EL-SUR

Jueves 19 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Maclovio Sautto Vallejo

La universidad, reflejo de la sociedad La semana pasada se llevó a cabo el proceso de selección de los candidatos a Rectoría por las distintas corrientes políticas de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG). La Alianza Estratégica Universitaria (AEU), el MAR y AR arrollaron al precandidato Arturo Contreras del Fredeuag y ocurrió lo que todos … Continúa leyendo Maclovio Sautto Vallejo

Enero 17, 2002

La universidad, reflejo de la sociedad

La semana pasada se llevó a cabo el proceso de selección de los candidatos a Rectoría por las distintas corrientes políticas de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG).

La Alianza Estratégica Universitaria (AEU), el MAR y AR arrollaron al precandidato Arturo Contreras del Fredeuag y ocurrió lo que todos esperábamos que ocurriera.

Según muestra una foto en este mismo diario, hubo acarreos y los dirigentes de la Federación Estudiantil entregaron tortas a estudiantes en las instalaciones de Rectoría.

Por su parte, a la comisión electoral del FAUG, al parecer se “les cayo el sistema” en el conteó de votos. Resulta lamentable que no hayan sido capaces de llevar a cabo un proceso limpio y transparente de selección de candidato, boletas de la Preparatoria de Tixtla aparecieron en la Facultad de derecho, y escuelas como la Preparatoria de Petatlán donde no se levanto la votación, apareció una urna con más de 180 votos a favor de Alberto Salgado.

Realmente la mapachería del ingeniero sorprendió a todos, a pesar de ello, el resultado de la votación fue claro, en primer lugar Rogelio Ortega de la Corriente Democrática del MAR, apoyado por la mayoría de las organizaciones del FAUG y del principal promotor del mismo, Efrén Marmolejo Vega; en segundo lugar con todo y el embarazo de urnas el ingeniero Alberto Salgado y en tercer lugar, Pedro Vidal Tello, candidato del Masgro (y mío desde luego).

Para muchos compañeros del Masgro, la actitud de Marmolejo y de las otras organizaciones con quienes durante los últimos años han marchado juntos, resulta inexplicable el respaldo que recibió Rogelio Ortega, pero así es la democracia y que sirva para conocernos mejor los universitarios.

Uno de los puntos del debate en el registro de Rogelio Ortega fue su documentación académica, y que tuve la oportunidad de revisar con todo detalle –porque integré una comisión que hizo una valoración del currículum de los distintos candidatos del FAUG–, presenta un título de Magíster de la Universidad Complutense, donde se indica el número de materias que cursó, la calificación obtenida y el número de horas de cada uno de los cursos.

Dicha documentación tiene el sello de reconocimiento de un convenio suscrito por nuestro país en La Haya, con lo cual debería de reconocerse “debidamente legalizado”. Sin embargo, la convocatoria de la UAG tiene un agregado al punto y señala que los estudios deben estar reconocidos en profesiones. Lo que supone un proceso más largo, ya que debe encontrarse una maestría equivalente, para que esa institución homologue dichos estudios.

Yo propuse en el Consejo Universitario –al discutir este punto en el reglamento electoral– que se especificará con claridad lo que se iba a entender por “debidamente legalizados”, para lo cual propuse un equivalente al agregado hecho por la comisión, pero se votó y mi propuesta perdió, de donde se debe suponer que lo de “debidamente legalizado” queda satisfecho con el Convenio de la Haya de 1961, que fue uno de los argumentos dados en el Consejo Universitario, curiosamente por compañeros del MAR.

Además de ese título de Magister, Ortega presentó su acta de examen de doctor, efectuado en esa misma institución educativa y firmada por los más destacados científicos sociales de España, lo cual demuestra que es doctor, pero no está debidamente legalizado, ya que se requiere, primero, la expedición del título y después llevarlo a certificar ante la embajada mexicana o ante notario público acreditado para dar el reconocimiento del acuerdo de La Haya.

La Comisión de Garantías de la Universidad falló a favor de quitar ese agregado a la convocatoria y al momento del registro, presionados por la comitiva de Rogelio, el secretario técnico de la Comisión Electoral, anotó al margen del recibo de la documentación que se aceptaba su registro.

Después siguió el registro del candidato oficial, acompañado de la plana mayor de Acción Revolucionaria, encabezados por Gabino Olea y Samuel Resendiz, los dirigentes del Fredeuag y resaltó la presencia de Romualdo Hernández, militante de Unidad Democrática –le llegaron al precio– decían algunos de sus ex compañeros.

En su intervención, el candidato oficial llamó a la Comisión Electoral –integrada mayoritariamente por militantes de la AEU– a no dejarse intimidar y hacer valer el asterisco de la convocatoria para negarle el registro a Rogelio Ortega.

La siguiente sorpresa –para mí al menos– vino por la tarde, mi amigo Félix González Figueroa no presentó su registro y se doblegó a las presiones de Marcial Rodríguez Saldaña, principal dirigente del FADU y se sumaron a la candidatura oficial.

La siguiente sorpresa se produjo el martes, la Comisión Electoral acuerda hacer valer el asterisco de la convocatoria y hacer a un lado el dictamen de la Comisión de Garantías, acatando el llamado que le hiciera el candidato oficial.

Al correrse la noticia se vislumbraba el intento por parte de la AEU de violentar el proceso electoral, reflejo de su inseguridad en ganar está contienda electoral. Afortunadamente dieron marcha atrás en está intentona de golpe de mano, pero dejaron pendiente está posibilidad al condicionar el registro a la entrega de la cédula profesional dentro de 30 días.

A los otros que han estado intentando comprar ofreciéndoles basificar sus plazas y tiempos completos vía convenios de titulación, etc., es a los militantes del Masgro, en estos días habremos de saber quiénes tienen precio.

Lo dicho con anterioridad: en este proceso se conformaran dos grandes bloques: uno, alrededor de Armando Chavarría y su secretario particular (hoy flamante candidato a rector), intentando instrumentar el lema del senador “todos tienen un precio” y otro en torno al FAUG.

Como hace tres años en contra del corporativismo, de la protección de los saqueadores de nuestra universidad, por el rescate de la dignidad universitaria y por una verdadera democratización y participación de los cuerpos colegiados en la conducción de la universidad. Las direcciones de las principales organizaciones han acudido al llamado de Armando, falta ver cuántos de sus militantes los acompañan.