Margarita Warnholtz
Marzo 16, 2018
Hace unos días, el gobierno de Filipinas acusó de terrorista a Victoria Tauli-Corpuz, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Su nombre y el de otros defensores y defensoras de los pueblos indígenas fueron incluidos en un listado de 600 personas, junto con el partido comunista de Filipinas y el grupo armado Nuevo Ejército del Pueblo (NPA por sus siglas en inglés).
¡Ahora resulta que recorrer el mundo velando por los derechos de los indígenas es terrorismo! A menos que Tauli tenga el don de la ubicuidad y una extrema capacidad de fingir, no veo cómo pueda realizar actos terroristas y participar en el NPA (también se le acusa de eso) mientras cumple con su trabajo como relatora. La imputación es tan absurda, que no merece mejor respuesta que la dada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, quien afirmó que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, requiere una evaluación psiquiátrica.
No es casualidad que hace unos meses (el 27 de diciembre pasado) Tauli-Corpuz, en su calidad de relatora de la ONU, denunció la militarización de la isla filipina de Mindanao y diversas violaciones por parte de miembros de las fuerzas armadas a los derechos humanos del pueblo lumad, radicado en dicha isla. Junto con Cecilia Jimenez-Damary, Relatora Especial de Naciones Unidas para los Derechos Humanos de los Desplazados Internos, informó que más de 2 mil 500 personas de ese grupo indígena se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a los ataques y asesinatos perpetrados por los militares. Diversos expertos de Naciones Unidas afirmaron que la acusación de terrorismo se dio como represalia a las denuncias efectuadas por la relatora.
Además de negar las acusaciones, la relatora afirmó que teme por su seguridad y coincidió con los otros expertos en que la acusación es en represalia por sus declaraciones. Evidentemente la inclusión de Tauli en el listado de terroristas es una amenaza a su persona.
Victoria Tauli-Corpuz inició su lucha por los derechos de los pueblos indígenas de su país en 1970, cuando gobernaba el dictador Ferdinand Marcos en Filipinas. Desde 1985, año en que fue designada por los indígenas filipinos para ser parte del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de Naciones Unidas, su labor se volvió internacional. Ese mismo año promovió la participación de las mujeres indígenas en la Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Nairobi. Desde entonces no ha parado su lucha y ha ocupado diversos cargos en Naciones Unidas, entre ellos la presidencia del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas. Es una mujer sencilla pero incansable, enfermera de profesión y además madre y abuela.
La noticia apareció en cantidad de medios de muchos países. Aquí en México prácticamente no se informó del tema, pero cantidad de organizaciones y líderes indígenas se unieron a las manifestaciones de solidaridad con la relatora y condenaron el hecho, al igual que hicieron muchos otros en todo el mundo.
En una carta entregada en la embajada de Filipinas en México, firmada por más de 30 organizaciones y 15 líderes, expresaron su preocupación e indignación ante las acusaciones a Tauli-Corpuz y afirmaron que son inadmisibles dada la calidad profesional y moral de la relatora. Recordaron sus encuentros con ella en su visita a nuestro país y afirmaron que: “El trabajo de la Sra. Victoria Tauli es de gran relevancia a nivel global, y la contundencia en sus declaraciones confirma el compromiso con su status tanto dentro de Naciones Unidas como representante de su pueblo de origen”.
Por su parte, la Federación Indígena Empresarial y de Comunidades Locales de México (CIELO) circuló en redes sociales un documento manifestando también su rechazo a las acusaciones del gobierno filipino y recordando el apoyo que les brindó la relatora cuando presentaron en la ONU, en 2009, el proyecto de su organización. En su misiva manifiestan también su solidaridad con otros seis líderes indígenas filipinos que están también en la lista de supuestos terroristas, entre ellos Joan Carling, ex integrante del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.
Conozco a Vicky desde hace muchos años y me uno desde este espacio a las protestas contra el gobierno filipino, coincido con Zeid Ra’ad Al Hussein en que Duterte requiere una evaluación psiquiátrica y envío a la relatora mi apoyo moral y solidaridad.