EL-SUR

Lunes 16 de Junio de 2025

Guerrero, México

Sociedad  

Confirman la existencia de especie de conejo endémica de Guerrero que se creía extinta

La última vez que la ciencia supo del conejo de Omiltemi (Sylvilagus insonus) fue en 1904, cuando el naturalista Edward William Nelson lo describió por primera vez. La cacería y la destrucción de su hábitat han sido las mayores amenazas para la especie a lo largo de su historia

Abril 07, 2025

El conejo de Omiltemi es de un tamaño mediano, sus orejas son más chicas que las de otros conejos de la zona donde vive y su color es rojizo oscuro Foto: Tomada de Internet

Redacción

Tras de más de un siglo sin registros, científicos en México se confirmó la existencia de un conejo endémico que creían desaparecido en la Sierra Madre del Sur, en el estado de Guerrero.
El redescubrimiento del Sylvilagus insonus se logró por medio de entrevistas con campesinos, expediciones y el uso de cámaras trampa con las que se identificó a la especie en su hábitat natural.
Esto resalta la importancia de su conservación frente a amenazas como la destrucción de su hábitat y la cacería.
Los saltos de un pequeño gazapo frente a una cámara trampa desconcertaron a los científicos. La cría de conejo,de pelaje pardo y cola negra, no coincidía con ninguna especie conocida en la Sierra Madre del Sur, en el estado de Guerrero. El biólogo Fernando Ruiz-Gutiérrez investigó ansioso entre sus archivos y con colegas para confirmar su hipótesis. A pocos kilómetros de distancia, el ecólogo José Alberto Almazán-Catalán tenía la respuesta: tras capturar un ejemplar adulto años antes y después de una serie de estudios, ahora contaba con pruebas irrefutables de que el conejo de Omiltemi (Sylvilagus insonus), que se llegó a creer extinto durante más de 120 años, seguía vivo.
La última vez que la ciencia supo de este lagomorfo, fue en 1904, cuando el naturalista Edward William Nelson lo describió por primera vez. La cacería y la destrucción de su hábitat han sido las mayores amenazas para la especie a lo largo de su historia, así que pasó más de un siglo para redescubrir al elusivo conejo perdido en vida silvestre. Que dos equipos científicos hayan logrado registrarlo en varias zonas, coinciden, sólo puede significar buenas noticias para la especie.
“Fue muy emocionante tener en las manos un animal que no sólo se creía extinto sino que se creía casi mítico, porque las pieles existentes en México no son tan precisas como uno quisiera ya que no fueron sacadas por un mastozoólogo, sino que fueron donadas por campesinos”, explica José Alberto Almazán-Catalán, ecólogo y presidente del Instituto para el Manejo y Conservación de la Biodiversidad
“Realmente no teníamos la certeza de que existiera este conejo. Podría haber sido una anomalía. Saber que está vivo y que hay poblaciones saludables fue un gran alivio”, celebra el mastozoólogo que lideró una investigación de cinco años para dar con el incierto paradero de la especie.

