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Miércoles 09 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Jeremías Marquines

 APUNTES DE UN VIEJO LEPERO * El plagio  El 7 de agosto escribí en esta columna: “La regidora Laura Olivia Lopezvictoria, en los tres años que fungió como regidora nunca propuso nada al cabildo para beneficio de toda la comunidad cultural del puerto; nunca presentó ni siquiera una propuesta para perfeccionar la ignorante idea que … Continúa leyendo Jeremías Marquines

Septiembre 05, 2002

 APUNTES DE UN VIEJO LEPERO

* El plagio

 El 7 de agosto escribí en esta columna: “La regidora Laura Olivia Lopezvictoria, en los tres años que fungió como regidora nunca propuso nada al cabildo para beneficio de toda la comunidad cultural del puerto; nunca presentó ni siquiera una propuesta para perfeccionar la ignorante idea que sobre la promoción y apoyo a la cultura aparece en la Ley Orgánica del Municipio y en el Bando de Policía y Buen Gobierno, sumado a su mala redacción, y esto, la regidora no lo hizo porque simplemente ignora en qué consiste el error”.

Y ahora, 23 días después, el día 30 de agosto, Lopezvictoria presentó ante un grupo reducido –la mayoría sin ninguna relevancia en el medio y amigos suyos– su propuesta de Proyecto de reglamento de fomento a la cultura del municipio de Acapulco de Juárez. Documento que por supuesto no hizo llegar a este opinador.

Esta propuesta, para quienes todo lo ven color de rosa, pudiera parecer buena, pero no es así. Primero, ¿por qué la regidora esperó a presentar una propuesta cuando faltan menos de tres meses para que deje el cargo? ¿Por qué en los más de dos años que disfrutó del sueldo y el dinero extra que le daba el ayuntamiento no trabajó en este reglamento para que se aplicara en el actual gobierno?

El segundo argumento que debilita la propuesta es que todo el proyecto de reglamento es un torpe plagio de la errática Ley estatal de Fomento a la Cultura aprobada en el periodo de José Francisco Ruiz Massieu. El que le hizo este mal documento ni siquiera tuvo el cuidado de variar la redacción del original, copió párrafos y artículos completos y sólo los cambió de lugar (ver capítulo tercero), hasta los mismos objetivos que propone la ley estatal se plagia la pésima copia de reglamento de Lopezvictoria, sumado a que en todas las páginas repite lo mismo, variando sólo alguna que otra palabra.

Sólo como ejemplo citaré: mientras la ley de fomento a la cultura del gobierno estatal propone la creación de un sistema estatal de cultura, pero no como una dependencia, sino como un mecanismo de coordinación orgánica que no genere erogación de recursos, Lopezvictoria también propone un sistema municipal de cultura pero como una dependencia más.

También en su proyecto de reglamento se le hace fácil proponer la creación del Instituto de Cultura de Acapulco con toda la infraestructura y características técnicas operativas del IGC, cuando el gobierno municipal ha sido incapaz de sostener la paupérrima Dirección de cultura donde una sola persona, ineficiente e ignorante de lo que significa la promoción y difusión del arte y la cultura, trabaja como director.

Lopezvictoria propone ingenuamente la creación de una infraestructura cultural sin exponer un diagnóstico de por qué es necesaria la creación de un costoso instituto, en lugar de profesionalizar y hacer funcional a la actual dirección de cultura de la que hay que excluir las funciones educativas. Pero lo peor de todo es que la regidora ni siquiera fue creativa para el plagio, pues en su propuesta, para evitar la fatiga de pensar, prefirió robarse todo el articulado que da sustento al actual IGC pero que expone revuelto y repetitivo.

Pero eso no es todo, ignorante como todos los regidores de la función específica que les corresponde, no sabe que antes de proponer un reglamento y un instituto de cultura deben de reformarse las aberraciones del artículo 64 de la Ley Orgánica del Municipio y los artículos 155, 156 y 157 del anacrónico Bando de Policía y Buen Gobierno, para que a partir de esas reformas se pueda sustentar la creación de cualquier organismo promotor de la cultura y posteriormente su reglamentación. Es decir son tres cosas que tienen un mismo fin pero que requieren análisis y documentos por separado.

