EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Raymundo Riva Palacio

Octubre 20, 2004

 

  Desinfectar al PRD


De nada le servirá a René Bejarano, ex líder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y operador político del jefe de gobierno capitalino, que un nuevo video donde aparece el empresario Carlos Ahumada presionándolo para que le pague la autoridad por obras dinero haya sido hecho público para intentar una defensa de última hora que evite su desafuero. De nada le servirá que su esposa Dolores Padierna encabezara dos tomas del Congreso para frenar la votación de la reforma al artículo 122 mostrando, en el fondo, su subordinación a Andrés Manuel López Obrador. Si no hay futuros contratiempos, la mayoría del PRD en el Congreso votará este mes, por mayoría, su desafuero en el Congreso.

Sin fuero como asambleísta, porque el resto de los partidos en la Cámara tampoco tendrán compasión por él, Bejarano podrá enfrentar a la justicia bajo cargos de cohecho y corrupción, con probabilidades de terminar en la cárcel. La estrepitosa caída política de Bejarano comenzó el 3 de marzo, cuando apareció en un video recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada, hoy recluido en prisión por un presunto fraude en una delegación del Distrito Federal. Desde entonces, Bejarano ha tenido serias dificultades para explicar a dónde fue el dinero que recibió, porque muchos de sus dichos han sido contradictorios y ha lanzado acusaciones sin fundamento.

En la última semana, Bejarano y su esposa Padierna han recorrido medios de comunicación electrónicos para tratar de lavar su imagen. Su defensa ha sido francamente patética. Bejarano se ha convertido en un icono de la corrupción política, no sólo por lo grotesco de su actitud cuando recibió el dinero, sino porque en el diálogo con el empresario se insinúa venta de protección política y, sobre todo, incumplimiento de ella.

Legalmente Bejarano se verá la cara con la justicia para que ésta determine si en efecto, la acusación se sostiene. Legítimamente Bejarano, pese a todo lo que dice, es un político acabado. Una segunda víctima de los videos es su esposa Padierna, no por haber figurado en momento alguno en ese episodio, sino porque juntos han acumulado una historia negra en la capital mexicana y dejado víctimas a lo largo del tiempo que, en la condición humana de la política, encuentran en su terrible pifia el camino para guillotinarlos.

Bejarano y Padierna, de cualquier forma, no son personajes de reparto. A lo largo de los años han mostrado su astucia política, que se incrementó cuando los terremotos de 1985 destruyeron el tejido político que había construido el PRI en la capital por décadas. La inmovilidad del gobierno de Miguel de la Madrid contagió al PRI capitalino, creando un espacio que aprovecharon estupendamente Bejarano y Padierna, que con intenso trabajo de gestoría social y organización política, lograron transferir las lealtades que tenía el PRI en los barrios y colonias de la capital, a su organización urbana. Este no fue un camino sin sus baches.

Los dos, particularmente la señora Padierna, han sido involucrados en presuntos actos de corrupción en años anteriores. Cuando delegada en Cuauhtémoc –la demarcación con mayor número de giros negros y vicio en la capital federal–, la hoy diputada recibió regalos en aparente pago por licencias que concedió. Bajo su administración se dio uno de los siniestros más lamentables en la capital, el incendio de un salón de baile llamado Lobohombo, que se descubrió después no cumplía con las mínimas medidas de seguridad. Su esposo Bejarano trabajó creando grupos de presión, como el movimiento Francisco Villa en Iztapalapa, que es utilizado como grupo de choque para presionar políticamente, o inventando organizaciones sociales en tiempos electorales, como taxis piratas.

En todo caso, los dos han sido muy hábiles para construir clientelas electorales que han probado ser muy eficientes, particularmente en las comicios que llevaron a López Obrador al gobierno del Distrito Federal. Se acredita a la organización de Bejarano el control de no menos de 35 mil electores garantizados en seis delegaciones políticas, casi todas entre las de mayor densidad de población. Sin él difícilmente hubiera ganado la elección López Obrador, lo que explica que lo hiciera su operador político al arrancar el sexenio y lo estuviera preparando para hacerlo candidato al gobierno del Distrito Federal en el 2006. Los videos interrumpieron drásticamente esa carrera, y hasta el fin de semana pasado López Obrador dio muestras de que no podía seguir respaldándolo.

Le ha costado mucho trabajo cortarse ese brazo a López Obrador, pero cada vez es más insostenible. Lo que la diputada Padierna avaló y manipuló en el Congreso, provocó que creciera la percepción de que el PRD estaba controlado por un grupo de porros políticos. La lumpenización del partido no los iba a llevar a ningún lado. El desafuero de Bejarano no los desinfectará en automático, pero ayudará al PRD a empezar a transmitir el mensaje de que hay algunos perredistas con los cuales no pueden ir de viaje y frenar la caída de más de 10 puntos en las preferencias electorales que le causó el desaguisado. Ahí empezarán a resolver un problema de imagen, pero les quedará el político. ¿Quién podrá remplazar a Bejarano como controlador político en la capital? Todavía no hay nadie que figure en el firmamento perredista, que con el desafuero no termina un capítulo sino una etapa en la lucha interna del PRD por reinventarse antes que continuar su agonía.

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