Jorge Camacho Peñaloza
Febrero 23, 2018
Hay peligro en los cambios temerarios, pero mayor peligro hay en el conservadurismo ciego. Frases de Henry George.
Pues resulta que sí, con la pena, pero hay que decirlo aunque no le guste y se enoje, la verdad no peca pero incomoda: Andrés Manuel López Obrador sí es un peligro para México. En colaboraciones anteriores habíamos sugerido que los candidatos de los partidos a la Presidencia de la República están dando muestras de que no son aptos para ese cargo, pero ahora en el caso del candidato del partido Morena ya está dando muestras de que es un peligro para el país.
No cabe duda de que es cierto aquello de que el peor enemigo de Andrés Manuel López Obrador es Andrés Manuel López Obrador, él mismo se ha puesto el dedo en su propia llaga. En su pasado discurso de toma de protesta como candidato de su partido a la Presidencia de la República, advirtió que actuará rayando en la locura contra la corrupción, y vaya que lo ha hecho. No tardó en dar muestras de ello al otorgarle una senaduría a un líder sindical señalado de corrupto, Napoleón Gómez Urrutia; eso es actuar en consecuencia.
En ese mismo discurso amenazó igualmente con hacer locuras, por si llegara a la Presidencia de la República (toco madera), al sostener que va a hacer todo, y todo es todo, subrayó, para pacificar al país. No sería raro así que en su gabinete central o ampliado apareciera el nombre de encumbrados líderes de los cárteles de la droga en el marco de su anunciada y locuaz amnistía para los delincuentes.
Y ya en el colmo de la deschavetes, en la homilía, perdón acto de toma de protesta como candidato presidencial del Partido Encuentro Social, ya encarrerado en la locura al ser comprado con Caleb un personaje bíblico, luego no le gusta que lo critiquen por sentirse mesías, planteó crear una Constitución moral para moralizar a México, se entiende que esto es en el marco de la pérdida de valores y la necesidad de promoverlos, pero de eso a crear una moral, suena a querer imponerla cuando una de las condiciones de la moral es la libertad para decidir y actuar en función de lo que cada persona entiende por el bien y el mal.
Más que rayar en la locura, López Obrador ya está actuando con locura, me van a disculpar Antonio Solá y mi amigo Roberto Gil, pero yo creo que van a tener que replantear su afirmación de que López Obrador ya no es un peligro para México porque ha dado muestras y las va a seguir aportando de que ya lo es.
En la historia reciente del país no se había visto a los dirigentes y aspirantes partidistas al poder rayar en la locura pisoteando la democracia, decidir y actuar autoritariamente, aliarse al antagónico en pos del poder por el poder. Así han actuado Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Anaya, éste adueñándose del control del PAN para sus fines personales, alegremente aliándose con el PRD, cuando hace seis y doce años entre estos dos partidos había una marcada diferencia de visión del país definida por sus principios, hoy estos han sido pisoteados, así también podrán pisotear las leyes. Además de repartir el poder a los incondicionales y sólo por conveniencia, unidos por la ambición del poder no por convicciones, una unidad convenenciera no verdadera, que todo sea por el poder, un desenfreno que pone en serias dudas su capacidad para estar al frente de las instituciones.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A toda la ciudadanía que vaya tomando nota de las manías de los candidatos de los partidos, para que al rato con sus loqueras no nos hagamos los sorprendidos.