EL-SUR

Miércoles 17 de Abril de 2024

Guerrero, México

Sociedad  

La discriminación divide a los pueblos originarios de los mestizos, dice el escritor Martín Tonalmeyotl

El lingüista y poeta confía en la fortaleza de los pueblos indígenas para defender su idioma, su cultura, sus valores de respeto a la naturaleza; a la vida misma en el contexto de violencia en el que están viviendo

Luis Daniel NavaChilapa

Enero 05, 2019

 

El lingüista de Chilapa Martín Jacinto Meza, en la entrevista de ayer en esta ciudad, aunque radica en Puebla donde hace un posgrado en lenguas originarias Foto: Luis Daniel Nava

La discriminación es la pared que divide a la población mestiza con los pueblos originarios y desde ahí se mantiene un control político y económico, consideró el lingüista y poeta Martín Jacinto Meza.
Además, alertó que de los 21 idiomas que se hablaban en el estado antes de la Conquista, en la actualidad sólo quedan cuatro que se están dejando de usar por el bombardeo de productos, servicios y estilos de vida occidentales y en particular de Estados Unidos, con sus respectivas repercusiones linguísticas.
También aseguró que tiene mucha esperanza en la gente del pueblo resista la dominación política, cultural y al fenómeno de la violencia.
“Tratan de sobrevivir, de generar diálogo, respeto y formar personas en el futuro que piensen y se analicen ni siquiera como nahuas sino como personas y que tengan valores”, dijo.
Martín Jacinto, conocido como Martín Tonalmeyotl (Un rayo de luz), es licenciado en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Guerrero y maestro en Lingüística Indoamericana por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Narrador, poeta y docente, Martín Jacinto, sostuvo una entrevista con El Sur en su visita a su natal Atzacoaloya para hablar de las lenguas originarias y su desvalorización, así como del aporte de su trabajo en un contexto social adverso como es el de la inseguridad.
Dice que la lógica de narrar y hacer poesía es para revitalizar la lengua originaria.
“El municipio de Chilapa cuenta con 130 comunidades que hablan lengua originaria náhuatl, sin embargo el municipio no los toma en cuenta pues en la cabecera la totalidad son mestizos”.
“Aunque a la ciudad ha llegado gente de los alrededores, nahuas, me’ phaas (tlapanecos) o mixtecos, no hay una lógica de convivencia o diálogo entre ciudad y pueblos. La propuesta de la poesía es generar que se conozca la lengua y se hablé de ella, por ejemplo en Chilapa que es un municipio indígena”.
“La pared que tenemos en la ciudad con los pueblos es la discriminación. Chilapa fue pensada por gente mestiza con una conciencia de desarrollo urbano distinta a las comunidades”.
“De 100 personas, 99 son nahuas y uno es mestizo, pero en realidad estos últimos son quienes han ocupado el poder político y económico, artístico cultural, económico”.
“Hay una discriminación hacia los pueblos, se les sigue viendo como comunidades indígenas y nahuas, se les da la parte de la artesanía, comida, ropa típica, pero no son parte de estructura económica ni política del municipio”.
Ejemplificó que de 80 alcaldes y síndicos que ha tenido el municipio ni uno ha sido hablante de una lengua materna o ninguno ha abogado por los pueblos.
“Y si lo ha habido (alcalde o síndico) no lo ha dicho o ha escondido que habla lengua materna. La discriminación ha sido la pared que ha dividido al pueblo mestizo con los pueblos originarios”.
Articulista mensual del diario La Jornada en la sección Ojarasca donde aborda temas sobre la cultura y las lenguas originarias del país, Jacinto Meza dice que los pueblos continúan siendo utilizados como una masa clientelar por los partidos políticos, principalmente por el PRI.
En tiempos electorales se regalan despensas, plásticos, cobijas y cuando no se mantienen los apoyos de láminas y cemento para líderes o personas que saben que van a respaldar al partido en las siguientes elecciones.
También indicó que no hay grandes proyectos de infraestructura en servicios básicos, clínicas de salud, escuelas ni caminos.
Además de que el margen para demandar desarrollo y obras así como para organizarse se ha reducido por el crimen y sus alcances por lo que los pueblos han optado por continuar su rutina agrícola sin molestar a nadie.

Bombardeo

Acerca del desuso de la lengua náhuatl en la región, Martín Tonalmeyotl percibe un bombardeo desde afuera utilizando los medios y redes sociales hacia los pueblos.
“Nos presentan cómo vestir, cómo hacer las cosas, lo que tomamos, lo que comemos. Eso afecta. El lenguaje siempre será en español, en las lenguas no hay productos ni servicios para presentar, no hay nada. Y la lengua se restringe a un uso local que es cada vez menor y se pierde la importancia”.
“Mucha gente piensa que no es importante enseñar una lengua, que sólo se usará para hablarle al abuelito, al papá, a la gente del pueblo, cuando en su formación y trabajo en zonas urbanas o fuera del país se utiliza el español y hasta el inglés”.
“La gran mayoría de los padres jóvenes ya no se les está enseñando y educando de esa forma”.
“Sigue habiendo discriminación, si uno llega a la ciudad o un espacio público político, dicen ‘ellos son los indígenas y estos somos nosotros’”.
“Cuando vamos a Zihuatanejo o Acapulco y escuchamos hablar a los turistas sabemos distinguir que vienen hablando francés, italiano, inglés, pero si escuchamos y vemos a personas que viene hablando alguna lengua no sabemos si es mixteco, amuzgo, náhuatl, me¨phaa. Ni siquiera identificamos al náhuatl que es la lengua expandida y que más se ha documentado”.

Violencia, cambios y esperanza

Martín Tonalmeyotl también ha hecho poesía sobre las mujeres de su pueblo, el campo, los ríos, los animales, las flores, las creencias y hasta la violencia.
Dice que a los pueblos indígenas se les ha romantizado con el medio ambiente, cultura, comidas y formas de curar, pero que también lamentablemente han entrado a la vorágine de la violencia y la inseguridad.
“En los pueblos ahora tenemos otras dinámicas, ha cambiado nuestra forma de pensar, de comunicarnos, de dialogar y hasta de convivir. Escribo de lo que hemos perdido y lo que nos queda”
“Tengo mucha esperanza en la gente del pueblo, son muy resistentes del bombardeo de todo tipo, desde la política, modas, estereotipos y la educación en las escuelas. Tenemos otras prácticas en cultura como los rituales, las danzas, las fiestas en casas”.
La gente de los pueblos, dice, trata de sobrevivir, de generar diálogo y respeto. En ese respeto formar a personas que en el futuro piensen y se autoanalicen quizá no como nahuas sino como personas y que tengan valores.
El valor más grande que se práctica en los pueblos, agrega, es el respeto hacia la naturaleza, los niños, las personas grandes, los animales, la vida misma.
“En el lugar donde nos paremos, si generamos cosas buenas a futuro tendrá mucha cosecha”.
“Se puede hacer mucho con los niños, cuando enseño la lengua y la cultura, todo se lo apropian y lo reproducen. La semilla que podemos sembrar en ellos y que puedan reproducir esto que pensamos y hacemos en el día a día”, finalizó.