Cercanía y poder Lo dicho, no se logró la unidad entre las corrientes y grupos al interior de la Universidad Autónoma de Guerrero, por lo tanto, los intereses son de carácter político. El doctor Jaime Castrejón, en su obra La política según los mexicanos nos dice lo siguiente: “A diferencia de la política de los … Continúa leyendo Alfredo Arcos Castro
Enero 24, 2002
Cercanía y poder
Lo dicho, no se logró la unidad entre las corrientes y grupos al interior de la Universidad Autónoma de Guerrero, por lo tanto, los intereses son de carácter político. El doctor Jaime Castrejón, en su obra La política según los mexicanos nos dice lo siguiente: “A diferencia de la política de los países anglosajones y europeos, que tienen como base una ideología o un plan de acción, en México los grupos se integran sobre la base del concepto de cercanía. Un grupo de personas se cohesionan alrededor de un personaje con cercanía al poder, esto hace al personaje y al grupo políticamente viables”.
En el mismo tenor, la cercanía es la base de toda estrategia política; quien la tiene, atrae seguidores, así se forma la cadena del grupismo; cuando el grupo le atina, obtiene el poder, y cuando no, se va a la banca. Estar bien parado, tener padrino, ser influyente, el amiguismo, el cuatismo, el compadrazgo: todas son expresiones políticas que expresan cercanía. En suma, el agrupamiento se da en torno al mejor colocado de sus miembros con relación al poder. El más cercano al presidente, gobernador, secretario, senador, diputado, rector, director. En este tipo de prácticas antidemocráticas la ideología, los planes, las reformas, los proyectos, los principios, los valores no cuentan, sólo son accesorios para manipular a las masas. Lo que realmente está detrás del concepto de cercanía es la ambición de poder.
Aplicando el concepto cercanía al caso de la Universidad Autónoma de Guerrero tenemos las siguientes reflexiones: hoy en día en la coyuntura electoral para designar al rector de la máxima casa de estudios para el periodo 2002-2006, tres fuerzas se disputan la Rectoría: la Alianza Estratégica Universitaria (AEU), el llamado grupo Movimiento Académico Independiente (MAI), y el Frente Amplio Universitario Guerrerense (FAUG). La AEU está constituida por un conjunto de grupos y corrientes que registraron como candidato al maestro Nelson Valle López, profesor bonachón, respetuoso y muy servicial. Con una formación académica no muy brillante, con puestos administrativos de bajo perfil. Pero eso sí, muy cercano al poder, amigo del rector Florentino Cruz Ramírez y del senador Armando Chavarría, ambos hombres de poder y con proyectos políticos fuera de la universidad. Amigo también de ex rectores como Gabino Olea, Hugo Vázquez y Marcial Rodríguez, con antecedentes no muy gratos para la comunidad universitaria.
Estas corrientes y personalidades estuvieron de acuerdo para impulsar la reforma académica en la UAG pero en el fondo su objetivo central era controlar el poder (gatopartidismo reformista). Incluso, la comunidad universitaria les ha impuesto algunos conceptos para identificarlos mejor: El “frente de los caciques y mafiosos”, la “alianza para el poder”. Por supuesto, en esta agrupación, lo esencial como son la academia y la investigación, se dejaron al margen. El único mérito del maestro Nelson Valle para ser candidato a rector del mencionado frente es ser cercano a los hombres de poder, tal y como sucede en el PRI.
El Movimiento Académico Independiente (MAI), tiene como candidato al doctor Alberto Salgado Rodríguez, hombre de recia personalidad, con un discurso muy elocuente y en algunas ocasiones convincente. Con perfil académico aceptable, director de la escuela de ingeniería. Pero también muy cercano al poder, amigo del delfín del gobernador en turno, el economista Carlos Sánchez Barrios, secretario de Desarrollo Social del gobierno del estado, con proyecto político para la gubernatura del estado, para cuando esto suceda. Amigo del grupo llamando “los economistas” de filiación priísta, hoy en día incrustados en la Secretaría de Educación Pública. Hábil para engañar a los ignorantes, manipulador del discurso del movimiento del 60, de ahí, que su postura “académica e independiente” sólo sea un eslogan para tratar de impactar a los incautos. “Hombre sin palabra” como bien lo dijera el maestro Rafael Aréstegui. Ambos candidatos caen dentro de la categoría cercanía. Los dos tienen un buen padrino, un buen compadre, están muy bien parados. En este sentido lo único que pretenden es el poder para impulsar un proyecto político que nada tiene que ver con los intereses de la universidad. Para concluir, esta dupla representa a dos fuerzas políticas bien identificadas en el estado, el primero, al Partido de la Revolución Democrática (PRD), el segundo, al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El Frente Amplio Universitario Guerrerense (FAU), postula como candidato al doctor Rogelio Ortega Martínez, universitario preparado, sensato e inteligente. Con un currículum académico aceptable, conciliador y tolerante. No tiene cercanía con ningún grupo de poder al interior de la universidad ni fuera de ella, no tiene padrino, ni compadre, ni está bien parado.
En su discurso se compromete a rescatar la dignidad de los universitarios, sacarlos del primitivismo político en que se encuentran, propone apoyar la academia, la investigación y difundir la cultura, respetar la institucionalidad y el Estado de derecho; erradicar la corrupción es otro tema que también forma parte de su plan de acción. Es una agrupación que pone los intereses de la universidad por encima de los grupos y partidos políticos. Su finalidad es construir una verdadera universidad que responda a las necesidades de los guerrerenses. Como bien lo dijera el ex primer ministro de Inglaterra Wiston Churchill: la democracia es, de los regímenes de gobierno conocidos hasta ahora, el menos malo.
Parafraseando a Churchill podemos decir que la candidatura del doctor Rogelio Ortega Martínez es la menos mala, hay que decirlo, al interior de este frente existen grupos y personajes que no son muy bien vistos por los universitarios, pero qué le vamos hacer, en este universo social ni todos es negro ni todo es blanco.
Para concluir, invito a los universitarios honestos y responsables a orientar su voluntad política para efectuar el verdadero cambio en la universidad. La opción es el FAUG, el doctor Rogelio Ortega Martínez.