EL-SUR

Martes 16 de Abril de 2024

Guerrero, México

Opinión

Los indígenas en los acuerdos de paz de Colombia

Margarita Warnholtz

Septiembre 02, 2016

Después de cuatro años de negociaciones en La Habana, Cuba, el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC) llegaron por fin, el 24 de agosto pasado, a un acuerdo final y definitivo de paz, y el lunes 29 de agosto inició el cese al fuego definitivo entre las dos partes, finalizando así un conflicto armado de más de 50 años. Sin duda es un acontecimiento histórico e importante para los colombianos.
Dentro del Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera (nombre completo del documento firmado), se incluyó, casi a último momento, un capítulo étnico. En él se reconoce la contribución de los pueblos étnicos a la paz y se establece que en la aplicación del acuerdo se tendrán en cuenta la libre determinación, la autonomía, la consulta y el consentimiento previo, libre e informado; la identidad e integridad social, económica y cultural, así como los derechos sobre sus tierras, territorios y recursos.
También se declara que se tomarán en cuenta el Convenio 169 de la OIT, la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Respecto a la reforma rural integral, uno de los principales puntos del acuerdo, el capítulo étnico dice que “se garantizarán la perspectiva étnica y cultural, las condiciones jurídicas vigentes de la propiedad colectiva, los mecanismos para la protección y seguridad jurídica de las tierras y territorios ocupados o poseídos ancestralmente y / o tradicionalmente. Se observarán también la integralidad de la territorialidad y sus dimensiones culturales y espirituales, la protección reforzada a los pueblos en riesgo de extinción y sus planes de salvaguardas”.
Los anteriores son solamente algunos de los puntos plasmados en el capítulo mencionado del acuerdo, que incluye también temas como participación, víctimas del conflicto, solución al problema de las drogas, programas de desarrollo y seguridad. En este último se especifica el fortalecimiento de la guardia indígena y la guardia cimarrona.
Sin duda es muy importante que se haya incluido a los pueblos indígenas y afrocolombianos en los acuerdos de paz, pero no fue gratis ni por pura buena voluntad de las partes. A finales de junio, tuve la oportunidad de conversar con Arelis Uriana Guariyú, consejera de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y coordinadora del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas. Me explicó que las organizaciones indígenas y afrocolombianas solicitaron desde principios de 2013 participar en el proceso, pero particularmente el gobierno colombiano no tuvo en cuenta su pedido. No fue sino hasta los últimos dos meses, después de muchas movilizaciones y trabajo con instancias internacionales, que presionaron al gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que se aceptó su participación, para la cual crearon la Comisión Étnica para la Paz y la Defensa de los Derechos Territoriales, de la que ella forma parte.
Hasta el último día de las negociaciones se incluyó el capítulo étnico en el documento final, todavía el 23 de agosto, la ONIC informaba en su página web que los pueblos se declaraban en asamblea permanente y que iniciarían nuevamente movilizaciones en todo el país si no se les tomaba en cuenta.
Fue peleando y demostrando su fuerza y capacidad de organización como los pueblos indígenas y afrocolombianos lograron incidir en el histórico acuerdo, en el que exigieron participar sobre todo porque contemplaba puntos que afectaban sus territorios. Ahora, hay que esperar los resultados del plebiscito convocado para el próximo 2 de octubre, en el que todos los colombianos darán o no su respaldo al resultado de las negociaciones por la paz. Deberán votar sí o no a la pregunta: ¿Apoya usted el acuerdo final para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera? Los pueblos indígenas y afrocolombianos ya están trabajando en la campaña por el Sí.