediato”, han publicado las FDI en su cuenta de la red social X.
En ese sentido, han prometido seguir “dañando y degradando” las capacidades “terroristas” y las infraestructuras de Hezbolá, que ha sufrido decenas de bajas en los últimos días tras una serie de explosiones de aparatos electrónicos como ‘buscas’ o ‘walkie-talkies’, una acción atribuida a Israel pero sobre la que no se ha pronunciado.
Estas acciones se producen en un momento en el que el gobierno ha reconocido una “nueva etapa” en la guerra, en la que se centrará en la frontera con Líbano para lograr que la población pueda volver a sus asentamientos en la zona, tras lo que han anunciado una serie de maniobras durante el fin de semana y han prohibido acceder a las zonas del sector norte debido a que se harán pruebas con fuego real.
Además, han dado numerosas instrucciones a los residentes de los asentamientos de Alta Galilea, las entradas de Hermón, Yosod Ha Maale, Hazor, Rosh Pina, Safed Metola y los del Golán Norte. Las autoridades han pedido reducir los movimientos en estas zonas, evitar aglomeraciones, controlar las entradas y permanecer cerca de áreas protegidas.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha reconocido ayer que la “nueva etapa” de la guerra en el norte del país contra el partido-milicia chií libanés Hezbolá puede suponer “oportunidades significativas” pero también “grandes riesgos” para los intereses israelíes.
“Hezbolá se siente perseguido y la secuencia de nuestras operaciones militares continuará”, ha manifestado el ministro de Defensa israelí durante una reunión con altos mandos del Ejército y otros funcionarios de seguridad, según informaciones recogidas por el diario The Times of Israel.
Hezbolá, por su parte, también ha realizado numerosos ataques contra territorio israelí a lo largo del día, con hasta 17 operaciones dirigidas en su mayoría contra posiciones militares, según la cadena de televisión Al Manar, afín al grupo islamista.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han informado de la muerte de dos militares víctimas de la oleada de drones y proyectiles disparada esta mañana por el partido-milicia chií Hezbolá desde Líbano contra posiciones militares en el norte de Israel.
Al menos diez personas han resultado heridas ayer tras el impacto en el norte de Israel de un proyectil anticarro y varios drones disparados por el partido-milicia chií Hezbolá desde el sur de Líbano, en pleno repunte de las tensiones tras dos días de explosiones coordinadas de dispositivos de comunicaciones del grupo, ataques achacados a Israel.
El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha acusado a Israel de provocar una “masacre sin precedentes” al hacer estallar en los últimos días cientos de dispositivos de comunicación –que han dejado al menos 37 muertos y casi 3 mil heridos– y ha asegurado que Líbano “se hace más fuerte” tras lo ocurrido y “se prepara para lo peor”.
El repunte de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá –un grupo apoyado por Irán que cuenta con un importante peso militar y político en Líbano– han hecho temer con la posibilidad de una expansión del conflicto en Oriente Medio. El Ejército israelí ha llegado a presentar a Estados Unidos sus “planes operativos”.
El carácter indiscriminado de los ataques, que quedó palpable con explosiones en lugares ajenos al ámbito militar o con gran afluencia de gente, ha sido criticado por Naciones Unidas, cuyo secretario general, António Guterres, ha instado a no utilizar como armas objetos civiles, sin que Israel se haya pronunciado al respecto.
Los ataques entre Israel y Hezbolá a través de la frontera con Líbano se iniciaron poco después de que Hamas lanzara su ofensiva sobre territorio israelí –que dejó casi mil 200 muertos y 240 rehenes– y la posterior respuesta del Ejército de Israel, que inició una cruenta campaña militar en la Franja de Gaza con al menos 41 mil 275 muertos.