Jorge Camacho Peñaloza
Junio 24, 2016
El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretende hacerse superior a las leyes. Marco Tulio Cicerón.
No se trata de echar culpas a nadie, porque entonces las respuestas provendrían de una posición egoísta, de auto exculpación e imparcial. Es necesario pasar a formar parte de la respuesta para que implique asumir un compromiso de inclusión en lo que indique que se tenga que hacer.
Nuevamente a nivel internacional Chilpancingo y Acapulco vuelven a ser exhibidas por cosas negativas, Como las ciudades más violentas de América Latina, la primera en octavo lugar y la segunda en quinto según un estudio presentado recientemente en el Foro Económico Mundial Latinoamericano, aunque ya otros estudios presentan a la capital del estado como una de las ciudades peores para vivir. Me pregunto si así están evaluadas las dos principales ciudades del estado cómo se evaluará el resto y sus comunidades para vivir.
Otra vez Guerrero en los primeros lugares de lo negativo: en pobreza, corrupción, opacidad, poca transparencia, menor calidad de vida, más violencia, más homicidios, reprobados en el sistema educativo público, primeros en producción de amapola y mariguana, marginación, etc. ¿Hasta cuándo empezaremos a ver en los medios, en redes, discursos, estudios, en las noticias, que somos el estado con más de lo bueno?
Sacar adelante a Guerrero será nada sencillo, no es asunto de presupuesto, de dinero, tampoco de voluntad, de unidad y políticas públicas, deberá ser resultado de algo más complejo que responda a la pregunta de ¿qué no hemos hecho bien?, en la que contestemos todos: sociedad, gobierno, familias, los universitarios, empresarios, maestros, sindicatos, los partidos, los policías, el ejército, trabajadores, poderes públicos, iglesias, ciudadanos, y en las respuestas encontraremos la razón sobre por qué estamos cómo estamos.
Los organismos que han realizado los estudios sobre Chilpancingo y Acapulco no han ido a la sierra, a la Tierra Caliente, a la Montaña, que en extensión son más grandes que las ciudades pero el índice de violencia es también enorme, sólo que hasta allá esas instituciones investigadoras no acuden a analizar la realidad de nuestro estado porque entonces sí acabaríamos en primerísimos lugares.
Lo obvio tan difícil para muchos, y tan claro para otros es que si queremos resultados diferentes, hagamos cosas diferentes, ese es el gran secreto, si seguimos haciendo lo mismo no podemos generar resultados diferentes a los que hacen de Chilpancingo y Acapulco unos de los peores lugares de México ¿Será difícil hacer cosas distintas ? Si las cosas han llegado a ser como son, malas, ha sido porque todos hemos decidido mal, luego entonces, fácil, decidamos bien.
Hagamos cosas diferentes y empecemos a decidir bien y las cosas empezarán a pintar mejor para nuestro estado y querida capital y Perla del Pacífico. Nunca es tarde ya es hora, manos a la obra, dejemos de hacer siempre lo mismo y decidamos mejor, no seamos tercos. Si se puede.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A toda la paisanada que no haga que como que no oye, o que la Virgen le habla, empiécele a contestar a qué no hemos hecho bien, es para hoy no para mañana.