Abelina López Rodríguez resultó electa para presidenta municipal de Acapulco para el ejercicio 2021-2024, lo que le representa un gran reto, gobernar el municipio más grande e importante del estado de Guerrero, pero Acapulco también es el municipio con un gran déficit de servicios públicos y necesidades básicas acumuladas durante decenas de años de gobiernos ineficientes y corruptos, que no pudieron resolver problemas como la recolección de basura, distribución de agua potable, alumbrado público, drenaje, alcantarillado, vialidades.
El municipio de Acapulco también acumula viejos problemas como la contaminación de la bahía, otros que se han convertido en permanentes como la disputa de territorio entre los grupos criminales, la alta incidencia de feminicidios y desaparición de personas y otros más recientes y no atendidos, como los daños a edificios y viviendas resultado del fuerte sismo del 7 de septiembre de 2021.
La fuente principal de ingresos del municipio es la actividad turística que requiere con urgencia una reactivación que le permita generar recursos suficientes y también cubrir los déficits de los servicios. Dicho de forma rápida y sin mayor profundización estos son algunos de los problemas que la alcaldesa Abelina López debe incluir en su agenda para ser atendidos durante su breve ejercicio en un gobierno municipal que sólo dura tres años y que si hace un buen ejercicio puede buscar la relección por un periodo igual.
La brevedad del período de gobierno requiere que desde ya, cuente con el acompañamiento y apoyos especiales del gobierno estatal y del federal, ya que en esta ocasión, y por primera vez, los tres niveles de gobierno: municipal, estatal y federal son del mismo partido, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Habitantes, observadores, críticos y opositores tienen muchos elementos para llevar un seguimiento crítico a esta gestión municipal, sin embargo llama la atención que las críticas hasta ahora no se han ocupado de los principales problemas del puerto, ni de la agenda del gobierno municipal, sino de observaciones que lindan con la misoginia, lo que no es poco peligroso en una entidad federativa con altos índices de feminicidio y donde recientemente una niña de 13 años que había desaparecido fue encontrada por los familiares asesinada y en pedazos.
Abelina rompe esquemas, no sólo por su forma de expresarse, de vestir o de arreglarse, ya que tampoco se ha ocupado de cubrir con glamour sus rasgos indígenas, pero las críticas que le han hecho en el entorno local, en redes y medios y que encontraron eco en algunos articulistas nacionales, tienen un fuerte tinte a racismo y lesbofobia.
Por el bien de Acapulco yo deseo que le vaya bien a Abelina, ojalá encuentre en los gobiernos estatal y federal los apoyos que el puerto necesita, eso es lo verdaderamente sustantivo.