EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

El pueblo sabio

Jorge Camacho Peñaloza

Diciembre 10, 2021

La soberanía dimana directamente del pueblo
José María Morelos.

El ser humano sin duda es un ser societario, es decir, que necesita de la acción con el otro o los otros para poder sobrevivir no sólo como individuo sino como especie, acción que, a su vez, ese resultado de la voluntad colectiva del nosotros, en principio con el objeto de sobrevivir, defendernos, procurarnos y mantenernos en unidad, por tanto, la voluntad colectiva históricamente siempre ha estado presente en la historia de la humanidad, siempre ha habido, algunas veces subyacentemente y otras en relieve, una voluntad general o colectiva que influye en la historia, es la determinante del estado general de los pueblos, algunas veces armónica y libre, y otras en conflicto y sometida, según su relación con los poderes convencionales o fácticos.
Pero más allá de la condición en que se encuentre la voluntad colectiva, el sentimiento colectivo determina el ritmo y el rumbo de los pueblos, a veces sensato para mantener la paz y la estabilidad y otras disruptor o revolucionario para superar situaciones insostenibles de opresión, como sea que fuera, la voluntad colectiva siempre contiene la sabiduría de lo que es mejor para los pueblos, de ahí que ciertamente como sostiene el presidente Andrés M. López Obrador, el pueblo es sabio, aunque ha habido momentos en la historia en los que no precisamente la sabiduría sale avante frente a las decisiones impulsadas desde el poder.
La voluntad colectiva cuando le toca actuar siempre lo hace ineludiblemente, sea para resolver un problema de la colonia, para gestionar alguna obra de la comunidad o para elegir a sus representantes y gobernantes, el caso es que la voluntad colectiva siempre actúa guiada por esa sabiduría inmanente que contiene e influida por los valores, los principios, la moral, anhelos y necesidades compartidas, conocimientos, leyes, tradiciones y creencias que le dictan cuándo actuar y cuando no hacerlo, en las sociedades democráticas esa voluntad se llama soberanía popular y, como dijera José María Morelos, “dimana directamente del pueblo”.
Por lo anterior, para la voluntad colectiva mexicana no es lo mismo actuar en un proceso electoral para elegir al presidente, como fue en julio del 2018, que en consultas populares impulsadas por ese presidente electo para decidir, por ejemplo, sobre el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, la construcción del tren maya o la revocación del mandato del mismo presidente.
Ir a votar para elegir al presidente del país se considera una obligación, compromiso irresponsabilidad muy sentida en la ciudadanía, la sabiduría del pueblo lo lleva a depositar su voto a las urnas, se trata de elegir a quién conducirá el Gobierno más influyente en la vida cotidiana de las personas, de ahí que la asistencia a las urnas siempre es un momento histórico de definición al que el pueblo no rehúye por considerarlo importante.
Pero ese Presidente ha querido usar la voluntad colectiva o la sabiduría del pueblo para engañar al país, para esconder con ella decisiones que personalmente ha tomado, para hacer creer que es un go-bernante democrático y que hace lo que el pueblo sabio dicta, porque no puede interpretarse de otra forma que, por ejemplo, para la supuesta consulta sobre construir o no el aeropuerto internacional de la Ciudad de México en Texcoco llevada a cabo del 25 al 28 de octubre del 2018 en la que sólo votaron el 1.22 por ciento del padrón electoral, es decir, 1.1 millones de votos de 89.7 millones de votantes potenciales, la mayoría por el no a la construcción del aeropuerto, López Obrador diga que esa cifra representa la voluntad colectiva y mucho menos la sabiduría del pueblo de México.
En el caso de la consulta para el Tren Maya realizada en diciembre del 2019, votaron 100,940 personas en los cinco estados en los que se llevó a cabo, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas y Tabasco, que juntos suman un padrón electoral de 8 millones 960,000 ciudadanos, es decir sólo participaron el 1.12 por ciento de las personas del pueblo sabio, obviamente que la mayoría por el sí a la construcción del tren.
Ahora para llevar a cabo la consulta de la revocación del mandato del presidente López Obrador se requieren 2.8 millones de firmas de ciudadanos que están a favor de que se lleve a cabo para solicitar al Congreso de la Unión su rea-lización, pero hasta el día de ayer el Instituto Nacional Electoral llevaba apenas registradas el 28% de firmas que se requieren y plazo vence el 25 de diciembre, es decir, en 15 días, por lo que es muy probable que el pueblo sabio considere que dicha consulta no es relevante.
Estas reducidas cifras de las respuestas del pueblo sabio a las convocatorias del presidente Andrés Manuel López Obrador sólo indican que a este pueblo sabio no le ha interesado expresarse, le está delegando la decisión al Gobierno o considera que no le toca decidir ese tipo de asuntos, pero sea cual sea el motivo, lo cierto es que para la sabiduría del pueblo los asuntos no justifican que se exprese y como ejercicio democrático han sido un rotundo fracaso.
Vuela vuela palomita y ve y dile: Al presidente López Obrador que para ahorrarse el fracaso de la consulta, que mejor de una vez considere como consulta la cantidad de firmas que se junten para solicitar al Congreso de la Unión que la apruebe: se juntan, ratificación; no se juntan, revocación, ¿cómo la ve?