Jorge Camacho Peñaloza
Noviembre 25, 2016
Yo no escribo para agradar ni tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. José Saramago.
Las cosas no van bien en el país, la devaluación del peso y los pronósticos del crecimiento a la baja, hablan de que la economía no está dando a los mexicanos empleo e ingresos suficientes para el bienestar de sus familias; la política y el gobierno se encuentran en su punto más bajo de credibilidad con esas cifras históricas de impopularidad del presidente de la República y con los escándalos de ex gobernadores y políticos de todos los partidos; el país está atrapado en una anomia que es terreno de cultivo para que la delincuencia organizada siente sus reales en la sociedad generando terror y una creciente violencia.
En estas condiciones de incertidumbre, lo natural es que la población desde su más interno sentir, empieza a buscar el liderazgo que la conduzca a puerto seguro, capaz de cambiar al país, sacarlo de esta incertidumbre, inseguridad e inestabilidad a las que lo han llevado los que actualmente gobiernan.
Se percibe entre la ciudadanía la decisión de cambiar, de llevar al país por otro rumbo y dirigido por otras manos, empieza a notarse que la ciudadanía está buscando el liderazgo que lo pueda conducir, que lo gobierne en función de las necesidades de las grandes necesidades del país y no de los intereses minoritarios del poder.
La ciudadanía mexicana quiere un liderazgo que inspire confianza, con el que se identifiquen los más diversos sectores sociales, sean campesinos, estudiantes, empresarios, amas de casa, profesionistas, indígenas, que tenga un profundo amor al país, con ideas claras y viables para dar seguridad, bienestar y estabilidad a los mexicanos.
Ese liderazgo ya ha sido encontrado en Margarita Zavala, ella refleja y representa el liderazgo que está buscando la ciudadanía, ya lo reflejan así numerosas encuestas de diferentes empresas de estudios de opinión cuyos resultados la colocan en el primer lugar de las preferencias.
Ella está teniendo una gran aceptación entre la ciudadanía sin partido, la mayoritaria en el país, porque si bien está orgullosa de su partido, antes que militante ella se identifica como una ciudadana más del país, que reclama como millones de ciudadanas y ciudadanos, mejores gobiernos, una sociedad más unida y solidaria, familias más felices y con bienestar.
La buena noticia es que con Margarita ha vuelto a renacer la esperanza en la ciudadanía por reencauzar a nuestro país por rumbos de la honestidad, eficiencia y oportunidades para todos, por tener un gobierno realista y sensible, liderado por una mujer luchadora a la que nada le ha sido regalado cómo millones de mexicanas y mexicanos que día a día se esfuerzan con su trabajo por construir sus sueños y mejorar sus comunidades.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A esos policías comunitarios que ya le paren a su violencia, porque ahora resulta que siembran más terror que la delincuencia.