EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La amapola y la mariguana a debate

Carlos Toledo Manzur

Marzo 19, 2016

A partir de las declaraciones hechas por el gobernador Héctor Astudillo Flores en el sentido de la posibilidad de despenalizar la producción de goma de amapola con fines medicinales, se ha abierto un interesante debate que puede resultar en cambios importantes en la situación que se vive en el estado.
El presidente Evodio Velázquez aprovechó la oportunidad de la apertura de este debate para destacar la necesidad de impulsar transformaciones de mayor profundidad, o para decirlo en sus palabras, de llevar a cabo un golpe de timón a la manera en la que se enfrentan los complejos problemas del cultivo y trasiego de estupefacientes.
En principio lo que se tiene que asumir es la realidad de la presencia del cultivo de amapola en las regiones montañosas de Guerrero, especialmente en la región de la Sierra. Desde hace muchos años este cultivo ha sido ya parte de la realidad, de la sobrevivencia y de la economía de estas regiones.
A pesar de ser una actividad ilícita, es secreto a voces que este cultivo se encuentra diseminado ampliamente en diversos territorios de estas zonas escarpadas, que han llegado a destacar por la importancia de su producción, no solo a nivel nacional sino incluso mundial.
Se dice que la región de la Sierra está considerada como la segunda zona más importante de generación de goma de opio en el mundo, e incluso algunas opiniones la colocan tal vez ya disputando el primer lugar.
La goma que se extrae de la amapola se utiliza para la elaboración de diversos fármacos, entre ellos de manera destacada la heroína, que es una de las drogas más intensas y más peligrosas por su alta tendencia a generar una fuerte dependencia física en los consumidores. Sin embargo, también existen otros productos que tienen un importante papel como medicamentos contra el dolor, especialmente la morfina, la codeína y otras sustancias similares, que son utilizadas para ayudar a los enfermos terminales a dejar este mundo sin padecer los intensos dolores asociados a enfermedades como el cáncer.
Pero resulta que los expertos afirman que en México, dados la insuficiencia de estos medicamentos, su control por parte de los laboratorios transnacionales y su alto costo, la inmensa mayoría de los enfermos terminales no tienen acceso a esta “clínica del dolor” y mueren en medio de intensos sufrimientos.
Es por ello que la propuesta de despenalizar la producción de amapola con fines medicinales que ha hecho el gobernador tiene mucho sentido y puede ubicarse dentro del campo de los derechos humanos, de los cientos de enfermos terminales que hoy no cuentan con acceso a estos medicamentos.
Desde luego que una propuesta así no está exenta de fuertes riesgos, como ya lo ha señalado el obispo Carlos Garfias, por lo que debería de cuidarse detalladamente su diseño e implementación para asegurar que esta actividad pudiera realmente ser regulada por el Estado de manera efectiva y lograr que además de ayudar a este problema de salud pública, también tuviera el efecto de auxiliar en el proceso de reducción de la violencia, al ingreso de relevantes sectores al terreno de la legalidad, principalmente los campesinos productores de base, y a la generación de alternativas de desarrollo para estas zonas que padecen fuertes problemas de marginación y pobreza.
El caso de la mariguana, también debería incorporarse al debate acerca de la despenalización en este caso con fines tanto medicinales como recreativos, ya que se trata de una droga de mucho menor impacto en la salud de sus consumidores y cada vez son más los estados de la Unión Americana en los que ya se ha despenalizado en ambos formas de utilización, por lo que tal vez sería adecuado meterla en el paquete.
Aunque dada la complejidad de la situación del narcotráfico y la violencia, la despenalización de la amapola con fines medicinales y de la mariguana para ambos fines, no puede ser vista como una varita mágica que va a solucionar estos problemas, que tienen múltiples aristas, sin duda sería un elemento que ayudaría de manera muy significativa a encontrar caminos de solución. De cualquier forma el debate debe profundizarse y ser muy responsable y muy serio para que en realidad rinda frutos.