El mítico conejo de Omiltemi

El conejo de Omiltemi es endémico del estado de Guerrero. Su distribución previamente conocida se restringía a los alrededores de la localidad de Omiltemi, en el municipio de Chilpancingo. Se catalogó como en peligro de extinción según la normatividad mexicana debido a que se conoce muy poco sobre su distribucio?n, ecologi?a y biologi?a, pues se trata de una especie elusiva, de ha?bitos nocturnos y con bajas densidades poblacionales.
El equipo del biólogo Fernando Ruiz-Gutiérrez indica que se trata del conejo ma?s amenazado del mundo y recuerda que incluso, en 1999, esta especie fue considerada por los investigadores MacPhee y Fleming como un ejemplo de extinción moderna.
El Sylvilagus insonus habita en madrigueras, principalmente en los bosques de coni?feras, pero tambie?n se le encuentra en bosques meso?filos y vegetacio?n de galeri?a en pequen?as barrancas, en altitudes desde los 2 mil 133 a los 3 mil 048 metros sobre el nivel del mar.
“Son territorios bastante ricos, muy diversos en general, con una gran variedad de plantas y de animales. Esta región de sierra tiene condiciones ambientales muy buenas, con zonas boscosas que no han sido tocadas en muchos años, que tienen su cobertura forestal primaria y donde el impacto de las comunidades no ha sido tan fuerte”, describe Fernando Ruiz-Gutiérrez.
“Hemos encontrado zonas con ríos prístinos y hermosos, con una cantidad de agua impresionante, muy limpia y clara, con zonas de bosques muy cerrados donde es difícil acceder y otras áreas donde ya hay intervención humana, pero no tan frecuente.”, afirma Ruiz Gutiérrez. En estos sitios es donde hemos tenido registro del conejo de Omiltemi
La especie es de color rojizo oscuro y de un tamaño mediano, pero es más pequeña y tiene orejas más chicas que otros conejos de la zona. Sin embargo, José Alberto Almazán-Catalán describe que la característica más obvia que separa al Sylvilagus insonus de S. cunicularius –la especie con la comparte distribución y con la que se le podría confundir– es su cola negra y pequeña.
“En una cámara trampa es difícil verlo, pero con una buena foto quizás se puede distinguir que es un conejo distinto”, dice Almazán-Catalán. “La primera foto nítida del conejo de Omiltemi es de 2009, tomada por el fotógrafo Stephen John Davies del Reino Unido que vino a Puerto del Gallo y fue él quien hizo una fotografía muy buena y creó una polémica en la página de iNaturalistMX, donde se generó el primer debate para averiguar qué animal era”.

Buscar jaguares y encontrar conejos

Las cámaras trampa que el equipo de Fernando Ruiz-Gutiérrez instaló en árboles junto a brechas, caminos y senderos utilizados por la fauna silvestre en la porción central de la Sierra Madre del Sur para monitorear a los jaguares fueron clave para encontrar al conejo de Omiltemi. Este logro fue parte del proceso de monitoreo del Censo Nacional del Jaguar (Cenjaguar) que se ha realizado allí, de manera estandarizada, desde 2009 hasta 2024, con 14 muestreos realizados en un a?rea mayor a los mil 800 kilómetros cuadrados.
“Utilizamos el fototrampeo para identificar la presencia de jaguares, pero también de toda la fauna asociada, es decir, de sus presas potenciales y de otros felinos con los que cohabitan”, explica Ruiz-Gutiérrez. “Partiendo de ello se generan estimaciones de riqueza de especies y biodiversidad en general, sobre todo, aspectos poblacionales del jaguar en esta región, que posteriormente se extrapolan a nivel estatal y nacional, lo que da como resultado los datos del Cenjaguar”.
Fue en mayo de 2024 cuando apareció el misterioso gazapo frente a una cámara trampa. A diferencia de otros videos nocturnos donde aparecen conejos muy difíciles de identificar, este video que fue capturado en el bosque de Jaleaca de Catalán, una localidad del municipio de Chilpancingo, fue a plena luz del día y el conejo podía apreciarse con mayor claridad. Ese avistamiento encendió las alertas del especialista y sus colegas.
“Nos llamó mucho la atención porque en la misma cámara pasan otros animales y el tamaño del gazapo es pequeñísimo. Tenemos una foto de una ardilla que pasa justo frente al sitio donde estaba el conejo y, al hacer la comparación, era del mismo tamaño”, describe Ruiz-Gutiérrez. “Así fue que empezamos a platicar de manera más constante al respecto con el doctor Gerardo Ceballos –que dirige el Cenjaguar–, le envié toda la evidencia y con eso nos pudimos cerciorar de que realmente era el mítico conejo de Omiltemi, y empezamos a emocionarnos sobre este hallazgo tan importante”.
Así fue que los especialistas comenzaron a revisar el material de archivo de 11 años atrás, de 2014 a 2025. Allí localizaron datos sobre la presencia de S. insonus en 29 estaciones de fototrampeo en los municipios de Atoyac, Chilpancingo y Tecpan de Galeana. En te?rminos generales, se amplió la distribucio?n de la especie en 111 kilómetros lineales de su distribucio?n conocida, desde la localidad de Omiltemi hasta la sierra de Tecpan de Galeana. (Con información de la página mongabay.com).