EL-SUR

Miércoles 16 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Jeremías Marquines

APUNTES DE UN VIEJO LEPERO  La educación pervertida  No han pasado ni siquiera dos meses de que comenzó el nuevo ciclo escolar 2002-2003 y ya van cuando menos unas diez protestas de maestros en las distintas zonas escolares del estado. Aunado a la permanente inconformidad de los alumnos de la Normal de Ayotzinapa contra la … Continúa leyendo Jeremías Marquines

Septiembre 26, 2002

APUNTES DE UN VIEJO LEPERO

 La educación pervertida

 No han pasado ni siquiera dos meses de que comenzó el nuevo ciclo escolar 2002-2003 y ya van cuando menos unas diez protestas de maestros en las distintas zonas escolares del estado. Aunado a la permanente inconformidad de los alumnos de la Normal de Ayotzinapa contra la Secretaría de Educación de Guerrero que a su vez se maneja basada en intereses más políticos que académicos.

Las protestas de los maestros, algunas justificables, otras no, tienen su origen en la severa anarquía y abuso con el que se han manejado los asuntos y el presupuesto educativo del estado, a tal grado de pervertir la relación gobierno-maestro-educación-comunidad.

Ha sido este abuso, este atraco desalmado, inmisericorde y permanente a los recursos públicos destinados a la educación, lo que tiene a Guerrero entre la estupidez y la podredumbre. Es de todos conocido, pero más de los maestros, que la SEG ha sido la caja chica de todos los gobernantes desalmados del estado. De los recursos para remodelar escuelas y comprar mesabancos, han salido los dineros para pagar millonarios sobornos a líderes sindicales; han salido los recursos para apaciguar una protesta; para pagar a algún líder rural; para pagar a aviadores del PRI; para pagar campañas políticas y todavía les queda para que el secretario en turno se compre camionetas, engorde su cuenta bancaria e invierta en una candidatura.

El estado de Guerrero está en el atraso educativo más profundo porque la educación de los guerrerenses fue puesta en manos de políticos ignorantes y sin escrúpulos, lo que tiene a miles de niños guerrerenses asistiendo a clases en jacalones miserables donde se pone en riesgo su salud y su integridad física. Son estos hombrecillos que pudiendo hacer mucho bien al estado, administrando con decencia los recursos públicos, prefirieron desviarlos para fines políticos y particulares.

A estos hombrecillos y a sus jefes –los gobernadores– no les importó que al no invertir en educación, condenaban a varias generaciones de guerrerenses a la mediocridad y al atraso, y condenaban al mismo estado a ser un Guerrero limosnero, un estado humillado. Al no invertir lo correcto para mejorar la infraestructura educativa, al robarse o desviar el presupuesto, el gobernador y los secretarios de Educación del estado demostraron que son, un poco menos, que los delincuentes que secuestran personas para cobrar rescate.

Quien se roba, usufructa o desvía los dineros de todo un pueblo. El desalmado que prefiere enriquecerse a costa de la miseria y el atraso de los demás, no debería ni siquiera asomar la cara por la ventana de su casa y mucho menos pedir que la gente lo elija para un cargo público.

Hombrecillos como estos que gobiernan en beneficio de su patrimonio personal, de su proyecto de vida, son las personas a las que todos los guerrerenses deben agradecer que exista el monstruo del secuestro en el estado; que en la procuración de justicia haya criminales; que los estudiantes no tengan ningún futuro; que los maestros y los alumnos estén pervertidos y confrontados por problemas tan estúpidos como personales; a estos prohombres se debe agradecer que el estado sea el número uno en hechos violentos porque también son hombres sin educación y sin principios; porque sólo una delgada, una muy delgada línea los separa de la bestialidad y de los instintos criminales.

¿Dónde están los recursos públicos para la educación de los guerrerenses? ¿En manos de quién se quedan los millones de pesos que se destinan para la construcción de escuelas; para mobiliario escolar, si casi a diario de todas partes del estado fluyen quejas por las condiciones infrahumanas en las que reciben clases alumnos de primarias y secundarias?

No es posible que en el estado que parió a uno de los profesores e intelectuales más importantes del país como lo fue Ignacio Manuel Altamirano, miles de niños y jóvenes reciban clases en porquerizas, en jacalones, en casas prestadas, a la intemperie, o algunos hasta en cantinas como el jardín de niños que está en la zona de tolerancia de Acapulco, como las escuelas de las comunidades rurales de la zona centro, de La Montaña, como la escuela Emperador Cuauhtémoc que pese a las condiciones paupérrimas en la que se encuentra ha dado dos premios nacionales de literatura infantil.

