EL-SUR

Lunes 21 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

José Angel Díaz de León Fernández

El PRI, la nueva minoría  Saludo el proyecto editorial más objetivo y plural del estado de Guerrero y solicito de la manera más atenta, sean publicadas las siguientes reflexiones, en torno al proceso electoral, que culminó el pasado 6 de octubre. La geografía electoral del estado de Guerrero se ha venido transformando de manera radical, … Continúa leyendo José Angel Díaz de León Fernández

Octubre 12, 2002

El PRI, la nueva minoría

 Saludo el proyecto editorial más objetivo y plural del estado de Guerrero y solicito de la manera más atenta, sean publicadas las siguientes reflexiones, en torno al proceso electoral, que culminó el pasado 6 de octubre.

La geografía electoral del estado de Guerrero se ha venido transformando de manera radical, desde hace ya algún tiempo. La nueva mayoría representada por el PRD habla claramente de un proceso de transformación democrática, donde los esquemas verticales y autoritarios no tienen lugar, ya no es la voz del gobernador del estado, ni la decisión de las elites priístas las que deciden el destino político de nuestra entidad suriana. Los votos se han convertido en el arma más importante para generar cambios en la forma de gobernar y administrar los recursos  del erario público, que en última instancia son generados por los miles de manos trabajadoras del pueblo guerrerense.

Los resultados de las elecciones de Acapulco, anuncian el destino fatal de un partido que ya despide el olor de los cadáveres. El PRI es ya un partido minoritario, con una historia de caciquismo, corrupción, vida antidemocrática y autoritarismo, que tendrá que ajustarse a las reglas de la democracia y a su nueva realidad como partido minoritario o resignarse como opción política.

La llegada de Alberto López Rosas a la presidencia de Acapulco tiene varios significados de gran importancia.

Primero: la profundización del proceso democrático, el valor y poder de los votos de los electores para decidir el proyecto político y el partido que ha de gobernar.

Segundo: la esperanza de los acapulqueños por construir con sus votos un gobierno que responda a las más sentidas demandas y esperanzas por construir un futuro de equidad, democracia y justicia social, que se vea reflejado en la calidad de vida de los acapulqueños. Un gobierno que se distinga y ponga distancia de los mañosos que sólo llegaron a vaciar las arcas públicas, a construir residencias lujosas – que ofenden la pobreza extrema en que viven gran cantidad de pobladores del puerto– con el dinero del pueblo y a engordar sus bolsillos (algunos dirán que este es un discurso de calificativos, que en nada contribuyen al diálogo y la tolerancia, tan necesaria en la democracia , pero no soy yo quien lo hace, sino la historia del PRI y sus corruptos gobernantes).

Tercero: el gobierno de López Rosas anuncia la llegada de un gobierno de hombres, inteligentes, capaces y honestos (este es un buen deseo) por lo que seguramente tendrá un carácter incluyente y en esa perspectiva no estaría de más recomendar incluir en su gobierno a empresarios, políticos y académicos de alto nivel y honorabilidad, pudiera pensar en incluir a políticos como Luis Walton Aburto, quien no busca el poder por dinero, sino por el legítimo afán de servir al pueblo y construir calidad de vida para los acapulqueños.

Cuarto: un gobierno que ve en la educación una de las principales inversiones y palancas para la construcción de un futuro con progreso, equidad y justicia social. Un gobierno que cuenta con el apoyo de los maestros y maestras de Acapulco, para juntos construir una realidad distinta. (Un presidente municipal que no se olvide de la promesa de campaña al Centro de Maestros 1201, que atiende la actualización de más de 7 mil profesores del puerto).

Quinto: el significado de las elecciones del pasado 6 de octubre es también un anuncio, la nueva mayoría anuncia ya la derrota del PRI en las elecciones federales del año venidero y en las de gobernador del estado en el 2005.