EL-SUR

Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Sociedad  

Subraya el biólogo Juan Barnard la importancia de medir la temperatura del agua a cierta profundidad del mar

Indica en una conferencia que el cambio climático está generando vulnerabilidad y desigualdad porque no todos se pueden adaptar a las nuevas condiciones y preocupa la situación de los vecinos que viven en casas endebles en las cañadas de Acapulco

Mayo 18, 2024

El biólogo marino Juan Manuel Barnard, durante su conferencia El por qué del Otis. Antes y después, impartida en el Museo Histórico Fuerte de San Diego, en Acapulco Foto: Carlos Carbajal

Ramón Gracida Gómez

El biólogo marino Juan Barnard Ávila advirtió este viernes que la estación meteorológica del parque nacional El Veladero no sirve y es importante medir la temperatura en la actual temporada de lluvias en la que se pronostica que haya huracanes.
Guerrero cuenta con ocho estaciones meteorológicas, pero sólo funcionan actualmente cuatro, señaló en su conferencia El porqué del Otis Antes y Después, en un auditorio prácticamente lleno del Fuerte de San Diego, con una asistencia de unas 60 personas.
El ambientalista indicó que el cambio climático está generando vulnerabilidad y desigualdad porque no todos se pueden adaptar a las nuevas condiciones climáticas y preocupa la situación de los vecinos que viven en casas endebles en las cañadas de Acapulco.
Como lo ha advertido desde el año pasado, el también fotógrafo marino y buzo oriundo del municipio alertó la muerte del 99 por ciento de los corales en Acapulco, consecuencia del calentamiento del agua, que persiste y que fue una de las causas por las que el meteoro del 25 de octubre alcanzó mucha fuerza; a su vez, la muerte de corales contribuye al cambio climático porque ya no capturan el CO2, fenómeno que se replica en otras partes del mundo.
Explicó que México cuenta con estaciones mareográficas que miden la altura del agua, la velocidad del viento, la temperatura y la humedad, y en Acapulco hay dos manejadas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero una se rompió porque le cayeron los palos encima y no se pudo rescatar”.
La otra estación mareográfica sobrevivió y está en el Parque de la Reina y captó la racha del viento 329.76 kilómetros por hora, lo que obliga a repensar incluso el número de categorías existentes de huracanes y que hasta ahora llega al cinco, como fue el huracán Otis.
Juan Barnard agregó que en Guerrero están instaladas ocho estaciones meteorológicas, de las cuales sólo funcionan cuatro, y una de las que no está trabajando se encuentra dentro del parque nacional El Veladero.
“Es el día que todavía no queda lista y ya estamos en el inicio, formalmente, la temporada de lluvias con huracanes, es importantísimo que estemos checando las temperaturas”, alertó.
El también doctorante en Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) recordó que continúa con su profesor Maximino Reyes y el académico de la Facultad de Turismo, Alfredo Zárate, con el desarrollo de una red de alerta temprana de riesgos naturales con la medición de la temperatura del agua a cierta profundidad del mar. Dijo que el monitoreo de la temperatura debajo del mar es importante porque los satélites informan de la temperatura en superficie, pero lamentó que haya personas que aún niegan el calentamiento global.
Afirmó que el huracán Otis afectó a ricos y pobres, lo que demostró la vulnerabilidad de la ciudad ante los cambios del clima y de los que algunos se pueden adaptar, “pero no todos tenemos esa capacidad de adaptación”.
Juan Barnard mostró la preocupación para los vecinos de las cañadas de Acapulco que viven en casas endebles, lo que revela una desigualdad en la exposición a los efectos del cambio climático, que a su vez provoca más vulnerabilidad, por lo que pidió analizar el aspecto social de los fenómenos naturales.
El ambientalista comentó que esta conferencia la ha replicado en algunas comunidades de la periferia de Acapulco en las últimas semanas, con la ayuda de la organización Guerrero es Primero, e indicó que después de la catástrofe del 25 de octubre, el municipio vive otra contingencia con los incendios forestales.
En la sección de preguntas, varios asistentes plantearon la necesidad de tener más información sobre la situación climática en Acapulco y qué se puede hacer para prevenir desastres como el que ocurrió hace casi siete meses.