EL-SUR

Miércoles 06 de Noviembre de 2024

Guerrero, México

Opinión

ESTRICTAMENTE PERSONAL

Las razones del PES

Raymundo Riva Palacio

Diciembre 15, 2017

En la última reunión de la Conago este miércoles, la cara del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, era la de pocos amigos. “Estaba muy enojado”, confió uno de los gobernadores que fueron al acto en el Castillo de Chapultepec. Había una explicación. Poco antes de iniciar la sesión, el Partido Encuentro Social había firmado una alianza electoral con Morena y el Partido del Trabajo, y su dirigente Eric Hugo Flores Cervantes, se había retratado, levantándole la mano, con Andrés Manuel López Obrador. Esa alianza fue interpretada en la prensa política y las redes sociales como la demostración de la molestia de Osorio Chong con el presidente Enrique Peña Nieto por haberlo hecho a un lado en la sucesión presidencial, y como una forma de cobrarle facturas. Después de todo, Encuentro Social tenía como huella de identidad, la de Osorio Chong.
El 22 de mayo de 2015 se publicaron en este espacio los orígenes sospechosos de Encuentro Social, cuya principal base electoral son los cristianos. Las estrategias y decisiones las tomaban desde Pachuca Alejandro González, secretario general del PES y Natividad Castrejón Valdés, líder del partido en el estado. González es sobrino de Jesús Murillo Karam, ex gobernador, ex procurador, ex consejero político de Peña Nieto y ex secretario de Desarrollo Urbano y Territorial. Castrejón Valdés creció en Hidalgo de la mano de Osorio Chong. “La relación que pueda tener el PES con la Secretaría de Gobernación o si les está sirviendo de parapeto para fines ulteriores, no ha sido probada –se apuntó–, pero los indicios de que el PES sea un nuevo partido patito… van creciendo”.
Gradualmente se fue confirmando la relación orgánica de Encuentro Social con Osorio Chong. Una de las iniciativas más públicas fue el reclutamiento de Cuauhtémoc Blanco, el alcalde de Cuernavaca, para que compitiera bajo su bandera en las elecciones para gobernador en Morelos, que fue interpretado por el gobernador Graco Ramírez, como un intento del secretario de Gobernación para intervenir en las elecciones del próximo año. Previamente, ese partido que nació en 2015, fue en alianza con el PRI en varias elecciones, la más importante en el Estado de México, donde sus votos, más los del Partido Verde y Nueva Alianza, le dieron la victoria a Alfredo del Mazo, a quien los votos del PRI no le daban el triunfo.
Pero la relación de Encuentro Social con Osorio Chong no fue la razón de la alianza con López Obrador. Encuentro Social se salió del establo del PRI porque los mensajes que llevó el secretario de Gobernación a Los Pinos sobre las intenciones del partido para 2018, fueron tratados con desdén. Encuentro Social quería lanzar como candidato a la Presidencia al popular actor y productor Eduardo Verástegui, quien por razones de trabajo mantiene una buena relación con la Primera Dama, Angélica Rivera. Sin embargo, la respuesta del presidente, respaldada por la opinión de su consejero político, Aurelio Nuño, coordinador de la campaña presidencial de José Antonio Meade, fue que no presentara candidatura individual. La respuesta incluía, según personas que saben detalles de lo que sucedió, que buscaran otras alianzas, incluso con Morena.
Flores Cervantes ya había socializado la posibilidad de llevar a Margarita Zavala como su candidata a la Presidencia, y al ver que podrían obtener entre 8 y 10% del voto, se lo propuso. Pero Zavala prefirió ir por una candidatura independiente. El líder de Encuentro Social se había ido alejando del PRI porque después de la victoria en el Estado de México, los acuerdos a los que había llegado en la Secretaría de Gobernación por haber participado en la alianza, nunca se los  cumplieron. Con la mala respuesta de Los Pinos, se acercó a López Obrador.
Flores Cervantes había hecho un análisis sobre sus posibilidades electorales y concluyó, según personas que han platicado con él, que quien mayor rédito político podría darle era López Obrador. De acuerdo con sus encuestas de salida en anteriores elecciones, la mayoría de los cristianos votaron en el sur por López Obrador, mientras que en el norte, los cristianos se inclinaban por Jaime Rodríguez, El Bronco, gobernador de Nuevo León. Esa es la puerta que fue a tocar. Con el 3.2% del voto en las últimas elecciones federales y ante la posibilidad de que la elección presidencial en 2018 esté muy cerrada, ese porcentaje puede ser la diferencia entre ganar y perder. Lo vio López Obrador, quien resistente a las alianzas en un principio, fue modificando su postura y después de aceptar al PT como compañero de viaje electoral, escuchó la propuesta de Flores Cervantes, que pidió 10% de las candidaturas al Congreso y el apoyo para Blanco en Morelos. Un millón y medio de votos valía la pena el acuerdo.
Flores Cervantes tenía hambre y López Obrador ganas de comer. La alianza estuvo a punto de concretarse el viernes pasado, pero se prolongó la negociación. En los cinco días restantes no hubo ningún intento de Los Pinos o Gobernación por frustrarla. La indiferencia en Los Pinos, el análisis despectivo sobre un partido que consideraron no aportaba mucho en términos de votos o, quizás, la soberbia, empujaron a Encuentro Social hacia Morena. Hoy parece un error estratégico el que su partido satélite haya sido puesto en libertad. Ya se verá en la elección de 2018 si Peña Nieto y Nuño tenían razón en despreciar a Flores Cervantes o si el desdén se convierta en el error político de su vida.

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