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Viernes 18 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Red Guerrerense de Derechos Humanos

Los matices de la democracia en Guerrrero  En la víspera del proceso electoral local sobresalen los saldos de una cultura política autoritaria que funciona en base a normas no escritas y que es implementada por grupos políticos ligados a cacicazgos tradicionales acostumbrados a disputar el poder por la fuerza y por encima de la ley. … Continúa leyendo Red Guerrerense de Derechos Humanos

Octubre 05, 2002

Los matices de la democracia en Guerrrero

 En la víspera del proceso electoral local sobresalen los saldos de una cultura política autoritaria que funciona en base a normas no escritas y que es implementada por grupos políticos ligados a cacicazgos tradicionales acostumbrados a disputar el poder por la fuerza y por encima de la ley.

El escenario electoral en Guerrero muestra diferentes matices y expresiones políticas que distan mucho entre lo que sucede en las ciudades grandes y lo que acontece en los municipios marginados y pequeños.

En los primeros se gesta un movimiento ciudadano decidido a participar y a defender las banderas que enarbolan sus partidos. Se trata de una lucha esperanzadora que sigue siendo manchada por el uso indebido de los recursos y programas públicos por parte de las autoridades estatales y municipales. En estos ámbitos se diseña una estrategia electoral orientada más a  descalificar al adversario en lugar de construir una cultura ciudadana que promueva el respeto a las ideas de los otros y el reconocimiento al pluralismo político que es parte esencial de una democracia participativa y multicultural.

En las regiones rurales el camino de la democracia está trozado y zanjado por un sin número de factores endémicos vinculados con la pobreza extrema, el analfabetismo, el monolingüismo y el corporativismo político.

La lucha democrática es una lucha hecha a pulmón y con los pies descalzos por los indígenas y campesinos de Guerrero que siguen dando todo para que los menos que siempre han estado en la cúspide del poder político sean los privilegiados y los excedidos de todo.

La amarga experiencia de los guerrerenses es la constatación sistemática del poco respeto que las diferentes autoridades tienen a la dignidad y a los derechos humanos de los ciudadanos y ciudadanas de a pie. Hay un dolor comprimido y un grito contenido por tanta infamia y tanto agravio, por tanta muerte y tanta enfermedad, por tanta sequía y tanto daño a la ecología, por tanta deshonestidad y corrupción, por tanto engaño y manipulación, por tanto Ejército y tantos policías, por tantos niños de la calle y tantos jóvenes excluidos, por tanta violencia y tanta inseguridad, por tanto derroche publicitario de las campañas y tanto desprecio a la dignidad de los electores.

Este espectro de la infamia es la tentación y el riesgo de la regresión caciquil que ha demostrado su sagacidad para montarse en la vía electoral simulando vocación democrática.

El hambre, el miedo, la impunidad y la corrupción, son los hoyos negros de la democracia guerrerense que no pueden  ser subsanados mientras no se busque saldar la deuda histórica con el electorado pobre y mientras no se ataquen de fondo prácticas denigrantes, intimidatorias y coercitivas en los procesos electorales que en ningún momento están promoviendo la libertad en el ejercicio del voto.

Las promesas incumplidas, la falta de representatividad real de los candidatos, el alejamiento de los partidos políticos de los conflictos centrales que enfrenta la ciudadanía, la falta de legitimidad y autoridad moral de los representantes populares, la imposición de candidatos por encima de la militancia partidista, el manejo patrimonialista de los recursos públicos, y la proliferación de clanes políticos, son factores que han irritado a ciertos sectores de la ciudadanía y han inhibido una participación más decidida en la lucha política que pueden influir en cierto modo para que aparezca el flagelo del abstencionismo.

Los procesos electorales son momentos densos, de profunda significación política, que transparenta el verdadero rostro de nuestra democracia y nos permiten transitar a estadios más desarrollados donde se respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales. Esperamos que este proceso electoral sea para dignificar la vida de los guerrerenses y para empoderar a la ciudadanía y no sirva como trampolín político para seguir pisando y sojuzgando a los hombres y mujeres que siguen fincando su esperanza en un cambio para beneficiar a las mayorías olvidadas.

Como Red Guerrerense de Derechos Humanos queremos reafirmar nuestra posición de que no podemos aspirar a una sociedad justa y equitativa mientras los derechos humanos no se respeten y no se conviertan en una política de Estado, porque la democracia no es una cuestión solamente de elecciones, la democracia es un sistema complejo basado en el respeto a los derechos humanos. Sin derechos humanos no habrá una democracia real en Guerrero.