EL-SUR

Sábado 28 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Jaime Castrejón Diez

 El antigobierno Pocas veces se puede ver una reacción tan interesante como la que se acaba de dar en la selección de diputados al Europarlamento en el Viejo Continente. Si uno analiza paso a paso todas las elecciones se va a encontrar con dos fenómenos interesantes. Incluyendo los nuevos miembros de la Unión Europea, hubo … Continúa leyendo Jaime Castrejón Diez

Junio 21, 2004

 El antigobierno

Pocas veces se puede ver una reacción tan interesante como la que se acaba de dar en la selección de diputados al Europarlamento en el Viejo Continente. Si uno analiza paso a paso todas las elecciones se va a encontrar con dos fenómenos interesantes. Incluyendo los nuevos miembros de la Unión Europea, hubo un abstencionismo muy alto, oscila entre 44 y 48 por ciento la asistencia a los comicios de acuerdo con las distintas encuestas que nos vienen de la prensa internacional. Es decir, los electores no estaban motivados con la idea de una Europa unida.

El otro fenómeno que es digno de tomarse en cuenta es ver cómo en cada país la reacción fue en contra del gobierno existente, por ejemplo el gobierno conservador de Francia tuvo un revés cuando los socialistas franceses votaron en contra de los diputados postulados por Chirac. Esta actitud muestra una gran diferencia a como habían votado en las elecciones parlamentarias hace algún tiempo. Es decir, no votaron a favor del gobierno que ellos tienen sino votaron precisamente en su contra.

En otros lugares, por ejemplo en Inglaterra y en Alemania los comicios mostraron un revés a Schroeder y a Tony Blair, es decir el electorado votó en contra de las posiciones políticas de sus gobernantes. Lo de Blair lo explica por haber llevado a Inglaterra a una guerra que no es popular. Lo de Schoroeder es consecuencia de sus políticas económicas que no son aceptadas por la mayoría de los alemanes.

En Italia Berlusconi tuvo una gran derrota al ser sus opositores quienes ganaron el mayor número de posiciones en el Parlamento europeo.

Los más castigados según la prensa europea, son Tony Blair y Berlusconi, que representan a las fuerzas en contra de la participación de sus países en el conflicto irakí. Esto es un verdadero voto de castigo al problema de la guerra y a querer o no esto apunta a que en las próximas elecciones tanto el Partido Socialdemócrata de Schroeder como el Partido Laborista de la Gran Bretaña están en serios problemas para obtener las mayorías parlamentarias y conservar al poder.

Si vemos el caso de España, los socialistas triunfan, que es natural, ya que recientemente le dieron un revés al partido conservador, al Partido Popular, porque había un repudio a la guerra de Irak y también como consecuencia del acto terrorista que los españoles consideraron se debió a la participación del lado de Estados Unidos en la guerra iraquí.

Entre los nuevos miembros de la comunidad europea los países de Europa del Este no se ven muy convencidos del proceso europeizante, es decir la Unión Europea no acaba por convencer totalmente a muchos de los ciudadanos de la Europa central. Esto muestra también que el europeanismo no acaba de solidificar los lazos de unión entre todos los países de la Vieja Europa y de la llamada Nueva Europa. Hay una reticencia a una integración total.

El efecto de estas elecciones parlamentarias viene a traer una duda de qué cosa será la Unión Europea que parece ser que en lo económico convence a todo mundo, pero no así en lo político y lo social. Como una gran estructura comercial que da ventajas a los países europeos para poder presentar un frente común tanto a los asiáticos como a los norteamericanos que ha aprobado ser efectiva se ve como una buena alternativa, sin embargo las diferencias políticas parecen ser grandes, las elecciones muestran que no hay un fuerte deseo de una unidad total, menos aún de una Constitución común.

Lo que se puede deducir de esta elección es que los votantes europeos pusieron un freno a sus gobernantes actuales. Votar en contra de los partidos en el poder, también es una señal de que la generación de una Europa homogénea es difícil; existen siglos enteros de diferencias políticas, de diferencias ideológicas y también una diversidad de concepciones del mundo y de religiones que es difícil acabar de un plumazo. La Europa Unida tardará mucho tiempo antes de poderse convertir en una unidad económica, política y social.

Se puede ver también que quienes detentan el poder en sus países recibieron el aviso de que lo pueden perder. Lo más probable es que algunos de ellos pierdan las próximas elecciones y otras cambiarán sus políticas en un intento de complacer a su electorado.