EL-SUR

Sábado 14 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Sociedad  

Advierten sobre la posible desaparición del Instituto de Lenguas Indígenas si se fusiona con el INPI

El Grupo de Acompañamiento a Lenguas Amenazadas señala que dicha acción sería una violación a derechos lingüísticos ya ganados por las comunidades

Julio 09, 2024

El integrante del Grupo de Acompañamiento a Lenguas Amenazadas y profesor del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, José Antonio Flores Farfán, resaltó que una de las consecuencias de fusionar el Inali y el INPI sería la reducción del presupuesto del primero, que ya es bajo Foto: Tomada de internet

Erika P. Bucio / Agencia Reforma

Ciudad de México

La pretendida integración del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) implica su desaparición, además de una violación a los derechos lingüísticos de las comunidades, advierte el Grupo de Acompañamiento a Lenguas Amenazadas (GALA).
“Ahora, con la inminente fusión del Inali, que en realidad es una desaparición, volvemos a las andadas de la defensa de esa institución que por más problemática y que tenga sus contradicciones sigue siendo algo importante”, plantea el integrante de GALA, José Antonio Flores Farfán.
En una carta abierta, fechada el 28 de junio, el grupo acusó que la disolución implicaría una reducción en los recursos y un retroceso en el reconocimiento de la diversidad lingüística.
“Sería un golpe muy bajo a la diversidad, nos volverían a dejar desprotegidos, sobre todo presupuestalmente.
“De hecho, una de las grandes debilidades del Inali, y de las instituciones en general, es que se han reducido significativamente todos los presupuestos”, señala.
Y critica que por más que con “bombo y platillo” en el discurso se habla del apoyo a los pueblos, en la práctica hay una reducción muy significativa de los recursos.
“Ese ahorro se va a los megaproyectos, paradójicamente, como el Tren Maya, el Transístmico. Hay un interés económico de fondo, que es el que prevalece”.
De consumarse la desaparición del Inali, Flores Farfán observaría una crisis de la diversidad.
“Será un retroceso en las conquistas que los propios pueblos, las comunidades originarias, han logrado, porque el Inali, después de todo, es una respuesta del Estado a las movilizaciones de los pueblos.
“Sería catastrófico, si ya lo es; sería la crisis. Así como hay crisis climática, también hay crisis de la diversidad lingüística y cultural porque no habría espacios para la defensa institucional de los derechos lingüísticos ni para el crecimiento de instancias como el proyecto de intérpretes y traductores (indígenas)2.
GALA, en cambio, demanda fortalecer al Inali.

El proyecto Tlacuatzin

En Tlacuatzin los hablantes de distintas comunidades colaboran en la producción de materiales para hacer visibles las lenguas originarias.
Este proyecto con presencia en la red (www.tlacuatzin.org) surgió como apoyo al Acervo de Lenguas Indígenas (ADLI), comprometido en la publicación de libros multilingües para revitalizar y mantener la riqueza cultural mexicana de la mano de los hablantes.
Hasta ahora, se han producido 70 libros con animación y música, refiere en entrevista Flores Farfán, profesor investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
Incluso, anuncia, están por terminar un videojuego en náhuatl con la idea de pasarlo a distintas variantes.
En el sitio es posible encontrar música, rap, poesía, actividades y algunos de los títulos publicados, de libre acceso.
Uno de los signos de la crisis de diversidad lingüística es justo la transmisión de las lenguas de padres a hijos. Una amenaza global que llevó a la Unesco a declarar el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas.
“Eso es un foco rojo”, plantea el coordinador del ADLI, adscrito al Laboratorio Víctor Franco del CIESAS, quien al momento de la entrevista recorría la Sierra Norte de Puebla.
“Cuando los padres dejan de transmitirle a sus hijos o los abuelos, pues ya estamos en una situación muy crítica. Y si vemos los censos, por ejemplo, pues hay muy pocas lenguas en este país, por lo menos, que tengan un crecimiento; al contrario, siempre es a la baja el número de hablantes”.
El trabajo de investigación, documentación y resguardo se encamina a “restablecer la transmisión intergeneracional”.
En México hay 68 agrupaciones lingüísticas y “cada una puede tener ‘n’ variantes”.
Por ejemplo, se estima que hay 40 formas distintas del zapoteco o 60 del ñuu savi.
Flores Farfán estima que los materiales publicados por Tlacuatzin cubren la mitad de ese número de agrupaciones, aunque el cálculo es complicado por las variantes. El sello ha producido material que respeta algunas de ellas.
“Eso es importante porque si no, los metemos a todos a un mismo saco; es como si nos dijeran que tenemos que hablar el español de España y cecear o el uso de vosotros.
“Lo mismo pasa con estas lenguas: los hablantes se resisten a que les impongan un libro de otra región”, agrega Flores Farfán, también representante de Linguapax en América Latina y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Al colaborar los hablantes en la elaboración de los materiales se afianza, por un lado, “el desarrollo de autorías originarias”, y, por el otro, se “impulsan industrias culturales propias”.
Flores Farfán recalca que las lenguas no son un “apéndice de la sociedad” ni un artefacto de museo, separado de la biodiversidad, el medio ambiente o el tejido social, sino que desde el ADLI se pugna porque se entienda que es un tema transversal.
“Sin lengua no hay territorio y viceversa”, recalca: “¿Dónde está el conocimiento de la biodiversidad si no es en sus lenguas?”.
Tlacuatzin ha contado con apoyo financiero de Linguapax Internacional, una organización no gubernamental que protege y promueve la revitalización de la diversidad lingüística.
Pero esta organización global atraviesa por una crisis financiera.
“Estamos un poco en ceros, estamos buscando por dónde allegarnos fondos para continuar con el trabajo”, expone el académico.