El mundo no perece por los bandidos y los incendios, sino por el odio, la hostilidad, y todas estas pequeñas rencillas.
Antón Chéjov

El pueblo de Guerrero tiene una historia de grandes hazañas históricas que han sido motor de la conformación de la nación y una historia propia que lo hacen un gran estado, con gente trabajadora, valerosa, culta, productiva, hospitalaria, amigable, sin embargo, en lo político ha sido un pueblo rebelde, que no se deja, pero también aprovechado por cacicazgos grandes y de pueblos que aún existen y que lo dividen y confrontan, con muchos desencuentros y agravios. Es triste y lamentable pero en Guerrero sí hay guerrerenses enemigos de guerrerenses, que viven en la permanente confrontación y conflicto sin importarles llevarse a Guerrero entre las patas.
Lo han dividido los cacicazgos, las iglesias, los partidos, los gobernantes, los políticos, los grupos delincuenciales, las autollamadas policías comunitarias, los sindicatos, los autotransportes, la amapola y marihuana, la misma tierra en conflictos comunales o ejidales, los divide el Congreso del Estado, hasta la administración e impartición de justicia, ahí está el caso Ayotzinapa, pareciera que está permanentemente en llamas, como literalmente se puede ver ahora en las fotos satelitales en las que nuestra Sierra Madre del Sur se ve ardiendo y humeante.
Es increíble y triste ver a nuestra Sierra así, como si fuera un volcán que acaba de hacer erupción, hecho todo cenizas, y desde esa perspectiva pareciera que a nadie le importa que se esté incendiando y le siguen echando lumbre a sus propios fuegos, porque hay quienes quieren ver a Guerrero en llamas políticas, de violencia criminal, de protesta social, anarquista y estudiantil, en llamas de corrupción e impunidad, de omisión y simulación gubernamental, incendiándose su majestuosa Sierra maciza, ámbitos en los que por cierto abundan los nerones porque no les importa que Guerrero se esté incendiando ponen sus intereses, objetivos, diferencias, conflictos y animadversiones primero.
El pasado primero de julio el electorado guerrerense hizo cambiar la geografía política, la configuración de los poderes locales y Guerrero sigue en llamas, no ha sido diferente que Morena se haya hecho del Congreso del Estado, de Acapulco, que el PAN-PRD se haya hecho de Chilpancingo, las cosas siguen igual de críticas, sigue habiendo la misma división, esa que mantiene a Guerrero en llamas y hundido en el caos de la basura, de la inseguridad, de la falta de honestidad, de agua entubada, de la criminalidad, de los bloqueos y desmanes en el Congreso del Estado de los maestros de la CETEG.
Como que ya va siendo tiempo de que los nerones dejen de incendiar a Guerrero, que los diferentes grupos de poder le bajen dos rayitas a sus diferencias, intereses y ambiciones, porque a los únicos que afectan con sus incendios es a los guerrerenses que no tienen vela en el entierro de sus conflictos. Ya es la hora de dejar de hacer política de confrontación y sustituirla por una política de razón y colaboración, Guerrero lo vale, vamos intentándolo por la paz y el desarrollo de nuestro Estado.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A esos heróicos apaga fuegos que tienen todo el reconocimiento, que mejor hubieran de ir a apagar el fuego esos nerones, porque son buenos para hacerlo pero no para apagarlo.