Raymundo Riva Palacio
Septiembre 17, 2005
ESTRICTAMENTE PERSONAL
Elba Esther Gordillo está empezando a pagar el costo de su soberbia y maltrato para con todos. Errores graves en sus relaciones políticas la han colocado últimamente, de manera regular, en el campo de los perdedores. La maestra, sin embargo, se resiste a oler a muerta política, un estadio que prefigura su obsesión por anular de la carrera presidencial a Roberto Madrazo, descuidando sus viejas alianzas, que ahora arremete, haciendo estallar las vinculaciones tácticas que le daban cobertura, ahondando las diferencias con sus interlocutores, y profundizando los rencores dentro del PRI donde, vistos los hechos, cada vez se aísla más.
Gordillo peca de vanidad, sobrevaluándose en el mercado político al creer que por ser líder de facto del magisterio oficial, su divisa de cambio es sólida y sus márgenes de maniobra extensos. La maestra no pesa como activo político por su biografía democrática –que no tiene–, ni por su visión de largo plazo –de la cual carece–, ni por ser una persona que aglutine y convenza –ha probado ser exactamente lo contrario. El elemento que ella vendió al empezar el sexenio para aquilatar poder dentro del PRI, es que su relación con el presidente Vicente Fox tendería un puente de comunicación vital para la relación política del partido con el futuro gobierno. Pero no terminó como intermediaria de su partido, sino de su grupo que salió del PRI para integrarse al gobierno. Sí, caballo de Troya, aunque insista en negarlo.
El miércoles pasado, en el noticiero nocturno de Adela Micha, Gordillo llegó tarde a una cita con la historia y complicó su presente. Reveló, después de que sus cercanos lo negaron siempre, que la reforma fiscal del presidente Fox fue armada en la casa del ex presidente Carlos Salinas, en presencia de Madrazo, del secretario de Hacienda Francisco Gil, del diputado Tomás Ruiz y de ella misma. Su ofuscación con Madrazo la llevó a cometer otro aparente error. Divulgó algo ya sabido con el solo propósito de modificar los términos de la discusión con Madrazo y obligarlo a salir a declarar su verdad sobre esos hechos. Madrazo, que es tan hábil como cínico, difícilmente caerá en la provocación, aprovechando la fuerza de su reacción para empujarla un poco más al despeñadero. De entrada, sola se atrapa. Exhibió a Ruiz, uno de quienes más negaron esa reunión, a quien consiguió trabajo como director de la Lotería Nacional. Desnudó al secretario de Hacienda, a quien lo hace ver como un amanuense de Salinas. Empezó a sacarle las tripas a su creador, el ex presidente y mostró la profundidad de su colusión con Los Pinos. Sobre Madrazo, ¿alguien descubrió la intención de la revelación?
Si uno revisa los medios el jueves, verá que no. Por el contrario, el día fue de derrotas para la maestra, que comenzó con el fallo unánime del tribunal electoral contra la anulación de la convocatoria del consejo político del PRI. Siguió con una declaración de Madrazo que la acusó de ser el brazo ejecutor del presidente Fox en contra del PRI, a lo que solamente respondió que el conflicto de fondo no es entre ella y el ex líder del partido, sino por un proyecto de nación. Nadie lo cree. Madrazo le lleva la delantera en el balance popular de quién miente más, pero Gordillo insiste en acercársele. Ella dice que la discusión apenas comienza, y ha disparado varios obuses que no han pegado en el blanco; pero Madrazo empieza a sacar los cañones. La denuncia del precandidato presidencial de que Gordillo es un alfil de Fox para destruir al PRI no fue sacada de la nada.
Información que llegó a manos de Madrazo, en las tres últimas semanas, señala que la maestra se comprometió con el presidente Fox y su esposa Marta Sahagún a que su arribo a la presidencia del PRI garantizaría la nominación presidencial de Arturo Montiel, ex gobernador del estado de México, con lo que no sólo se frenaría el avance de Madrazo, sino que sería un candidato débil para enfrentar al candidato de Los Pinos, Santiago Creel. Antes de que Creel fuera derrotado en la primera votación por la candidatura panista, Gordillo ofreció, según la misma información, que sustituiría la estructura territorial del PRI con el magisterio en apoyo a Creel, y sumaría el apoyo del partido Nueva Alianza, que es satélite del magisterio oficial.
El apoyo a Creel no es sólo por Fox y Sahagún. Cuando la fiscalía que investiga los delitos de la guerra sucia inició una averiguación contra Gordillo por el asesinato del líder magisterial Misael Núñez, y de enriquecimiento inexplicable, el entonces secretario de Gobernación habló con el fiscal Ignacio Carrillo Prieto para pedirle que eliminaran por completo todo aquello referido al enriquecimiento de la maestra. Asunto arreglado. El cuestionario de más de 120 preguntas fue rasurado en todas sus partes sobre los dineros habidos en forma irregular, por lo que la averiguación quedó trunca, contradictoria y, sobretodo, incompleta. Creel recompensó a la fiscalía de Carrillo Prieto y le envió, fuera de los conductos oficiales, 200 millones de pesos adicionales para su presupuesto. Con Los Pinos, amarraba la pinza de Creel, pero no contaban con que la Presidencia no iba a poder influenciar al tribunal electoral.
Tampoco calcularon que la falta de cuidado político de la maestra en un año de ausencia –hacia el interior del PRI–, y de un muy mal manejo en los tiempos y espacios de su reaparición, tendría consecuencias inmediatas. ¿Por qué, quien abandonó el PRI durante tanto tiempo como el que necesitó para fundar otro partido, debería de ser considerada para dirigirlo? ¿Por qué habría que tenerse condescendencia con una política que se especializa en demoler puentes con sus interlocutores? Menos aún que la estratagema por Creel se les estuviera derrumbando. Mucho capital político invirtió en ello la maestra. Y cuando se apuesta tan alto, sólo hay de dos: o se gana mucho, o se pierde mucho. Hasta ahora, su rendimiento es decreciente.