Margarita Warnholtz
Mayo 05, 2017
El pasado 26 de abril en Nueva York, Felícitas Martínez Solano, me’phaa (tlapaneca) de Guerrero, recibió el Premio “Liderazgo FIMI 2017”, otorgado por el Foro Internacional de Mujeres Indígenas.
Felícitas es actualmente consejera de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) y desde hace más de diez años, cuando fue la primera mujer nombrada como coordinadora de dicha organización, trabaja activamente en la impartición de justicia y la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas de Guerrero.
Es una mujer que ha arriesgado su vida y enfrentado órdenes de aprehensión y amenazas por ser fiel a su compromiso con los pueblos. Cuando era niña, violaron y mataron a una prima suya y desde entonces decidió que, cuando fuera adulta, haría algo para que se castigara a quienes cometían ese tipo de atrocidades.
Así, estudió derecho en la Universidad Autónoma de Guerrero y participó en el Consejo Guerrerense 500 Años de Resistencia Indígena. Desde esta organización y a través de su padre y sus hermanos, conoció a la CRAC prácticamente desde sus inicios, y más adelante se integró a la misma cuando, en 2006, la asamblea aprobó la participación de mujeres en la coordinación.
Martínez Solano fue también dirigente de la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas y de la Coordinadora Guerrerense de Mujeres Indígenas y Afromexicanas. Ha participado además en diversos foros internacionales y en Naciones Unidas, y ha recibido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Estatal al Mérito Civil Indigenista Cuauhtémoc que otorga anualmente el gobierno del estado de Guerrero, y mención honorífica en la primera edición del Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos Gilberto Bosques.
Felícitas vive actualmente en Chilpancingo con su hija, pero viaja con frecuencia a la región de La Montaña y a la Costa Chica a apoyar el trabajo de la CRAC-PC. Asiste a las asambleas, recorre comunidades, capacita a los policías y a diversos integrantes de la CRAC, participa en la resolución de casos y en todo lo que haga falta. No recibe ninguna remuneración por todo ese trabajo, lo hace porque considera que es su responsabilidad como consejera y por su compromiso con los pueblos. Es además alegre, solidaria y muy sencilla.
Van desde este espacio mis felicitaciones por su muy merecido premio, a esta gran mujer que tengo el honor de conocer desde hace 12 años.