EL-SUR

Miércoles 16 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Florencio Salazar Adame

Las ideas no mueren José Francisco Ruiz Massieu fue un político polémico, por sus ideas y por su pragmatismo. Concurrió en él esa difícil complementariedad: pensar y hacer. Su formación académica y profesional tuvo como horizonte el conocimiento del derecho, las ciencias políticas, la economía, la administración pública y la historia. De la academia y … Continúa leyendo Florencio Salazar Adame

Septiembre 28, 2002

Las ideas no mueren

José Francisco Ruiz Massieu fue un político polémico, por sus ideas y por su pragmatismo. Concurrió en él esa difícil complementariedad: pensar y hacer. Su formación académica y profesional tuvo como horizonte el conocimiento del derecho, las ciencias políticas, la economía, la administración pública y la historia. De la academia y la administración pública pasó a la militancia política; a ésta llegó a través de la campaña presidencial de Miguel de la Madrid. En ese entonces era un típico tecnócrata, pero en el ejercicio del poder, como gobernador de Guerrero, puso especial atención en el funcionamiento real del sistema político y del PRI.

Así como Obregón vio el águila de la silla presidencial desde su hacienda de Huatabampo, Ruiz Massieu miró la gubernatura de Guerrero desde las aulas universitarias. Le pregunté como  había conocido al presidente De la Madrid, fundamental en su carrera política: “Mis amigos hicieron lo indecible por inscribirse con el maestro Mario de la Cueva. Yo me inscribí en las clases de Derecho Constitucional del joven profesor Miguel de la Madrid. Te equivocaste, Pepe. No, contesté, yo estoy viendo el futuro”.

Conocía el  valor de la palabra. Propiciaba la conversación con todo aquel que pudiera aportarle conocimiento; de igual manera, evitaba la torpeza y la medianía. Pensar no es perderse en el vacío; y hacer, tampoco es gastar energía sin orientación ni propósito.  El político necesariamente debe ser un  sujeto cultural, pues de los contrario, aún deseándolo, no podrá servir a los fines de su compleja profesión, que es procurar el mejoramiento constante de la sociedad. La  mayor vulgaridad en el político es la ignorancia, pues sin el conocimiento pedagógico de la función pública, confunde la comunicación con el disparate, pervirtiendo la misión de la palabra. Ruiz Massieu conocía el valor de la palabra; la empleaba con responsabilidad e imaginación y, por supuesto, la respetaba y cumplía.

A través de la indagación constante él ampliaba su horizonte. Por eso propiciaba en  sus colaboradores la participación en  debates, mesas redondas y libros colectivos. Así, en Pensamiento en Acción: PRI, 60 años del Partido de la Revolución Mexicana y en Las perspectivas de cambio en el PRI, dijo lo que pensaba: “La tendencia de todo partido con una larga permanencia en el poder es el conservadurismo y la inmovilidad. La militancia se substituye por la burocracia y la ideología por la publicidad”. O: “El PRI no ha podido sustraerse de los vicios propios de todo partido en el poder. Si por una parte se ha beneficiado del carisma del poder, por otra achata su capacidad autocrítica y llega a contemporizar con los gérmenes de su destrucción”. Ante la inquietud de algunos dirigentes nacionales que escuchaban tales cosas, Ruiz Massieu afirmaba: “Así se expresa el priísmo guerrerense”. El de entonces, claro.

En la 55 Legislatura de la Cámara de Diputados me correspondió, en nombre de la fracción del PRI, pronunciar el discurso alusivo al 83 aniversario de la Revolución Mexicana. Hablaba de cómo la aparente solidez del porfiriato se derrumbó en sólo unos cuantos meses: “Esa etapa… nos demuestra que no basta la paz sin justicia, la riqueza si no llega a la mayoría, ni las elecciones si no se respetan sus resultados… podemos decir que la única paz duradera es la que está en la conciencia del pueblo”. El texto íntegro se público en la revista Qúorum de la propia Cámara y escandalizó al entonces secretario de prensa del CEN del PRI, Orlando Arvizu, quien dijo que Colosio estaba muy molesto por el discurso. “Ruiz Massieu lo leyó –respondí, lo cual era cierto– y él me  sugirió su publicación”. Ahí se acabaron las molestias.

A ocho años de su muerte, José Francisco Ruiz Massieu sigue vivo. Y esta frase aunque parezca común, no lo es. La relectura de sus libros ¿Nueva clase política o nueva política?, Ideas a tiempo, Palabras irrevocables y El proceso democrático en México, igual que los póstumos,  Reformas a fondo. Ideas de José Franscico Ruiz Massieu, que publiqué con el patrocinio del gobernador Rubén Figueroa, además de su vasta obra jurídica y material, lo hacen entrañable a Guerrero y lo acreditaron “como uno de los estrategas de la transición política mexicana”,  afirma Francisco Arroyo Vyera, en la introducción a El Parlamento,  que editó el Congreso de Guanajuato.

Algunos colaboradores conversábamos una tarde en Casa Guerrero con él sobre política. De pronto hizo una pregunta inesperada: “Si por alguna razón hoy tuviéramos que salir del PRI a qué partido se irían ustedes. ¿Tú, Israel (Soberanis)? Yo, al PRD; ¿Tú, Florencio? También. ¿Tú, Ramírez Guerrero? Al PPS. Pues todos están equivocados. Yo –dijo Ruiz Massieu– me iría al PAN. Es un partido de ciudadanos, moderno, que ha ido perdiendo su carga conservadora y es el partido del futuro”.José Francisco no era profeta, era visionario.