EL-SUR

Jueves 18 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Iniciativa Indígena para la Paz

Marcos Matias Alonso

Octubre 26, 2019

El Presidente de la República ha iniciado un diálogo nacional con los pueblos indígenas de México. Esperanza, alegría y júbilo recibe, y recibirá, en cada pueblo de la nación mexicana.
En días pasados estuvo en varios pueblos indígenas y afromexicanos de Oaxaca (cuicatecos, chinantecos, mixtecos, mazatecos, triquis y tacuates); y este fin de semana estará con los mayos, guarijios, pimas y seris de Sonora. Los mayos-yoremes se ubican en Sinaloa y Sonora.
El presidente López Obrador y el director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino Montes, en cada viaje constatarán la pobreza ancestral generacional, rezagos centenarios con los más bajos índices de desarrollo humano, fuerte presión sobre sus tierras, territorios y recursos naturales, con un mapa nacional tapizado de conflictos en todo el país, desplazamientos forzados con pueblos fantasma, más de la mitad del territorio indígena concesionado a las empresas mineras, el surgimiento y crecimiento del narcotráfico y crimen organizado y un largo etcétera.
Las giras del Presidente de la República, confirmarán cuatro emergencias:
Urge elaborar una “Iniciativa Indígena para la Paz” para salir del infierno de violencia que ahoga al país; apremia construir una “Paz y Reconciliación Comunitaria” y una “Paz con el Estado Nacional y las Empresas”. Desafío nada sencillo.
Hace falta elaborar un “Programa de Desarrollo Indígena” para cada una de las regiones indígenas del país. Ello incluye, entre otros, infraestructura carretera, hospitales, escuelas, producción agrícola, revisar la vigencia de las concesiones mineras y los mega proyectos con impacto destructivo en las regiones indígenas del país.
La Paz indígena en México implica que, a la brevedad, se  presente la reforma constitucional en materia indígena. En México no puede haber paz indígena sin el respeto a la Constitución y a los Tratados Internacionales, suscritos por el Estado mexicano.
La paz nunca llegará si no se respeta el derecho a la autonomía, al autogobierno y la libre determinación de los pueblos indígenas.
Cumplir con el inciso “b” requiere la disponibilidad de suficientes recursos financieros para dar respuesta a las expectativas indígenas.
La construcción de la paz, el impulso de la reforma constitucional y la aplicación de políticas públicas para pueblos indígenas, además del compromiso de la palabra, exige un presupuesto digno y equitativo.
En conclusión, la gira del Presidente de la República sembrará esperanza y abrirá grandes expectativas en todo el territorio nacional. En parte, esa esperanza debe responderse con suficiente presupuesto para el próximo año fiscal.
Esta es una forma concreta de saldar la deuda histórica que el Estado nacional tiene con los pueblos indígenas de México. La paz indígena demanda justicia social, con igualdad de oportunidades y sin discriminación de ningún tipo.