Continúa el proceso de elección por usos y costumbres en el municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero. Desde finales de febrero y hasta los primeros días de junio se están realizando las asambleas comunitarias para elegir a los delegados –un hombre y una mujer y sus respectivos suplentes– que participarán en la asamblea municipal en la que se elegirán las autoridades. También continúan los problemas.
La queja generalizada es que desde el ayuntamiento están comprando votos, a veces directamente con dinero, otras con despensas y, cuando no hay quien los venda, amenazan con que se retirarán los programas sociales. Todo para que los representantes que se elijan para la asamblea municipal sean personas allegadas a Hortencia Aldaco Quintana, actual presidenta y esposa de Severo Castro, el presidente anterior. Todo indica que, después de seis años en el poder se resisten a perderlo.
Parece ser que se está enfrentando el sistema de usos y costumbres de las comunidades indígenas contra el sistema de usos y costumbres de los partidos políticos. El primero consiste en que directamente en la asamblea la gente propone a quienes considera tienen la capacidad y la honestidad requeridas para representarlos, si hay varias propuestas se vota y se acata la decisión de la mayoría. El segundo implica hacer una campaña previa, en la que se regalan despensas o fertilizantes, se compran votos y se chantajea o se amenaza.
En cuatro colonias de la cabecera municipal, San José, La Villa, Cruz Alta y Piedra de Zopilote, se presentó otro problema. Se realizaron las asambleas en las fechas que estaban establecidas en el calendario acordado con el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Guerrero (IEPC), pero no se consideraron válidas porque no asistió el personal del IEPC, ya que hubo un cambio de fecha de última hora. Quienes ganaron se niegan a que se lleven a cabo otras asambleas, pues afirman que ya están las actuales autoridades municipales comprando votos para ganar en ellas.
A raíz de lo anterior se decidió realizar una manifestación el lunes 19 de marzo. Unas mil personas, tanto de las colonias donde hay conflicto como de otras comunidades, se concentraron frente al ayuntamiento, recorrieron calles del pueblo y realizaron un bloqueo intermitente en la carretera. En mantas y pancartas se leía: “Exigimos respeto, diálogo, paz y seguridad en la elección por usos y costumbres”; “Exigimos la imparcialidad en el proceso electivo de usos y costumbres”; “Exigimos que la presidenta municipal y los partidos políticos saquen mano negra de la elección por usos y costumbres”, entre otras.
El martes 20 se llevó a cabo una larga y complicada reunión en las instalaciones del IEPC en Chilpancingo, con la asistencia de representantes de los promotores del sistema de usos y costumbres, funcionarios del instituto y de otras dependencias gubernamentales y la alcaldesa de Ayutla de los Libres. Finalmente se decidió firmar un acuerdo de diálogo, paz, civilidad y armonía entre las partes. Por otro lado, el pleno del Congreso local aprobó un exhorto al gobernador y a la presidenta municipal de Ayutla para que contribuyan al buen desarrollo del proceso.
Habrá que ver si con la firma de dicho acuerdo y la presión del Congreso mejora la situación. ¿Será muy difícil para las autoridades municipales actuales sujetarse a las normas del proceso? Podrían proponer a sus candidatos dentro de las asambleas y argumentar a su favor, ¿o será que si no manipulan a los electores o compran votos no los consiguen?
Como ya mencioné antes en este espacio, el caso de Ayutla de los Libres es un precedente muy importante a nivel nacional y un ejemplo a seguir por otros municipios indígenas. Por lo mismo, hay muchos ojos puestos en el proceso. Continuaremos dándole seguimiento.