EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Gambito electoral

Raymundo Riva Palacio

Noviembre 16, 2005

 ESTRICTAMENTE PERSONAL

Es cierto que las relaciones mexicano-venezolanas nunca han sido realmente afectivas, sino rociadas siempre por resentimientos, complejos y envidias. También es cierto que Hugo Chávez está en campaña por consolidar su liderazgo en América Latina como el presidente que se enfrenta a George W. Bush y desafía al abollado imperio norteamericano. Lo que resulta inverosímil es que el tapete sobre el cual Chávez fortalece su imagen se llame Vicente Fox, el presidente de todos los mexicanos. Flaco favor nos hace Fox a todos y a él mismo. Pero, ¿cómo es posible que en escasos 10 días México y Venezuela hayan llegado al punto casi de la ruptura de sus relaciones?

Fox ha hecho tantas cosas tan políticamente incorrectas que nada debería sorprendernos. Su retórica inflamatoria, primero contra el presidente argentino Néstor Kirchner, y luego contra el venezolano, ha tenido como respuesta un lenguaje aún más incendiario de Chávez, que lo ha masacrado discursivamente y colocado ante los ojos de muchos, inclusive de los mexicanos, como un presidente servil a los intereses de Washington. En el análisis epidérmico, ¿alguien duda de Chávez?

El líder venezolano se ha convertido en el principal enemigo de Washington, donde lo ven como una amenaza por los petrodólares que está inyectando a políticos, movimientos sociales y guerrillas en América Latina, propiciando procesos de desestabilización. En este contexto Fox, como ya se le critica, sólo pudo haber servido a Bush fustigando a Chávez. Pero, ¿podría realmente Fox ser tan torpe y ciego para no haber calculado que sus críticas generarían una escalada en contra? El costo que está pagando el presidente mexicano por una desavenencia sobre el libre comercio, como todo empezó aparentemente, parece en demasía excesivo para que esa sea la única razón de todo. ¿Qué puede haber detrás de esta escalada contra Chávez?

Una explicación se puede encontrar en los datos que tiene Fox y la cúpula del PAN que a través de su ex embajador en México, Vladimir Villegas, estaba llegando financiamiento para la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador y para su delfín al Distrito Federal, Marcelo Ebrard. Dinero es lo que necesita López Obrador para que su campaña tenga el suficiente combustible que le permita llegar a la meta del 2 de julio de 2006. La falta de recursos actual afecta seriamente sus aspiraciones y puede conducirlo a la derrota. La información es que habían encontrado en Chávez una fuente de financiamiento, pero ni Fox ni el PAN han obtenido la documentación para poder ir a la denuncia pública. Es decir, el problema de fondo nunca fue el libre comercio, sino la llegada de petrodólares. Estallar una crisis diplomática para cortar esa fuente de financiamiento electoral clandestina parece demasiado estruendoso como estrategia, pero así se está haciendo la política en México en estos días.

López Obrador tiró toda la furia legar contra el constructor Carlos Ahumada, lindando los límites de convertirlo en un preso político, con el sólo objetivo táctico de cortarle el financiamiento a Cuauhtémoc Cárdenas, a quien ve desde hace buen tiempo como adversario por la clientela electoral de la izquierda, y a sus enemigos dentro del PRD. A López Obrador le funcionó perfectamente: secó a sus adversarios y corrió solo hacia la candidatura de izquierda. ¿Por qué no lo harían los foxistas también? En la asociación de hechos en esta hipótesis, la escalada de la crisis con Venezuela coincidió con la divulgación de nuevos videos propiedad de Ahumada que, sin embargo, no parecen haber salido de la videoteca de su familia. Él mismo envió una carta a los medios en mismo día de su difusión para sacar la cara por todos aquellos que aparecieron comprometidos en ellos y, de manera sutil pero sumamente reveladora, deslindó al propio López Obrador, asegurando que no lo conoce. Su dicho actual va acompañado de un incremento en la dureza carcelaria en su contra en las últimas semanas.

La aparición de nuevos videos parecía en un principio obra de los plomeros del PRI con el propósito de desviar la atención de su elección para candidato presidencial. Hoy, está visto, no les ayudó para nada en el fiasco que realizaron el domingo pasado. En cambio, si uno se sale de la lógica de la autoría del PRI, encuentra en Fox y el PAN, mejores autores intelectuales, además de que son ellos quienes tendrían copias adicionales de los muchos de los mil 200 videos que aún no salen al público. Los videos golpearon a las redes ciudadanas –Gabino Cué–, a uno de sus más cercanos, candidato al gobierno de Tabasco –Raúl Ojeda–, y a un representante de los enemigos de López Obrador en el PRD –Ramón Sosamontes–. Es decir, la repartición de lodo fue sobre todo el espectro de izquierda que sigue acumulando manchas sobre financiamientos electorales totalmente irregulares.

Si el PRI está alicaído, quizá tocado de muerte, y el PRD vuelve a estar en el centro del chapoteadero de los financiamientos electorales, no se necesitan demasiadas neuronas para ver que los beneficiarios directos de estos episodios son Fox, el PAN y su candidato presidencial, Felipe Calderón. Los videos y Venezuela son como el uno-dos de un guante dibujado con los colores blanquiazules. Todas estas argumentaciones no pasan de ser una hipótesis de trabajo que busca explorar la forma como se está jugando el ajedrez para conquistar la Presidencia que, por supuesto, no ha sido nada elegante, sino bastante brutal. ¿Pero no acaso las campañas negras y las guerras sucias han sido ampliamente utilizadas en las últimas elecciones en otros países? Claro, y no sólo eso, Habrá que revisar que, como en Estados Unidos o España, quienes han llevado la iniciativa, han ganado las elecciones. No lo olvidemos.

 

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