EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

El misterio del Canal 40

Raymundo Riva Palacio

Julio 20, 2005

 

ESTRICTAMENTE PERSONAL

 

Roy Brandon Burgess es un nombre totalmente desconocido en México. No así en el mundo, donde se le reconoce como un ejecutivo audaz y altamente exitoso. Como vicepresidente de la National Broadcasting Network, la gran cadena de televisión estadunidense, Burgess está a cargo de la estrategia global de negocios y es el especialista en ejecución de transacciones. Él negoció con el conglomerado francés Vivendi la fusión con Universal, convirtiendo a NBC Universal en una de las compañías de entretenimiento más exitosas del mundo y de más rápido crecimiento. En 2002 compró Telemundo, la segunda cadena en español en Estados Unidos, y llevó a la NBC de 13 estaciones de televisión propias en ese país, a 29. Burgess, en este sentido, es un empresario de cuidado.

¿Por qué es relevante Burgess para los mexicanos? Simple. El joven ejecutivo llegó recientemente a México para negociar la transacción de CNI Canal 40 a su bolsa de propiedades. De acuerdo con fuentes de la industria, quien está haciendo la operación es el presidente para México de General Electric, Edmundo Vallejo. ¿Qué tienen que ver NBC con General Electric? Para quienes no están interiorizados en la vida de los siete conglomerados de comunicación y entretenimiento en el mundo, General Electric es propietaria de NBC en un 80 por ciento, mientras que Vivendi, otro de ese selecto grupo, tiene el 20. Juntos poseen Universal Pictures y sus parques de diversiones en Estados Unidos y Japón; separados, General Electric es una de las empresas sostén del complejo industrial militar estadunidense, y Vivendi tiene el Canal+ en Europa, y empresas de música y telecomunicaciones. En síntesis, dos de los siete conglomerados que determinan lo que ven y escuchan los ciudadanos del mundo, y les modulan sus patrones de comportamiento y de consumo, quieren arraigarse en México.

El problema, y por eso es relevante, es que lo están tratando de hacer por la puerta de atrás. El propietario de Canal 40, Javier Moreno Valle, quien se encuentra prófugo de la justicia por defraudación fiscal por 3 millones de pesos, está tratando de salvar a una empresa que nunca lo fue por sus excentricidades insultantes para con los trabajadores, que estallaron una huelga porque no les pagó salarios –en algunos casos hasta por seis meses– y les incumplió durante 16 meses el incremento salarial negociado, mientras él dejaba correr lo lúdico de su personalidad con cruceros en Brasil y renovación de guardaespaldas para toda su familia. Pero la manera como está tratando de rescatarla hacen resurgir las sombras de sus prácticas cotidianas.

De acuerdo con un comunicado de la empresa, CNI negoció un financiamiento para pagar su pasivo laboral y levantar la huelga, para lo cual constituyó un fideicomiso que será administrado por un comité técnico que encabeza el abogado Javier Quijano Baz. Aquí es donde empiezan todas las dificultades para saber con exactitud lo que pasará con CNI Canal 40. ¿Era necesario que viajara Burgess a México para prestar dinero a una empresa quebrada? En varias ocasiones que estuvo a punto de venderse el Canal 40 a empresarios mexicanos, las negociaciones fracasaron porque Moreno Valle se negó a entregar la parte editorial de la empresa, que era lo único valioso. ¿NBC se lo permitió? No va a haber forma de saber si, en efecto, la empresa estadunidense aceptó lo que ningún mexicano, puesto que el fideicomiso lo blinda por completo. Según las leyes mexicanas, un fideicomiso es secreto y no se le puede realizar auditoría alguna. Es decir, como hipótesis de trabajo, Quijano Baz podría ser el prestanombres a través del cual Moreno Valle hubiera vendido su empresa a la NBC.

Si NBC adquiere CNI Canal 40, la empresa se puede salvar en términos financieros. Pero, entre las sombras de la opacidad de los términos del financiamiento, existe la posibilidad de que se esté violando la ley. Como informó el viernes pasado la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) cuando funcionarios del gobierno federal revelaron que Moreno Valle estaba consiguiendo un préstamo con una cadena estadunidense que implicaría dar la concesión en garantía, ese tipo de operación violaría la Ley Federal de Radio y Televisión. La ley establece en su artículo 14 que las concesiones para usar comercialmente canales de radio y televisión, se otorgarán únicamente a ciudadanos mexicanos o a sociedades cuyos integrantes sean mexicanos. Por lo mismo, en ese sector no se acepta capital extranjero. Más aún, conforme a la ley, cualquier operación realizada por un concesionario de medios electrónicos de comunicación que involucre la enajenación de acciones, debe ser aprobada por la SCT.

El fideicomiso creado abre las posibilidades de una operación violatoria a la ley. Quizás General Electric y NBC no lo sepan, y 2 o 4 millones con los que resuelven el conflicto salarial, y otros 110 millones que desea Moreno Valle por la empresa, sean una gran oportunidad de negocio para tales conglomerados. En todo caso, si la hipótesis de trabajo es correcta y el financiamiento tiene como garantía la concesión, pronto habremos de saber los mexicanos lo que hoy niega Moreno Valle y su abogado Quijano Baz, cuando General Electric y NBC, que cotizan en la bolsa de valores de Nueva York, informen a sus accionistas de la operación realizada en México. Si esta hipótesis se comprobara y resulta que NBC sí adquirió derechos de CNI Canal 40 por fuera de la ley, ¿qué sucederá? Seguramente entraremos en un litigio internacional bastante complejo, delicado y costoso, y Moreno Valle habrá realizado otra triquiñuela más, como las que nos ha tenido acostumbrados desde hace un largo tiempo.

 

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