EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Indignación por el asesinato de un ambientalista tarahumara

Margarita Warnholtz

Enero 20, 2017

El pasado domingo 15 de enero fue asesinado Isidro Baldenegro López, indígena rarámuri (tarahumara) defensor de los bosques y de los derechos de los pueblos originarios. Su larga lucha contra los talamontes lo llevó a obtener en 2005 el premio ambiental Goldman, el máximo galardón internacional para los defensores del medio ambiente, mismo que recibiera en 2015 la indígena hondureña Berta Cáceres, asesinada el año pasado por defender los ríos de su comunidad. Parece ser que matar ambientalistas que obstruyen los intereses de grandes empresarios y caciques locales se está volviendo costumbre, como costumbre son ya los asesinatos en nuestro país, que cada vez se manejan más como cifras, como si se tratara de estadísticas y no de vidas humanas.
Un grupo de líderes indígenas de diversos estados del país me hizo llegar un comunicado solicitando que lo publicara en este espacio, a lo cual por supuesto accedí, sumándome a su indignación por la muerte del reconocido líder rarámuri. Es el siguiente:
A las autoridades:
Nuestro hermano rarámuri, Isidro Baldenegro López fue asesinado el pasado fin de semana en su domicilio, en la comunidad de Coloradas de la Virgen, municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua.
Siguiendo el ejemplo de su padre, Julio Baldenegro, quien fuera asesinado en 1986 por defender el bosque, Isidro lideraba acciones que buscaban detener la tala y recuperar los derechos agrarios usurpados a la población indígena.
El ejido Coloradas de la Virgen se creó en 1953 sobre 23 mil de las 59 mil hectáreas de la comunidad donde se incluyó a 68 comuneros rarámuri. Posteriormente, una resolución de bienes comunales reconoció a dicha comunidad la posesión de la barranca, quedando entre los beneficiarios el cacique Artemio Fontes Lugo.
En 1993, un año después de que Fontes Lugo y la Comisión Agraria Mixta realizaran un proceso de depuración censal en el que excluyeron a casi todos los comuneros rarámuri, comenzó la tala desmedida del bosque e Isidro inició la defensa del mismo. Con ello generó enemigos, quienes en el contexto de impunidad, ilegalidad y pérdida de gobernanza que se vive en la sierra tarahumara acabaron con su vida.
Durante su larga lucha, Isidro fue encarcelado injustamente y posteriormente amenazado de muerte en diversas ocasiones, amenazas que incluso lo llevaron a tener que abandonar varias veces su comunidad. La última vez que volvió, fue balaceado en su domicilio y por la falta de servicios médicos que hay en la zona, falleció antes de poder recibir atención.
Manifestamos nuestra profunda indignación por el asesinato de nuestro compañero Isidro y exigimos a las autoridades estatales y federales que se esclarezca este artero crimen y se haga justicia.
Atentamente
Dionisio Eslava Sandoval, Ana Hilda Ramírez Contreras (Xochimilco, Ciudad de México), Araceli Burguete Cal y Mayor, Margarito Ruiz Hernández (Chiapas); Virginia Flores Flores (Durango); Irma Adriana Casillas Blancas, Javier Peña Peña (Estado de México); Carlos de Jesús Alejandro, Martha Sánchez Néstor (Guerrero); Martín Equihua Equihua (Michoacán); Ernesto Alvarado Romero (Morelos); Humberto Aldaz Hernández (Oaxaca), Nicolás Santamaría, Cecilio Solís Librado (Puebla); Carlos Chablé Mendoza, Carlos Chan García (Quintana Roo), Juan Manuel González Vidales, Domingo Rodríguez Martell (San Luis Potosí), Estanislao Arias Torres, Camerino de la Cruz de la Cruz (Tabasco); Eulogio García Ramírez (Veracruz); Carmen Burgos de la Torre (Yucatán).