EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Entre neoliberales te veas

Jorge Camacho Peñaloza

Marzo 22, 2019

Dos cosas colmarán mis deseos: la primera, el espectáculo de vuestra felicidad; y la segunda, merecer de vosotros, para legarlo a mis hijos, el título de buen ciudadano.
Benito Juárez

El liberalismo es una corriente ideológica, política, económica y social, nacida en los siglos XVII y XVIII con la que los nacientes y florecientes productores mercantilistas y comerciantes principalmente de Europa se opusieron a los poderes monárquicos y sistema feudal de la época que impedían la libertad de producir, transportar, poseer y acumular riqueza, que desinhibían el libre pensamiento y de expresión, que sobreponían el poder absoluto y providencial de la monarquía absoluta y del poder de la iglesia, y después del Estado, por encima de las libertades de las personas, de educación y religión, que impedían la organización jurídica de la sociedad y menos la generación de leyes a partir de la voluntad de los gobernados o vasallos.
El surgimiento de esta doctrina liberal significó oponer a esos poderes absolutos, centralistas y autoritarios, al despotismo ilustrado, una propuesta de organización política, económica y social basada en la libertad política, transformando al vasallo en ciudadano como figura política central de un nuevo orden político fundado en instituciones democráticas y poderes públicos, Legislativo, Ejecutivo y Judicial, en asambleas y parlamentos para sustituir la voluntad del rey; en la libertad económica, impulsando la propiedad privada, la producción para el mercado y la obtención de ganancias como principal incentivo para sustituir la propiedad terrateniente, los diezmos, impuestos y las rentas agrarias para satisfacer las necesidades del mercado y no los privilegios de los monarcas y la nobleza, y en la libertad de ciencia, creencias, expresión, educación, religión, para liberarse de las ataduras de la santa inquisición y de la intervención del poder político en la vida privada de las personas, todo lo cual implica la construcción de una sociedad democrática, de leyes, libertades e instituciones, para sustituir toda clase de poder económico, político o social absoluto.
Los principales pensadores liberales de los siglos XVII y XVIII fueron John Locke, Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill, Montesquieu, Juan Jacobo Rousseau, entre otros, que lideraron el espíritu de grandes movimientos y revoluciones como la Industrial en Inglaterra, la Gran Revolución Francesa de 1789, la Independencia de Estados Unidos y por supuesto la Independencia de México. En nuestro país tuvimos grandes pensadores como Melchor Ocampo, Ignacio Ramírez, Benito Juárez, Miguel Lerdo de Tejada, Fray Servando Teresa de Mier y Ramos Arzipe.
El liberalismo ha tratado de construir una sociedad, como mencionamos más arriba, con un régimen político en la que el ciudadano sea la figura central, que construye su gobierno y poderes, en el que el poder de los gobernantes este limitado a las leyes, en la que la sociedad se organiza con instituciones y no con la voluntad del gobernantes, en la que la transparencia y la rendición de cuentas es, sí, una responsabilidad cultural de los políticos, una sociedad que no obstante de estar dibujada en las constituciones liberales que hemos creado, no ha podido acabar de madurar en nuestro país debido a la necesidad de gobiernos y regímenes presidencialistas fuertes para defender a la nación de inminentes agresiones del exterior en el siglo XIX, para apaciguar las guerras intestinas en el país con la dictadura de Porfirio Díaz, para perpetuar el régimen posrevolucionario de los sonorenses convertido en el régimen priísta hegemónico y autoritario del siglo XX y ahora, al parecer con Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República, para legitimar lo que se le quiere llamar la Cuarta Transformación.
El caso es que la falla de nuestro sistema político es que se tienen leyes liberales que no se aplican por privilegiar regímenes presidencialistas, en realidad la Cuarta Transformación debería apuntar hacia acabar de madurar el liberalismo mexicano iniciado en las luchas de Hidalgo y Morelos, continuadas por Juárez y Madero, un liberalismo que defienden los banqueros que estarán frente a Andrés Manuel López Obrador hoy en la Convención Nacional Bancaria, un liberalismo que él reniega. A ver que diga frente a ellos que se ha abolido el neoliberalismo, ese que desplazó del poder a los políticos coporativistas y corruptos del poder en el ultimo cuarto del siglo XX y que abrió cauces a la democracia en el país que permitió el debilitamiento del viejo régimen priísta y la llegada de la alternancia política en nuestro sistema político.

Vuela vuela palomita y ve y dile:

A Andrés Manuel otra vez, que si no tienes broncas con los banqueros quiere decir que no tienes broncas con el liberalismo y el neoliberalismo. ¿A quien tratas de engañar Andrés?