EL-SUR

Sábado 05 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Jaime Castrejón Diez

El cine y la política  En los últimos días el furor que ha causado la película El crimen del padre Amaro ha llenado los medios de comunicación con opiniones de todos tipos. Desde el comentario para tratar de evitar que viera la luz, hasta la anécdota de la exhibición privada en la Secretaría de Gobernación … Continúa leyendo Jaime Castrejón Diez

Agosto 26, 2002

El cine y la política

 En los últimos días el furor que ha causado la película El crimen del padre Amaro ha llenado los medios de comunicación con opiniones de todos tipos. Desde el comentario para tratar de evitar que viera la luz, hasta la anécdota de la exhibición privada en la Secretaría de Gobernación donde un obispo lanzó una taza de café contra la pantalla y abandonó el salón. Todo esto ha ido dando el marco a un evento que debe reflexionarse seriamente por sus efectos sobre la vida política nacional.Uno de los principios que representó las luchas del siglo XIX, como consecuencia de la Revolución Francesa del siglo anterior, fue la confrontación entre un Estado laico que se construía y un Estado religioso que empezaba a pasar a la historia. De ahí en adelante la separación de la Iglesia y el Estado fue dándose poco a poco con firmeza hasta el grado que el Estado laico se estableció en forma definitiva en el siglo XX. Hemos tenido regresos a estados religiosos como es el caso de las Repúblicas Islámicas en donde los clérigos se apoderaron del poder e hicieron de la religión un instrumento político, pero en la mayor parte del mundo se mantiene la laicidad y la tolerancia.A partir de que se establece el Estado laico y se reconoce la pluralidad de las religiones, se acepta también algo que es importante en la construcción de la sociedad moderna, el hecho de que nadie tiene la verdad absoluta y que por eso el enemigo principal del Estado laico, lo que produce problemas de convivencia es la intolerancia. Esta fue motivo también de muchas confrontaciones que culminaron con la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos y más adelante por el establecimiento de los derechos humanos como algo central a la vida democrática moderna.

También hay que considerar fríamente que no es lo mismo la institución que los individuos, no es lo mismo decir que hay hombres corruptos en un gobierno a decir que el gobierno por definición es corrupto, es decir, no se puede hablar de una nación corrupta, sino de políticos corruptos; lo mismo se puede decir de la Iglesia, hay quienes dentro de la institución siguen sus reglas y también quienes no las siguen y las transgreden. De hecho se ha dicho siempre que la Iglesia es la combinación de santos y pecadores. Toda persona en su sano juicio debe entender que hay diferencia entre los individuos y las instituciones.Pero este sainete político-religioso apunta a algo más serio, que debemos ver con mucho cuidado y dar una opinión porque puede afectar nuestras formas de convivencia. El incidente trae a la luz el peligro de la censura, es decir, pedir que no se exhiba la película porque la Iglesia no está conforme con ella sería un paso atrás en nuestra vida institucional, porque daría lugar a que también sí algún día alguien se le ocurriera establecer que hablar contra los políticos o como se ha visto en muchas películas mexicanas una crítica a políticos y en ocasiones hasta al sistema también sería ofensivo a la institución Estado y también se prohibiera. Es decir, no es bueno para el país que se establezca la censura en ningún aspecto porque si se establece en lo religioso se puede establecer también en lo político y hasta en lo social. Esta tendencia iría en contra de los grandes avances en derechos humanos que ha logrado la humanidad en el último siglo y mantendría viva lo que se ha llamado “la tentación totalitaria”.Finalmente es necesario hablar también de muchos de estos problemas que se derivan del celibato sacerdotal. Hay que ir a la historia, el celibato no lo establece Jesucristo en sus enseñanzas; es más, la mayor parte de sus apóstoles que después fueron sacerdotes y obispos e inclusive Pedro llegó a ser Papa, eran casados. El primer Papa de la Iglesia católica tenía esposa e hijos. Y esto se continuó por tres siglos, en el siglo III comenzó a haber problemas, pero no de tipo religioso sino problemas económicos porque comenzó a haber demandas de las viudas e hijos de los sacerdotes para recibir parte de los bienes de la Iglesia y también hubo quienes deseaban que las parroquias fueran hereditarias. En un concilio del siglo III se estableció el celibato obligatorio, pero no por razones religiosas sino por razones económicas, el Concilio al dar por obligatorio el celibato hacía que fuera ilegítima cualquier demanda para obtener los bienes de la Iglesia por descendientes de su sacerdote y sus obispos.Finalmente hay que pensar que una película uno puede ir o no ir, creo que el escándalo sirvió más para interesar a la gente en asomarse a ver la película que causaba tanta controversia más por morbo que por el tema.La controversia era lo atractivo y el cine no es obligatorio, como dicen en mi tierra “las mentadas de madre son como las llamadas a misa, el que quiere va y el que no, no”.