EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Bomba electoral

Raymundo Riva Palacio

Junio 02, 2006

 

El jueves 20 de octubre de 2005, a la una de la tarde en su despacho, el presidente Vicente Fox recibió a su viejo aliado del 2000, Jorge Emilio González Martínez, senador y presidente del Partido Verde, para disuadirlo de que forjara una alianza electoral con el PRI. Le pidió hacerla con el PAN en tres ocasiones durante la plática y, como premio, nombrarlo en un cargo dentro del gobierno. De lo que se trataba era de impedir a toda costa, que Andrés Manuel López Obrador o Roberto Madrazo llegaran a la Presidencia. Era muy transparente la lógica de Fox en ese momento: Madrazo mentía y traicionaba; López Obrador, como meses después haría campaña electoral el PAN, “un peligro para México” y para él mismo.
González Martínez dijo no y mantuvo durante poco más de seis meses el secreto hasta que, una noche de negociación política de presidentes de partido con el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, por razones que aún nadie comprende, pero visiblemente exasperado porque el responsable de política interna insistía en que no había intromisión del Ejecutivo en la campaña presidencial, respondió que era falso lo que decía, y que él era testigo de lo contrario. González Martínez dio a conocer en ese momento su conversación con Fox, y Abascal le respondió que aportara pruebas. Sí las tengo, dijo el senador, de acuerdo con información de ese encuentro, y que las podría aportar. La mesa se quedó sorprendida por la revelación, y Abascal pidió a todos que nunca saliera nada de eso al público.
El llamado Niño Verde, de acuerdo con personas que hablan con él, optó por el mutismo, pues las presiones contra el partido ya había tomado forma de amenaza, como cuando obligaron al candidato verde al gobierno del Distrito Federal, Bernardo de la Garza, a retirarse de la contienda porque lo amenazaron con meter a su padre en la cárcel por presuntos delitos cuando trabajaba en Pemex. La salida del joven aspirante al gobierno capitalino De la Garza afectó fuertemente la alianza con el PRI y le restó fuera al Verde. Quien no lo guardó fue el PRD, a través de cuyo vocero, informado de la especie por el presidente del partido Leonel Cota, lo reveló al público. Desde entonces, González Martínez ha estado forzado por el gobierno, a través de Gobernación para que se calle la boca, mientras que del PRD está recibiendo presiones para que dé a conocer las pruebas de esa injerencia.
El Niño Verde envió una carta al presidente Fox el pasado 27 de mayo donde lo emplaza a responder 11 preguntas sobre ese encuentro, “que mantuve en reserva… porque no quedaba claro en ese momento que formarían parte de un operativo cuyos alcances se irían desarrollando en los meses siguientes, con consecuencias graves para la vida democrática e institucional del país. Me resistí a pensar que usted, que se dijo víctima de los abusos de un poder autoritario y que ganara en el 2000 bajo la bandera del cambio y un futuro mejor para México, fuera capaz de orquestar peores prácticas antidemocráticas en el 2006”. En la carta de tres cuartillas, abunda sobre el “activismo” de Fox y la desmesura que él y su gobierno han desplegado en los medios de comunicación electrónica para promover obras e imagen, así como en la descalificación de los candidatos de oposición, el respaldo al panista Felipe Calderón y en su búsqueda por “influir en las preferencias electorales alentando el denominado ‘voto del miedo’.”.
El vocero presidencial descalificó a González Martínez cuando estalló la polémica señalando que todo obedecía a “una estrategia de campaña”, que aunado a un descrédito que tiene el Partido Verde por el manejo patrimonial del instituto y su mercenarismo electorero, ha impedido que este tema, de vital importancia para entender parte de la injerencia presidencial en esta campaña electoral, sea debidamente discutido. El silencio generalizado, tras el primer entallamiento en los medios, sorprende porque el mismo Presidente, aunque ya reconoció haberse reunido con el senador y presidente del PVEM, ha eludido hablar del contenido del encuentro y del objetivo.
Las primeras tres preguntas están relacionadas directamente con la exigencia de que Fox confirme –o desmienta– las dos reuniones que tuvieron en octubre y noviembre del año pasado, la fecha de la primera y el lugar de la cita, y las tres últimas, que parecieran sobrar, sobre la militancia de Fox y Calderón en el PAN. Las cinco restantes, aunque él mismo ya ha parafraseado algunas de ellas, son las siguientes:
4.- “Sr. Presidente Vicente Fox, diga usted si es cierto que la como lo es, en la reunión se habló de la alianza electoral que el PVEM y el PRI estaban negociando de cara a la elección presidencial de 2006”.
5.- “Sr. Presidente Vicente Fox, diga usted si es cierto que la como lo es, que usted me pidió ceder hasta en 3 ocasiones a una alianza con el PAN en vísperas del cierre del plazo legal para concretar alianzas electorales”.
6.- “Sr. Presidente Vicente Fox, diga usted si es cierto que la como lo es, que usted manifestó que ‘iba a apoyar con todo al candidato panista, Felipe Calderón, para que las otras 2 opciones no llegaran a la Presidencia”.
7.- “Sr. Presidente Vicente Fox, diga usted si es cierto que la como lo es, que usted fue quien me ofreció cargos en el gobierno a cambio de una alianza con el PAN”.
8.- “Sr. Presidente Vicente Fox, diga usted si es cierto que la como lo es, que usted me dijo que ‘pactara una alianza con el PAN porque de ninguna manera iba a dejar llegar ni a Roberto Madrazo Pintado ni a Andrés Manuel López Obrador, pues con el primero estaba muy enojado por no haber apoyado la reforma del IVA, y en cuanto al segundo porque era un peligro para México y para usted’.”
La conversación que narra González Martínez es preludio de toda la campaña de juego sucio que se ha venido dando a lo largo de la contienda presidencial, donde el presidente Fox ha actuado sin ética política para colocarse, como jefe de Estado, por encima de todos los mexicanos, gobernando para todos, y tomado partido por un candidato. Esboza también una estrategia bien definida. De acuerdo con personas que han hablado con él, González Martínez dejó ver sus diferencias con Calderón, a quien llamó, en palabras del senador, “un necio”, pero que en la relación costo-beneficio, era mejor que el PAN mantuviera la Presidencia. No ha detallado el senador si Fox le explicó el porqué sus temores con López Obrador en la Presidencia, aunque se presume por la dinámica de la desacreditación al perredista, que sea por aspectos de corrupción.
En el gobierno están tratando de que el humo de ese encuentro se disipe, y Fox ha preferido esconder la cabeza. No parece fortuito. La prueba que tiene González Martínez de todo lo que dijo Fox es una grabación. ¿Grabada por quién? Por la misma Presidencia, una de cuyas cintas de ese encuentro fue entregada al Niño Verde.

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