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Viernes 04 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Alejandro Díaz Garay

Zeferino y su sobrino Uno de los secretos de Carlos Zeferino Torreblaca Galindo para alcanzar la alcaldía de Acapulco fue su perseverancia. Lo intentó en 1993, en 1996 y lo logró hasta 1999. Perseverancia que ya había mostrado cuando por fin alcanzó la presidencia de la Canaco pasando por puestos menores. Otro de los secretos … Continúa leyendo Alejandro Díaz Garay

Agosto 14, 2002

Zeferino y su sobrino

Uno de los secretos de Carlos Zeferino Torreblaca Galindo para alcanzar la alcaldía de Acapulco fue su perseverancia. Lo intentó en 1993, en 1996 y lo logró hasta 1999. Perseverancia que ya había mostrado cuando por fin alcanzó la presidencia de la Canaco pasando por puestos menores.

Otro de los secretos que hicieron ver a Zeferino como el candidato de la sociedad civil fue el hecho de haberse declarado diputado federal independiente durante su periodo como legislador entre 1994 y 1997, no obstante haber sido postulado por el PRD. Recuerde que durante el periodo de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) el partido del sol azteca fue víctima de una campaña de desprestigio, al grado de hacerlo ver como el partido de la violencia.

Demostrando oficio político y sabedor que las decisiones del PRD se tomaban desde el centro, Zeferino hizo buenas relaciones con el ingeniero Cárdenas y la dirigencia nacional, lo que le permitió abrazar en tres ocasiones la candidatura a la Presidencia Municipal hasta lograr su cometido.

El cambio fue un concepto central de su discurso. Sus enemigos principales eran los ex alcaldes y anteriores compañeros de partido, Rogelio de la O Almazán y Manuel Añorve Baños. La ruptura a la continuidad de la era priísta fue una constante en su crítica, misma que derivó en demandas penales por diversas causales.

Resulta curioso que Alberto López Rosas lejos de retomar la bandera del cambio promete reiteradamente la continuidad, inherente en su eslogan “Para seguir avanzando”. Ciertamente, la percepción de la ciudadanía es que Zeferino ha sido un buen alcalde, con sus bemoles claro está, pero Zeferino es Zeferino y López Rosas es López Rosas, o lo que es igual, no es lo mismo Zeferino que su sobrino, como me comentaban dos estrategas, Hugo y Gonzalo.

Al igual que cuando era diputado ahora como alcalde, Zeferino pintó su raya desde su llegada al poder. En el ayuntamiento de Acapulco gobiernan más integrantes del Frente Cívico que de cualquier partido político, incluyendo al PRD. Carlos Alvarez Reyes fue quien puso orden en las fianzas públicas después del año de Hidalgo del gobierno de Manuel Añorve, elevando el predial y las tarifas del agua; Guillermo Torres Madrid, en Desarrollo Urbano y Obras Públicas, es quien decidió ocupar los recursos del Ramo 33 en obras turísticas en lugar de apoyar con sistemas hidráulicos y pavimentación a la mayoría de las colonias populares y comunidades rurales; Fernando Rodríguez Trujillo preocupado por la inseguridad del Palacio, en una muestra de “solidaridad” mando a golpear a perredistas de la colonia Amalia Solórzano por atreverse a protestar enérgicamente sus carencias de agua, drenaje y pavimentación. Y así podemos mencionar a José Antonio Bajos Valverde en Planeación, Enrique Félix Pasta Muñúzuri en ingresos, Fernando de la O Gorjón, que dirige un Rastro sin rastro, Francisco Larequi Radilla de Servicios Públicos con carencias de agua y deficiente recolección de basura, todos ellos críticos acérrimos del PRD pero que gobiernan un gobierno de coalición encabezado por el PRD.

Así como Fox no gobierna con el PAN sino con los “amigos de Fox”, Zeferino no gobierna con el PRD sino con sus amigos del Frente Cívico. Eso lo tienen claro militantes del PRD, militantes del PT, militantes del PAN y militantes del PRT. Irónicamente, el único puesto que Zeferino tuvo la bondad de asignar en sus primeros cien días a la militancia del sol azteca fue la Dirección de Panteones. Algunos hacían la broma, de mal gusto por cierto, de que ahora podrían enterrar a sus muertos gratis. Cuentan que esa noche el mismo Kuri había sufrido un infarto que casi le hace perder la vida.

Si López Rosas pretende la continuidad del gobierno de Zeferino quiere decir que seguirá gobernando con una visión tecnócrata, neoliberal, de poca sensibilidad a las demandas del pueblo. Qué gobernará el PRD con funcionarios priístas y antiperredistas en puestos claves. De qué sirve que se combata la corrupción, que se equilibren las finanzas públicas, si los excedentes van a ir a parar a las colonias de los ricos, como la lana que le metió a Costa Azul o a Las Brisas. Con todo y eso, reitero, no es lo mismo Zeferino que López Rosas.