EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

La izquierda ante la coyuntura

Carlos Toledo Manzur

Junio 24, 2016

El país parece estar entrando en una coyuntura singular. El regreso del PRI a la Presidencia de la República después de dos sexenios de alternancia panista, no está resultando en una restauración renovada de ese régimen de la revolución mexicana que permitió a la nación crecer y mejorar durante una importante etapa. Las famosas reformas estructurales a las que el gobierno apostó como palanca del crecimiento económico y de la elevación del nivel de bienestar de la población, no dan luces de tener los resultados prometidos. El cambio de las preferencias electorales de la población entre el 2015 y el 2016, con una clara tendencia del priismo a la baja, es una señal importante que muestra que transformaciones importantes se están generando en la conciencia de la gente; a esto han contribuido también la ausencia de dinamismo del crecimiento económico, que sigue sin repuntar, los escándalos de corrupción de alto nivel –en los que el caso de la casa blanca presidencial es sólo un botón de muestra– y la persistencia de las condiciones de pobreza y marginación de amplias franjas de la población.
Ante las serias insuficiencias del proyecto planteado por los actuales gobernantes, y después de la falta de claridad de la propuesta panista, que no mostró capacidad de encauzar al país por un proyecto realmente alternativo, cuando tuvo la ocasión al gobernar al país durante dos sexenios, parecería que la oportunidad estaría en el campo de la izquierda. Sin embargo, embelesada por los privilegios de ser parte de la burocracia política, a la que la reforma permitió compartir aunque sea una parte ínfima de los beneficios del poder, el PRD ha seguido una línea de colaboracionismo con el régimen, la cual tuvo su mejor expresión en el famoso Pacto por México, que lo colocó de manera acrítica a la zaga de las iniciativas del poder en turno que tuvieron como centro de su propuesta las reformas estructurales. Más recientemente, su estrategia de alianzas electorales con el PAN ha contribuido más al desdibujamiento de su perfil y de su propuesta política y social. Por su parte, Morena ha buscado aprovechar estas debilidades para plantear una política de división que parece perseguir estirar al máximo la cuerda para desfondar lo más posible al PRD, sin considerar que la erosión de la unidad de las fuerzas de izquierda van a actuar en contra de las posibilidades de aprovechar la coyuntura para ganar las elecciones presidenciales de 2018.
Como en otras ocasiones de la historia del país, la resistencia y oposición al proyecto de derecha que se impulsa desde el poder ha venido siendo llevada a cabo por el movimiento social. La lucha de los maestros por la defensa de su trabajo y sus conquistas laborales y en contra de la reforma educativa impulsada por Enrique Peña Nieto ha sido intensa y pertinaz, y se ha mantenido a pesar de la falta de reconocimiento de los partidos de izquierda, principalmente del PRD que se había mantenido alejado de la movilización magisterial. El movimiento de los maestros se ha mantenido vivo durante los últimos años y ahora ha resurgido con un nuevo ímpetu para convertirse en la punta de lanza de la protesta social en contra del proyecto priista. En su momento, como parte de su capacidad de establecer vínculos horizontales, la movilización de los mentores fue solidaria intensamente con el vasto movimiento social que surgió para protestar por los crímenes de Iguala, el cual a pesar de la pretensión gubernamental de darle carpetazo, sigue vivo. Ahora ante la intención de aplicar las medidas anti laborales de la reforma educativa, el movimiento se ha intensificado y extendido. Ante ello el gobierno federal de manera irresponsable ha respondido con actos de brutal represión cuya expresión más aguda ha sido la de los asesinatos de nueve manifestantes en Oaxaca. La lucha social se hace más grande ahora que se suman a la movilización otros sindicatos y los trabajadores de la salud.
Sin embargo, las luchas de los movimientos sociales requieren de contar con expresiones congruentes en el plano de la lucha política y electoral. Los partidos de izquierda, que es a los que les corresponde la obligación de abrir cauces y alternativas políticas al movimiento social, requieren de hacer una lectura cuidadosa de la coyuntura que se está configurando pero sobre todo necesitan transformarse profundamente para estar a la altura de lo que la sociedad les demanda. Es claro que en la actualidad existen movimientos de cambio en los partidos. La renuncia de Agustín Basave como presidente nacional del PRD y la discusión de las alternativas para sucederlo es parte de los procesos que el PRD está viviendo. Aquí en Guerrero los líderes de las corrientes están también inquietos y en los últimos días se han enfrascado en discusiones sobre el futuro del partido. A nivel de la militancia de base, también resulta interesante el proceso de discusión que los presidentes de los Comités Municipales han venido promoviendo en las reuniones de Chilapa y Marquelia, y que tendrán su continuidad el próximo domingo en Zihuatanejo. Ojalá que todos esos movimientos logren la reforma que el PRD requiere para estar a la altura de lo que la sociedad le demanda en esta coyuntura.