Pero tampoco es posible que el estado de Altamirano tenga a los profesores más flojos, chismosos, mentirosos y grilleros del país. Los educandos guerrerenses no se merecen maestros que asisten obligados a los cursos de capacitación; profesores  barbajanes que se han dejado corromper amablemente por las políticas ñoñas de unos funcionarios corruptos; profesores que utilizan las escuelas para hacer proselitismo político como lo hace el director Noé Peralta Hernández en la escuela Gonzalo N. Ramírez de Acapulco, donde las clases son de vez en cuando porque los maestros siempre están en junta o en comisiones. O profesores como los de la Zona Escolar 60 en Pie de la Cuesta que desconocen al supervisor Gutiérrez Niño porque denunció que cobran sin trabajar y hacen campaña a favor de candidatos del PRI.

No es posible pues, que la educación, el futuro de los niños guerrerenses, esté sujeta al capricho de maestros que por riñas personales cierran escuelas y suspenden clases; que problemas personales y chismes entre maestros se conviertan en notas periodísticas; que la educación esté en manos de hombres y mujeres de elemental, tan elemental preparación que no saben ni siquiera redactar una carta cualquiera; profesores chambistas sin vocación, y sin aspiraciones de mejorar intelectualmente; profesores alfabetizados pero iletrados; profesores que no lo son como los que intentan formar maestros en la Normal Rural de Ayotzinapa, de donde egresan maestros igual de iletrados que permutaron su vocación de enseñanza y de servicio por la grilla ramplona y el capricho.

Estudiantes que por no tener profesores a modo, condiciones a modo, abandonan las aulas y ponen en riesgo y ensucian un proyecto educativo y social que debió servir de ejemplo para otros maestros. Normalistas que pervirtieron lo noble de la lucha social en beneficio de la calidad educativa y se volvieron usuarios de la protesta callejera y el desorden en pro de demandas tan pueriles como la exigencia de una auditoría para poder echar de la institución a seudo maestros que no congenian con sus intereses, y para eso abandonan su principal responsabilidad que es la adquisición del conocimiento, el saber que se trasmite con nobleza y dignidad.

Los de Ayotzinapa, la mayoría, jóvenes prófugos de la lectura, no se dan cuenta que al insistir en el abandono de clases, en el cierre del plantel, en la gastada protesta callejera y el volanteo, sólo le dan argumentos a la SEG y al gobierno para desprestigiar la lucha social y cerrar una legendaria institución que hoy ustedes han corrompido. Señores sean más creativos, hay otros modos de lucha y de protesta, la mejor es demostrar que sí saben y tienen vocación de enseñar. Muestren los frutos de su trabajo, exhiban el deber cumplido y entonces tendrán derecho a exigir. Pero si como estudiantes no han cumplido, menos lo harán como ciudadanos o profesores responsables.

La contra. Ya todo parece indicar que el candidato a alcalde del PRD Alberto López Rosas ganará la elección del 6 de octubre. Pero el candidato perredista, los síndicos extraterritoriales y sus regidores que sólo piensan en hacer gestión, en el uso clientelar del cargo, no van a ganar esta elección porque crean y piensen que son la mejor planilla, ni los mejores candidatos, ni los más astutos políticos, ni las mejores personas o porque sientan que tienen la mejor de las mejores propuestas de gobierno; todas estas idioteces son ideas que un hombre inteligente debe desterrar de su cabeza y debe prohibir que algunos de sus allegado zalameros se las repita.López Rosas va a ganar simple y llanamente porque la gente está cansada del PRI y de su forma ruin y mañosa de gobernar; va a ganar porque la gente aún tiene esperanza en que fuera del PRI haya personas que no traicionen las aspiraciones de cambio y de bienestar de la población, que no corrompan la esperanza, el esfuerzo de muchos; que no se apoyen para gobernar en unos pocos sacados de las catacumbas de los amiguismos y las negociaciones perversas, de los “aliados”; que no capitalicen en beneficio de unos cuantos los sueños de muchos. Estas y no otras, son las verdaderas razones por las que López Rosas va  a ganar la elección del 6 de octubre, sumado a la rica obra pública y de gobierno que le hereda el alcalde Zeferino Torreblanca. Un gobierno no consiste sólo en tener un buen proyecto, sino en tener las personas capacitadas, adecuadas para ejecutarlo, y esas aún no se ven por ningún lado.