Jorge Camacho Peñaloza
Septiembre 04, 2016
Pero qué necesidad, para que tanto problema.
Juan Gabriel
La política es una guerra de percepciones, los grupos que se involucran en ella, sean partidos, gobiernos, grupos de poder, colonos u organizaciones civiles, todos ellos tienen presente la necesidad de proyectar una imagen, un mensaje, que impacte en públicos objetivo a fin de acercarse a sus propósitos; sin embargo, no se debe caer en el exceso, a menos que la estrategia sea el engaño, desviar la atención o se parta de un diagnóstico alejado de la realidad.
Lo anterior viene a colación por la torpe idea de quienes manejan la Presidencia de la República de invitar a Donald Trump a una entrevista con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
La invitación que se le hizo al polémico personaje que anda buscando la presidencia de Estados Unidos, fue torpe porque no es posible que nuestra Presidencia se meta al juego político de la disputa por el poder del vecino país, si aquí la ley prohíbe que los servidores públicos se metan a las campañas electorales; siendo congruentes como tales, los servidores públicos no podemos meternos en asuntos electorales ni de nuestro ni de ningún país.
Fue incorrecto porque, así en campaña, se expuso la investidura de nuestra Presidencia a un juego de marketing político por parte de Donald Trump, casi al estilo Miss Universo, porque en realidad este personaje vino a intentar ganarse el electorado mexicano en Estados Unidos, luego de ofenderlo una y otra vez hasta el cansancio.
Caro le ha de haber salido comprar el set de Los Pinos para el evento de campaña que vino a hacer el hombre del copete güero; pensándolo bien, tal vez esa sea la razón de la bienvenida que le dio nuestro copetudo presidente.
Pero a como están las cosas de críticas en el país, no tendría nada de raro que Donald Trump haya visitado la residencia oficial de Los Pinos un día antes del Informe Presidencial, plan con maña, como no hay nada bueno que informar había una necesidad de quienes manejan la Presidencia de la República de un distractor para restar importancia al tema del informe, y de paso al aumento, otra vez, de la gasolina que nos regalaron precisamente en el día del Informe Presidencial.
Y ya para cerrar con broche de oro, quienes manejan la Presidencia de la República, nos regalan un reality show, con el protagonista principal de Los Pinos, con una reunión poco estadista de Peña Nieto con jóvenes seleccionados para platicar con ellos de manera no preparada sobre el Informe de Gobierno.
Desde un principio de supo que de ganar la elección, la esencia del gobierno que encabezaría Enrique Peña Nieto, todo es marketing, así fue su campaña, así ha sido su gobierno, pura mercadotecnia, y qué se podía esperar de una presidencia manejada desde una televisora.
Si de por sí Peña Nieto llega fatalmente reprobado por la ciudadanía en su desempeño con un 70 por ciento de de desaprobación, el más bajo que haya tenido un Presidente, en esa situación ¿a quién se le ocurrió que se reuniera a alguien que desprecia a los mexicanos y los mexicanos lo desprecian a él? Ahí está la cifra de que 80 por ciento de ellos reprueban que Peña haya recibido a Trump.
Están cayendo en el exceso de su propia estrategia, el mensaje que dejan los que manejan la Presidencia es que están empecinados en que no sea al PRI quien gane la elección presidencial, al acercarle estas amistades a Peña parece que quieren incrementar la desaprobación a su gestión, y con ello empezar a cavar la derrota de su partido en las presidenciales de 2018, en la que con toda seguridad retomaremos el camino con el PAN, para rescatar la Presidencia.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A los que mal manejan la Presidencia que me siento muy apenado, porque si Juanga viviera, a Enrique ya le hubiera cantado: “Pero qué necesidad, para qué tanto problema”.