EL-SUR

Jueves 25 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

BAJO EL ALA DEL SOMBRERO

En los tiempos de la 4T, Zapata vive…

Carlos García Jiménez

Julio 03, 2020

BAJO EL ALA DEL SOMBRERO

(Tercera de cinco partes)

Uno de los más grandes errores es juzgar a los políticos
por sus intenciones, en vez que por sus resultados.
Milton Friedman.

Si algo bueno dejó el despertar ciudadano durante la coyuntura electoral de 2018 fue que facilitó la elaboración de una plataforma programática para el rescate del campo, que constituye ahora –en la Cuarta Transformación (4T)–, la bandera del Movimiento Campesino Plan de Ayala Siglo XXI de Guerrero (MCPASXXI-GRO).
Sistematizada en el documento Para salvar a Guerrero el campo es primero, dicha plataforma sintetiza las reflexiones y propuestas surgidas en una diversidad de eventos campesinos –asambleas comunitarias, encuentros regionales, foros temáticos y un primer congreso estatal– que tuvieron lugar en distintos lugares y momentos de la pasada coyuntura electoral.
En el también denominado libro verde (por el color de su portada) se ratifica el compromiso del MCPASXXI-GRO con la 4T, “siempre y cuando ésta coadyuve a la erradicación de la corrupción, la impunidad, la injusticia, la pobreza, la violencia, entre otros lastres heredadas del viejo régimen”.
También, se convoca “a todas las organizaciones sociales rurales y actores institucionales que operan en el campo guerrerense a sumarse a la 4T, generando a ras de tierra, un nuevo modelo de organización y gestión de los programas públicos, en el que la asamblea comunitaria y los comités de desarrollo comunitario, sean los principales actores”.
Hacia el desarrollo rural integral, sustentable y autogestivo

La esencia del “Plan de Ayala Siglo XXI de Guerrero” son sus propuestas. Éstas se configuraron en reuniones comunitarias, regionales y estatales, convocadas en el ámbito del movimiento de la 4T. En el primer Congreso Campesino del MCPASXXI-GRO, realizado el 21 de noviembre de 2019, fueron aprobadas y convertidas en banderas de lucha y organización del campesinado guerrerense. Visualizamos aquí –como desde una rendija– algunas propuestas, agrupadas en nueve ejes programáticos (Ver en extenso en http://adesur.centrogeo.org.mx/documents/506/download):
1. Pacificación y derechos humanos. En virtud de la prevalencia de la impunidad y la lenta respuesta gubernamental, se retoman en este eje los temas de desaparecidos, víctimas de la guerra sucia (años 70) y de la delincuencia, policías comunitarias y ciudadanas, reconocimiento de la sierra como octava región, entre otros.
2. Medio ambiente y recursos naturales. Frente al estancamiento de la intervención gubernamental en este tema, en la plataforma campesina cobran fuerza propuestas como: manejo sustentable de cuencas, corredores biológicos intermunicipales, gestión comunitaria del fuego, reforestación participativa, regulación de la minería, etc.
3. Producción campesina. Campesinos de distintas regiones, que por más de una década vienen incorporando prácticas agroecológicas en sus sistemas productivos, plantean propuestas encaminadas a fortalecer la producción de abonos orgánicos, la eliminación gradual de los agrotóxicos, el mejoramiento genético de las semillas nativas, la ganadería de traspatio, la acuacultura y la forestería.
4. Desarrollo de mercados y economía social. Las propuestas en este eje plantean que el gobierno promueva la agregación de valor a las cosechas campesinas, reordene los mercados agropecuarios, incentive la empresa rural y fortalezca la economía social.
5. Desarrollo de capacidades locales. En este eje, mientras que el MCPASXXI-GRO plantea acciones de acompañamiento técnico más cercanas al campo y a los campesinos, el gobierno federal mantiene el neoliberal modelo de extensionismo rural. Frente a esto se proponen Escuelas Campesinas impulsadas De Campesino a Campesino, y a través de agencia de desarrollo regional integradas por equipos transdisciplinarios de profesionistas y promotores campesinos.
6. Participación campesina en la toma de decisiones. Para mejorar los resultados del ejercicio público, se propone instaurar en los tres ámbitos de gobierno la cultura de gobierno abierto que significa gobernar con transparencia, rendición de cuentas, contraloría social y participación ciudadana.
7. Bienestar social. Reorientar y mejorar –a partir de diagnósticos participativos– los servicios de salud, educación, vivienda, alimentación, empleo y los básicos (agua, drenaje, electrificación y caminos), es el planteamiento central.
8. Pueblos originarios y territorio. Los pueblos originarios representan el 20 por ciento de población guerrerense y constituyen un factor de diversidad cultural y preservación de los recursos naturales. En las políticas públicas deben reconocerse sus territorios, cultura y prácticas tradicionales de vida.
9. Asuntos agrarios. Ubicada en sexenios anteriores en el traspatio de la política pública rural, la cuestión agraria ocupa ahora el primer plano de las propuestas del movimiento campesino. Los añejos conflictos de linderos (muchos convertidos en focos rojos), de sucesión agraria, de invasiones de todo tipo y de acceso a la certificación o certeza de la propiedad, fueron las propuestas que cobraron vida en este sector.

Las propuestas campesinas aun a la deriva

En el gobierno de la 4T, estas propuestas siguen a la deriva. Han quedado sujetas al influjo de la política de austeridad republicana, de la elaboración tardía y burocrática del Plan Nacional de Desarrollo, de las prioridades de la pandemia del Covid19, y de las decisiones unilaterales de funcionarios ajenos a la 4T.
Mientras el presidente de la República discursa todos los días a alta velocidad, la estructura operativa institucional –el “toro reumático”– camina atrás, y muchas veces discordante. Por ello, las propuestas campesinas seguirán ondeando, a ras de tierra.
A PLENO SOL: En vísperas de 2021, los políticos de la vieja izquierda que ahora “celebran 2 años de 4T”, que se dicen “morenistas”, “que se asumen proAMLOs”, pero que desconocen la realidad del campo guerrerense, ya andan en busca del voto campesino. ¡Y no es para menos! En las pasadas elecciones fue el voto campesino el que determinó el resultado electoral que ya vivimos. Las cifras hablan por sí mismas: en la elección de 2015 el voto campesino representó el 18.7 por ciento del total de votantes; y en 2018 creció al 46.2 por ciento. Y del mismo modo, mientras Morena y sus aliados, en 2015 solo obtuvo el 1.5 por ciento (21 mil 347 votos); en 2018 creció al 28 por ciento (424 mil 592 votos). En la era de la 4T y en la “nueva normalidad política”, el campesinado guerrerense volverá a marcar la diferencia, pero ahora, seguro, se desmarcará de esos políticos “fantoches”.

[email protected]