EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Huele a suicidio

Raymundo Riva Palacio

Septiembre 14, 2005

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Mal y de malas andan los panistas. Les parece muy negativo que Santiago Creel, que propuso la semana pasada a sus adversarios por la candidatura presidencial del partido que si la diferencia con el ganador resultaba ser de dos dígitos, declinaran, decidió tragarse sus palabras y lejos de abandonar la contienda por la candidatura después de ser derrotado por Felipe Calderón por 10 puntos, dijo que seguiría adelante. El sentimiento entre los panistas es que Creel contribuye con esa actitud a la desunión de un partido que lo que necesita en estos momentos es precisamente cohesión, si quieren llegar en buena condición a la campaña presidencial de 2006.

Los panistas tienen razón en estar preocupados, pues los resultados electorales en el último año los ubican, hoy en día, como seguros ganadores del tercer lugar en la contienda. Después de sacar al PRI del poder en 2000, el PAN no ha logrado consolidarse en él. Por el contrario, el partido arrastra un rendimiento decreciente en el cual pareciera no encontrar salida. La factura electorera que ha acumulado, negativamente, es abrumadora. Desde que llegó al 36 por ciento del voto en 2000, el PAN ha caído 13 puntos a la fecha, con lo que se encuentra 5 por ciento abajo del PRI y, sobre todo, empatado con el PRD, pese a que en la última elección presidencial sólo alcanzó el 17 por ciento del electorado.

Adicionalmente, ha ido perdiendo el voto útil de jóvenes y mujeres que ayudó a Vicente Fox a llegar a la Presidencia, por la decepción de la gente, que según un estudio de Bimba, encuentra al PAN empatado hoy en día con el PRI.. Actualmente, el PAN gobierna al 35 por ciento de la población en el país, contra el 44 por ciento que gobierna el PRI y el 19 por ciento del PRD, que aunque administra a un menor número de ciudadanos, cuenta con bastiones sólidos en la zona metropolitana de la ciudad de México, donde se concentra el 23 por ciento del total del voto nacional.

El PAN ha sufrido pérdidas importantes recientes en el estado de México, donde fracasó rotundamente en la búsqueda por la gubernatura, pese a haber arrancado de puntero en la campaña, y desapareció del radar nayarita después de haber gobernado seis años al estado. Su última victoria, en Tlaxcala, fue con un candidato salido de las filas del PRI, y en Veracruz evitaron ser humillados, aunque perdieron, gracias a la operación que hicieron ex priístas resentidos.

El PAN, deslavado, no avanza. Un indicador es la apatía en la primera vuelta de la elección de su candidato a la Presidencia, donde el abstencionismo tocó el 70 por ciento en los diez estados donde hubo comicios. Otro es que, pese al repunte de la popularidad del presidente Fox, se mantiene por debajo de 50 por ciento su nivel de aprobación sobre la forma como gobierna. Uno más, finalmente, es que el factor Fox que impulsó las victorias panistas en 2000, se ha convertido en un lastre. La derrota este domingo de Creel, el candidato de Los Pinos, ante Felipe Calderón, a quien denostaron en Los Pinos, es una señal clara del saldo negativo que se imprime al candidato relacionado con Fox.

Las señales, sin embargo, no parecen haber sido tomadas demasiado en serio por Creel, quien pese a los consejos que recibió este domingo cuando era claro que saldría derrotado por dos dígitos, se negó a declinar. Creel, un panista de carnet bisoño, vio que el apoyo del presidente y de la jerarquía del PAN, no es suficiente. Calderón mostró otra fuerza adicional que también debería de ser una señal de lo que se está pensando del ex secretario de Gobernación dentro de las filas del partido más viejo de México: no está bien visto.

En la celebración de la victoria, Calderón recibió la visita, y se tomó fotos, con los secretarios de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota –que le debe el despacho– y de Turismo, Rodolfo Elizondo –viejo compañero de luchas en el país. Por teléfono lo felicitó el secretario de la Reforma Agraria, Florencio Salazar, quien es un experimentado operador político que se fogueó en su viejo partido, el PRI. Dos secretarios más, de la élite del gabinete, están también con Calderón, haciendo patente su rechazo a Creel. Es decir, más de la mitad del gabinete, si se entiende que los militares y el de Hacienda son apartidistas, se encuentran del lado de Calderón y en oposición a Creel, quien hasta hace poco, cuando menos por razones de operación, era su jefe.

No hay respeto por Creel, y no parece que quisiera darse cuenta. Tuvo el mayor apoyo de sectores empresariales y grupos de interés para su precampaña y aún así no levantó. Le inyectaron recursos, contra la precariedad del financiamiento de Calderón, pero fracasó. El andamiaje de apoyos de Creel se desmoronó. ¿Tampoco quiere verlo? El problema para Creel ya no le pertenece sólo a él, sino que se extiende al PAN. Faltan dos elecciones en el país para cumplir la primera etapa, pero las expectativas son que vaya perdiendo más terreno aún. Esta, la primera, era la suya, particularmente con el electorado mexiquense, donde hizo una intensa campaña sin ver resultado alguno.

Esto significa que lo que parece un problema para Creel, en realidad lo es para el PAN. ¿Insistirá la jerarquía en respaldar a Creel para la segunda votación de la primera fase? Eso parece, sin importar que siga polarizando al partido y que la actitud de Creel vaya en detrimento directo del partido y de sus aspiraciones por competir por la Presidencia de la República. Peor aún, en todas las encuestas donde miden a Creel con el perredista Andrés Manuel López Obrador y el priísta Roberto Madrazo, su desventaja es notable, aunque en el caso de López Obrador, abismal, pues la intención de voto es dos por uno en contra. La terquedad huele ya a suicidio, no del mismo Creel sino de todo el partido para el 2006. Sus jerarquías no aprenden. Cinco años de pérdida de consenso de Fox no han sido suficientes.

 

[email protected]

[email protected]