Antes que presentar un proyecto de reglamento confuso, plagiado y con dolo, se debe –y es ya una urgente necesidad– reformar el artículo 64, porque es una estupidez que en el mismo artículo que trata sobre los asuntos culturales también se trate sobre la concesión de licencias para espectáculos como el table dance, la lucha libre, etc; cuidar la seguridad en los cines, vigilar que los niños asistan a las escuelas y fomentar el deporte. Además este artículo por ningún lado obliga al ayuntamiento a fomentar, promover y apoyar al arte y la cultura. Dice que sus facultades son participar, organizar y vigilar, nada más.

Así, antes de que se proponga un reglamento de fomento a la cultura, debe existir un articulado específico de ley que claramente señale que es obligación y facultad del gobierno municipal la promoción, el fomento y el apoyo a la cultura y el arte, no nada más a la cultura. Por todo lo anterior y por más, la propuesta de reglamento de Lopezvictoria es inviable. Y como punto final, propongo que el nuevo cabildo analice también el asunto de las comisiones de los regidores, porque es una tontería que exista un solo regidor que al mismo tiempo se encargue de asuntos tan disímiles como la educación, la cultura, la recreación, los espectáculos y la juventud. Es imposible que una solo persona –la mayoría de las veces ignorante como son los que ahora llegarán como regidores– pueda atender todos estos asuntos, donde se requiere cuando menos saber leer bien.

La contra: Es ya un sentir generalizado que la campaña del candidato del PRD a alcalde de Acapulco, Alberto López Rosas va para abajo. Y mucho de esta caída se la debe a sus pésimos asesores y en particular al dañino protagonismo de Marcial Rodríguez quien ha demostrado ser mal asesor. Pero también a la necedad del propio candidato quien se ha obstinado en no corregir sus errores y neciamente ha dicho que prefiere perder con sus estrategias que con las de otros. En esta lógica, López Rosas prefirió no asistir al debate con Ernesto Rodríguez, argumentando forzadadamente una atmósfera de violencia en su contra que se le ha revertido y lo ha puesto en el sentir general del electorado como un candidato falto de decisión. Asimismo, la propaganda que lo anuncia como un candidato inteligente y en la que sustenta todo el eje de su campaña y su propia figura, se le ha convertido en un bumerang porque no ha podido sustentar en los hechos el anuncio (la inteligencia no se dice, se demuestra), aunado a que esa estrategia de golpe ya no es útil para debilitar la figura del candidato priísta que contrario a López Rosas se ha presentado como un candidato más humilde, más modesto, con un lenguaje directo. ¿Qué debe hacer López Rosas? Primero, evitar que Marcial le siga robando cámara; intensificar el discurso, hacerlo más directo, más emotivo; recomponer su estrategia mercadoctécnica, es decir, comenzar de inmediato una campaña de sustitución de la penosa propaganda del candidato inteligente, por una de un candidato autosuficiente, fuerte y con soluciones reales a los problemas de Acapulco. Mientras el candidato priísta sólo promete un proyecto, la campaña del perredista debe centrarse en soluciones López Rosas. Segundo, debe dejar de perder el tiempo en tratar de desmentir y contestar todas las propuestas y los ataques de Ernesto Rodríguez, porque hasta el momento es Ernesto y no López Rosas quien ha marcado la dinámica de la campaña, el perredista ha seguido fielmente el guión que los asesores del priísta le han escrito para distraerlo. Quienes deben de contestar los ataques son los diputados federales y senadores y la dirigencia estatal y municipal del PRD que hasta el momento están desaparecidos. ¿Dónde están los dos senadores del PRD? ¿Por qué  Chavarría y Leticia Burgos han guardado silencio en esta campaña? ¿Y el diputado federal David Sotelo que sólo vino a pelear una regiduría y se regresó a México? López Rosas debe centrarse en fijar sus propuestas en la mente del electorado porque hasta el momento parece que sólo el priísta tiene propuestas. De igual modo, debe destacarse de su imagen lo que realmente es: un abogado honesto, que ha servido como diputado federal a los acapulqueños y que tiene soluciones reales. Y por último deben unificarse las propuestas de campaña, del candidato a alcalde con la de los diputados en los ejes generales, porque cada quien anda por su lado, tanto, que ni parecen del mismo partido. Ahí queda eso pues. Y un error más fue no convocar a un foro de cultura, pero bueno.